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CóRDOBA
TRAGEDIA DE LA CIRCUNVALACIÓN

Desesperado pedido de la sobreviviente de un crimen vial en Córdoba: no tiene dinero para pagar su tratamiento

Fernanda Guardia perdió su pareja y a su amigo en la tragedia de la avenida Circunvalación. El asesino fue condenado y está preso. Ella publicó un video en las redes pidiendo ayuda para pagar la costosa rehabilitación. El juicio civil, en veremos.

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Fernanda Guardia, única sobreviviente de la tragedia de la Circunvalación. | CEDOC

Si ese día yo también hubiera muerto, tendría un montón de problemas menos en mi vida”. Fernanda Guardia, única sobreviviente al crimen vial que cambió el paradigma judicial en Córdoba ante este tipo de siniestros, atraviesa un drama cotidiano por las secuelas físicas y emocionales, y por su situación económica que no le permite afrontar el tratamiento.

Como consecuencia del choque protagonizado por Alan Amoedo en el que murieron Sol Viñolo y Agustín Burgos, Fernanda sufrió gravísimas lesiones en sus piernas que la mantuvieron postrada mucho tiempo. Ya no necesita silla de ruedas, pero sí un bastón para sostenerse. “No puedo caminar más de tres cuadras seguidas”, se lamentó, en diálogo con PERFIL CÓRDOBA.

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El brutal ajuste de las políticas económicas gubernamentales siempre pega más en los vulnerables. Por su condición, ella integra hoy ese segmento de la sociedad. Si bien recibe una pensión mensual del Ministerio de Desarrollo Social provincial y ayudas de su círculo íntimo y de los familiares de los amigos fallecidos, a la mujer de 35 años no le alcanza para costear su tratamiento y movilidad.

Por ese motivo, decidió publicar un video en sus redes sociales para pedir ayuda a sus seguidores. “No me gustó hacer el posteo que hice. Pero hace noches que vengo sin dormir pensando cómo carajo voy a hacer para pagar las próximas sesiones”, contó.

Iba a fisioterapia tres veces por semana, pero “este mes empecé a ir dos veces porque no puedo pagar tres sesiones”. También afronta el costo de la terapia con un psicólogo una vez a la semana y de un psiquiatra cada 15 días.

Equinoterapia tuve que dejarla porque no la puedo seguir pagando. Además, había empezado una actividad que me gustaba, que es orfebrería, con lo que yo me imaginaba buscando un nuevo trabajo, pero no puedo continuar por lo costoso que me resulta. Eso sumado a que necesito movilizarme, un medio de transporte, un taxi, se me hace todo muy difícil”, relató entre lágrimas.

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Movilidad reducida

En septiembre pasado, Fernanda se mudó a un monoambiente de su madre en la localidad de Agua de Oro. Ya no podía seguir pagando el alquiler en Río Ceballos.

“Acá estoy sola, sin trabajar. No he podido retomar mis actividades. Dudo que lo pueda hacer pronto. Yo trabajaba en audiovisuales que requiere mucho traslado de acá para allá, que es algo que no puedo hacer”, expresó.

En su anterior hogar estaba a dos cuadras de una parada de colectivo y en ese transporte podía concurrir a algunas actividades. “Acá, en Agua de Oro, necesito sí o sí un taxi para ir de mi casa a la terminal; otro taxi para ir al control. Dependo siempre de alguien, de un vehículo. Eso me hace muy mal y me bajonea. Encima, son 20 mil pesos cada vez que voy a uno de los turnos por el tratamiento”.

Para siempre

Fernanda tiene dolores crónicos. En el cuerpo y en el alma. Perdió a Sol, su pareja, y a su amigo Alejandro en un abrir y cerrar de ojos. Literalmente.

“Hoy cada cosa que hago me demanda un estado emocional en equilibrio, el cual muchas veces no tengo”, se sinceró, mientras se lamentaba otra vez por su posteo en redes: “Por qué tengo que estar poniendo la cara y el cuerpo, y exponiendo mi vulnerabilidad”.

Su situación es tan compleja y sus dolencias tan intensas, que por su cabeza más de una vez pasó la peor de las decisiones. “¿Quitarme la vida? No de manera explícita, pero siempre está dando vueltas ese pensamiento. Por eso es muy importante la salud mental”, reconoció, quebrada.

El juicio civil, sin premura

El juicio penal contra el causante de las muertes y las lesiones de Fernanda Guardia condenó a Alan Alejandro Amoedo a nueve años de cárcel por el delito de homicidio simple por dolo eventual.

Ahora, lo que la sobreviviente necesita es que la Justicia acelere los tiempos de la demanda civil. “Está en una instancia en la que se está terminando de presentar toda la prueba. Luego todas las partes pasarán a los alegatos. Y, posteriormente, habrá que esperar una sentencia, que puede tardar no sé cuánto tiempo”, explicó.

“Lo vi mal, le dije que no estaba en condiciones de manejar el auto”

Los demandados son el propio Amoedo y la compañía de seguros Rivadavia de su auto; la empresa Caminos de las Sierras y la aseguradora Nación Seguros. “Se hizo por una suma de dinero que es la que la justicia médica (sic) considera que es lo que me tienen que dar”, dijo Fernanda, y agregó: “Usaría eso para ir al extranjero a volver a operarme para recuperar mis piernas lo mejor que se pueda”.

Ella sabe que “los tiempos de la Justicia no se ajustan” con los suyos, pero necesita “un montón de cosas que debería tener asistencia inmediata, o al menos pronta, después de tremendo arrebato a la vida”.

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Desde que sucedió el crimen vial, el 17 de mayo de 2021, aseguró que “nunca me llamó la familia de Amoedo o alguien de Caminos de las Sierras para decirme ‘Che Fer, ¿con qué te podemos asistir ahora? ¿quién te paga el psicólogo hoy?’”.

“Si yo no hago fisio hoy, mis piernas me quedan mal. Cuando sea que me paguen, no vuelve todo a cero. Yo tendré secuelas de por vida por ese choque. A ellos no les importa o no lo ven”, reprochó.

Fernanda reniega de su pedido de ayuda público. Y también por las veces que tuvo que pedirles una rebaja a los que la atienden. “Tengo que estar ahí, llorando la carta. Es incómodo, feo, no siento que merezca eso. Tampoco lo merecen los profesionales, es como que también les falto el respeto porque ellos están trabajando. Y no son ellos los que deben hacerse cargo de mí”.

Para colaborar con Fernanda 

Alias de su cuenta bancaria: fer.paz.guardia