Los datos que dejó el 2019 para el e-commerce son contundentes. Antes de que se conociera la expansión del coronavirus se difundieron los datos del Estudio Anual de Comercio Electrónico en Argentina que realiza Kantar Insights para la Cámara Argentina de Comercio Electrónico. Así, se conoció que el año pasado el comercio electrónico en Argentina creció un 76% respecto al año anterior y registró una facturación de $403.278 millones de pesos. Fueron vendidos 146 millones de productos, un 22% más que en el año anterior, a través de 89 millones de órdenes de compra (un 12% más que en 2018). El ticket promedio de compra fue de $ 4.500. Además, se destaca la maduración del canal al registrar una suma de más de 828 mil nuevos compradores. A la luz de una crisis sanitaria que afecta a la economía real y en el que las autoridades comenzaron a restringir actividades y prohibir las concentraciones masivas todo indica que el e-commerce sacará su tajada.
“A diferencia de lo que pasa en muchas actividades, quedó de manifiesto en China, cuando toda una ciudad se puso en cuarentena, que el e-commerce fue lo que se movió, fue la herramienta que movilizó el consumo. Así que la actividad está en alza a full”, apunta Guillermo Montenegro, consultor, docente y presidente de Camece, la Cámara Mediterránea de Comercio Electrónico. El especialista remarca que el canal en línea es lo que permitió que funcionen los países que tuvieron ciudades en cuarentena.
Según él, en el país no se llegará al extremo de lo que se vivió en ciudades chinas, pero la suspensión de viajes, de eventos, actividades deportivas, académicas y sociales generará cambios de hábitos que reforzarán el e-commerce. “Todavía estamos en un estadio muy temprano, pero hay algunas condiciones para pensar que este año va a ser un buen año para el comercio electrónico. Primero, hay una guerra de retailers, todas las grandes cadenas que venden alimentos han entrado y están peleando por ser los que te vendan en línea. A eso se suma que en este contexto de coronavirus la gente evita tocar las cosas de usos colectivos como los changuitos o la baranda del colectivo o evitar las aglomeraciones, como las unifilas que vemos en los súper”, precisa.
—Acá hay que aceitar la logística, que es el nudo gordiano.
—En Argentina es la pata más débil, por un par de motivos. Primero, tenemos un país muy vasto, muy largo. No es España donde tenés tarifa plana para mandar una caja de Madrid a Barcelona o a Tenerife. Acá tenés tres escalas mínimo, una local hasta 200 km, una de 200 a 500 y otra de más de 500. Así trabajan los operadores logísticos. Además, perdimos los ferrocarriles y no tenemos troncales aéreos de carga importantes con el interior y el convenio con Camioneros es muy oneroso. Todo eso repercute en el costo logístico de Argentina. Hay que ver cómo sigue dándose la curva. Si sigue creciendo, el canal digital va a ser una alternativa muy válida. 19 millones de argentinos ya compran o pagan en línea. El e-commerce ya es la mosca blanca de esta crisis. Lo que hicieron los chinos fue un comportamiento natural.