El humor social ha sido, históricamente, motivo de análisis y preocupación de los distintos gobiernos que buscan, a través de su conocimiento, un soporte para la toma de decisiones y el momento justo para comunicar sus medidas.
Tras el impacto del coronavirus en Córdoba, el termómetro social se ha convertido en uno de los insumos de gestión más importantes dentro del gobierno de Juan Schiaretti.
Ya van 185 días desde que el avance del Covid-19 obligó a iniciar un proceso de aislamiento cuyos sus efectos golpearon de lleno en el estado de ánimo de los cordobeses y en el esquema de toma de decisiones que maneja el gobernador junto a su círculo íntimo de colaboradores.
Del miedo al cansancio
Las sensaciones han ido cambiando a lo largo de los meses a la par de las medidas de confinamiento que se fueron prolongando en el tiempo.
“Al principio la reacción de la gente fue de temor, pero luego la cabeza de la gente fue cambiando y atravesando diferentes sensaciones y sentimientos”, aseguró un especialista en comunicación cuya opinión es valorada en el Panal.
De acuerdo a las cifras que maneja la administración provincial, en el inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), el 75 por ciento de los cordobeses ubicaba a la pandemia y a la cuestión sanitaria como su primera preocupación y el principal problema que afrontaba la Provincia.
A mediados del mes de abril, la situación comenzó a cambiar y la gente pasó del “miedo” al “respeto” por el Covid-19. En ese momento, los sondeos ya mostraban que la preocupación por la pandemia alcanzaba niveles similares al de la crisis económica.
Hoy, las encuestas que se analizan en los despachos del Panal, muestran que una importante porción de la sociedad está inmersa en una sensación de hartazgo, enojo y cansancio, que responden a la extensión del Aspo y a las dificultades ligadas a la reactivación de la economía.
“Hay un estado natural de cansancio porque es un proceso largo que ha afectado la vida cotidiana de la gente y que además genera mucha incertidumbre, pese a que ya de algún modo se ha comenzado a asimilar la idea de que deberemos convivir con el virus un largo tiempo”, explicó un integrante del gabinete provincial ante la consulta de PERFIL CÓRDOBA.
El inicio de las flexibilizaciones de actividades comenzó a intensificarse coincidiendo con la profundización del malestar en la gente por las postergaciones familiares y económicas.
“Hemos evaluado muy de cerca el estado del humor social y la opinión de la gente, buscando siempre estar en sintonía con ellos para poder conducir un proceso crítico como es gobernar en medio de esta pandemia. Debemos administrar la cuestión sanitaria, pero también las expectativas y esperanzas de la gente”, explicó un funcionario que participa en la mesa de decisiones de la administración schiarettista.
Más frecuencia y mayor profundidad
Fuentes gubernamentales admiten que profundizaron los estudios vinculados a la opinión y particularmente a los sentimientos de la gente en los últimos meses. Para eso, los focus group, que debieron suspenderse por el distanciamiento social, fueron reemplazados por entrevistas en profundidad mediante video llamadas que luego se utilizan para acompañar y reforzar el resultado de encuestas de opinión.
“Estamos frente a una situación sin precedentes en cuanto a sus consecuencias y secuelas sociales. Las herramientas de medición y sondeo se utilizan con mucha más frecuencia que en los períodos normales”, advierten desde el equipo de colaboradores del gabinete.
Pese a esto, desde el Gobierno resaltan que los elementos técnicos principales para la toma de decisiones tienen que ver con los indicadores del sistema sanitario, como cantidad y velocidad de contagios y ocupación de camas críticas, aun cuando las problemáticas económicas y psicológicas de la gente han tomado una dimensión muy grande dentro del escenario en el que se evalúan los pasos a seguir.
La mesa chica de decisiones
Al esquema habitual de gestión que incluye reuniones reducidas con los ministros de las áreas involucradas para temas puntuales y reuniones generales de gabinete sólo cuando es necesario, Schiaretti se ha recostado sobre una mesa chica de decisiones estratégicas sobre temas económicos, sociales y sanitarios que incluye a ministros y funcionarios que integran el gabinete y el Centro de Operaciones de Emergencias (COE).
“En esta suerte de mesa chica de decisiones estratégicas, tratamos de ir articulando los diferentes aspectos que serán impactados por las medidas, pero está claro que luego de la cuestión central sanitaria, el efecto en la psiquis de la población es uno de los factores más importantes que analizamos”, explicó un funcionario que acompaña al gobernador en sus gestiones desde hace años.
Imagen, humor social y silencio
A su habitual manera de comunicar que no incluye un diálogo frecuente con la prensa y sólo se limita a comunicar cuestiones puntuales de gestión, el gobernador ha profundizado aún más su bajo perfil público durante la pandemia.
La estrategia de delegar la comunicación de lo referido a la pandemia al COE y el silencio de Schiaretti sobre ciertos temas críticos de su gestión ha sido efectiva según la mirada de algunos especialistas y asesores del propio Gobierno.
“Desde lo político esto ha permitido que los problemas y errores de la Provincia pasen desapercibidos frente gran parte de la población. Al no exponerse y mantenerse al margen de la agenda mediática no ha sufrido un desgaste tan importante como otros dirigentes”, advirtió un reconocido analista político de Córdoba.
La estrategia se vio claramente reflejada en el silencio absoluto por parte del gobernador ante casos resonantes como la crisis generada por el asesinato del adolescente Blas Correas por parte de policías o el caso de la joven Solange Muse que murió internada en Alta Gracia y al padre no le permitieron ingresar a la provincia desde La Pampa para despedirse de ella. En todos los casos, los sondeos del humor social estuvieron sopesados detrás del silencio de Schiaretti.
Entre otras cosas, el “no exponerse”, ha generado que la imagen de del gobernador no haya perdido demasiado en la consideración pública.
“Nuestros estudios muestran que después de haber bajado un poco en el inicio de la pandemia, actualmente la aceptación de Schiaretti en cuanto a imagen y gestión se ubican en los niveles históricos que tenía el mandatario cordobés antes de la pandemia”, afirman desde su entorno de asesores.
Economía y libertad
A diferencia de otros distritos o de la estrategia del Gobierno Nacional frente a la pandemia, Córdoba busco acompañar el pedido de algunos sectores sociales en cuanto a la apertura de actividades y la flexibilización de las restricciones pese a la gravedad de la situación sanitaria.
“La prioridad la tiene el escenario real y los números duros de la evolución de la pandemia en Córdoba, pero nuestro objetivo ha sido siempre que el aparato productivo y la actividad comercial y todo lo que hace a la libertad de las personas para poder circular se aproveche al máximo”, explicó un legislador oficialista que recorre con asiduidad los despachos de la Casa de Gobierno.
La premisa se ve reflejada en los actos de Gobierno que intentan acompañar y estimular la vuelta a las actividades pese a la oposición de algunos sectores vinculados fundamentalmente a la Salud.