La convergencia en el mercado de las telecomunicaciones prometía un escenario de alta competencia entre los operadores, para que mejores precios y servicios llegaran a los consumidores de todo el país. Por el momento, la realidad demuestra lo contrario.
“Si bien no vamos a dejar de hacer inversiones, porque en este negocio si no se invierte hay que dedicarse a otra cosa, las vamos a orientar hacia provincias donde tenemos una mayor tasa de repago”, comentaba este viernes a PERFIL Córdoba una alta fuente de Telefónica.
Esta advertencia significa que en provincias como Córdoba y las del norte argentino, el esfuerzo inversor de Telefónica para dar servicios de cuádruple play (Internet, telefonía móvil, telefonía fija y TV paga) se verá muy acotado. ¿Por qué? Porque considera que las condiciones en que se aprobó la fusión de Cablevisión-Telecom “terminaron dando amplias ventajas” en estos mercados al corporativo fusionado. De este modo, la provincia quedaría al margen de un mega proyecto inversor de parte Telefónica, que asciende a los US$1.570 millones hasta 2019.
Entretelones. Para las telcos, los términos de la desinversión que el Gobierno exigió a Cablevisión-Telecom (143.000 abonados en 28 localidades, de los cuales el 80% están en Córdoba), no dan garantías de competencia. “Hay que analizar bien en qué y cómo desinvirtieron”, señalan las fuentes de Telefónica.
El acento está puesto en el hecho de que la fusionada cedió abonados de Arnet, cuyo producto es de solo 6 megas, sobre cable de cobre, una infraestructura prácticamente jubilada.
“Muchos de esos clientes terminarán migrando hacia Fibertel (propiedad de Cablevisión-Telecom) en busca de la velocidad de la banda ancha”, analizan los expertos. La proyección cobra sentido si se advierte, además, que la empresa que absorbió los clientes cedidos -Universo.net- ya comenzó a cobrar en Córdoba una tarifa un 4% más cara que la que ofrecía Arnet, porque no incluye descuentos.
Así las cosas, en un mercado como el cordobés la virtual competencia que se generó al corporativo fusionado es una propuesta de bajo estándar tecnológico y de alto precio. Vale decir, es una suerte de “competidor soft” que está llamado “a devolver” clientes a Cablevisión-Telecom, más temprano que tarde, por una huida lógica del usuario hacia la calidad.
Según Telefónica, a pesar de esta virtual desinversión, la fusionada mantendrá una “concentración de casi el 60% del mercado de banda ancha fija a nivel nacional y hasta del 90% en determinadas ciudades”. Precisamente con estos datos, Telefónica fundamentó la impugnación que presentó días atrás para cuestionar las condiciones en las que la Secretaría de Comercio autorizó la fusión.
“Se perjudicará a los argentinos que tendrán en muchas zonas del país serias dificultades para elegir libremente qué tipo de conectividad quieren y el precio a pagar por ella”, señaló Telefónica.
En tal sentido, algunos datos del mercado comienzan a mostrar la brecha de competitividad que se puede instalar entre Córdoba y Gran Buenos Aires (GBA), por solo citar un ejemplo. En efecto, en Córdoba, Universo.net presta solo internet (6 mega por cable de cobre) a $848; mientras Claro en GBA está ofreciendo internet por fibra óptica, TV paga, telefonía fija y móvil, en paquetes que arrancan en los 10 MB y llegan 50 MB, por valores que van desde los $699 a los $799.
Guerra por el contenido. Otro de los motivos que desincentiva a Telefónica y a Claro a acelerar sus inversiones para brindar cuádruple play, sobre todo en mercados de dominancia de CablevisiónTelecom, es la dificultad para acceder a contenidos a precio competitivo.
Ocurre que estos operadores aún deben construir su grilla con los canales de aire y los de noticias, que son los que acaparan todavía el mayor interés de una parte significativa del portafolio de clientes; y los dueños de estas señales les imponen condiciones comerciales excesivamente costosas.
“Aunque somos actores ingresantes a ese mercado, nos cobran lo que se llama ‘mínimos garantizados’, que implican unos 300.000 abonados, y a las telefónicas nos costará llegar a esos niveles”, explicaba el vocero de una de estas compañías. Este tema llevó a Claro a formular una impugnación por “restricciones de acceso a los contenidos”.
Básicamente, lo que las telcos y otros operadores que pretenden participar en el cuádruple play están viendo son maniobras de “cartelización” de los canales de aire de la Capital Federal a la hora de definir sus políticas comerciales.