Está previsto que mañana se realice la última audiencia y se conozca el veredicto de la Cámara 5ª del Crimen, integrada con jurados populares, sobre el proceder de un grupo de policías por delitos cometidos en ejercicio de su función.
La causa incluye tres momentos: un asalto perpetrado por tres ladrones y un cómplice que se frustró por la rápida llegada del móvil policial; el asesinato de Isaías Luna –uno de los delincuentes– por parte del sargento ayudante Esteban Adavid, y el posterior encubrimiento del episodio que incluyó un arma plantada en la mano del joven abatido.
Por esta última conducta hay otros seis policías acusados: el comisario Fernando José Navarro; el principal Sebastián Raúl del Valle Colella; el oficial inspector Jonathan David Tabares; los sargentos Pedro Manuel Benka y Adrián Aníbal Carranza, y el cabo primero Jorge Raúl Aguirre.
Los jueces técnicos se pronunciarán sobre los dos primeros hechos y los ocho jurados –ciudadanos comunes– dirán si los policías acusados del presunto encubrimiento son culpables o inocentes.
Todo ocurrió durante la madrugada del 18 de diciembre del 2020, en una vivienda de barrio Urca. Los alegatos de los acusadores públicos fueron realizados por el fiscal de Cámara, Marcelo Fenoll, y el fiscal instructor, Juan Pablo Klinger. Incluyeron una exposición audiovisual que mostró la secuencia de lo sucedido en el interior de la casa. Isaías Luna fue ejecutado por la espalda por Adavid, a una distancia de poco más de cuatro metros, en la cocina de la vivienda.
El adolescente estaba inclinado sobre el piso, después de que sus cómplices –dos son juzgados y reconocieron los hechos– se rindieran. No tenían armas. No se resistieron. Quedó acreditado que el efectivo dio la voz de alto. Y luego disparó, pese a que podía observar con claridad que el ladrón no estaba armado. Esto es lo que expusieron los fiscales.
Destacaron que el hijo de la familia víctima del robo pudo ver que Luna no tenía armas en sus manos. Sin embargo, un revólver no operativo apareció entre sus dedos. Crítica del fiscal. En su alegato, el fiscal de Cámara Marcelo Fenoll efectuó durísimas críticas a la formación de los policías. “Montaron una escena para disimular un pésimo procedimiento”; “quisieron salvar a Adavid, sabiendo que hicieron todo mal”, afirmó.
Abordó dos cuestiones que no se suelen escuchar habitualmente en boca de magistrados, al menos con tanta claridad y contundencia.
“Ciudadanos de segunda”. Al referirse al peregrinar del padre de Isaías Luna por dependencias policiales y judiciales, donde no querían recibirle la denuncia por el crimen de su hijo, Fenoll destacó el “contraste” en el trato que le depararon como “ciudadano de segunda” y la decisión que tomaron en relación a la familia asaltada. “Nunca, en 27 años de carrera, vi que se dispusiera de inmediato una guardia permanente sin que las víctimas la solicitaran y se brindara asistencia psicológica –continuó–; ¿acaso es la policía de Finlandia?”. En realidad, el funcionario expuso su conclusión: el objetivo fue controlar a la familia, sus comunicaciones y declaraciones sobre lo acontecido.
“Capacitación ficticia”. El otro concepto que desarrolló fue el del escaso compromiso de la dirigencia política y las autoridades policiales para garantizar la formación, capacitación y control de los miembros de la Policía de Córdoba. “Lamento profundamente que las autoridades no se estén enterando lo que viven efectivos como Adavid, que salen a la calle con tan pocos recursos y conocimiento de las normas”, afirmó. “Más allá de los avances intentados, que se traducen en titulaciones y currículas, hay una capacitación ficticia, falta preparación, equipamiento, entrenamiento", explicó. Y agregó: “Ingresando de ese modo al domicilio, desde un punto de vista táctico, la acción de Adavid fue una especie de suicidio… cuando tenemos de un lado falta de preparación, del otro una persona jugada del todo, eso termina en uno de los dos o un tercero muerto. Por eso digo: "Salen a matar o morir”.
QUÉ PENAS SOLICITARON
◆ Para los asaltantes, Martín Alberto Muñoz y Cristian Araya, que reconocieron su participación en el frustrado robo, la Fiscalía pidió tres años y ocho meses de prisión y tres años de cárcel, respectivamente.
◆ Para Esteban Adavid, por homicidio agravado por el uso de arma de fuego en exceso de legítima defensa, solicitó tres años de prisión de ejecución condicional y ocho de inhabilitación para portar armas. Este segundo aspecto le impediría realizar adicionales, si es condenado. Desde el momento en que fue detenido se encuentra en tareas pasivas.
◆ Para el resto de los efectivos, por conductas de encubrimiento, falsedad, incumplimiento de los deberes de funcionarios, solicitó entre tres años y seis meses a seis años de cárcel.
◆ De los montos de pena solicitados se deduce la gravedad que le otorgó al encubrimiento policial. Solo sobre estos hechos se expedirán los jurados populares.
La querella particular por parte de la familia de Isaías Luna, en manos de Victoria Siloff, intentó pedir la condena a prisión perpetua de Adavid con el agravante de funcionario policial, pero los jueces técnicos no lo permitieron al considerar que la solicitud de los fiscales opera como techo de la acusación.