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Walter Garrone, docente y entrenador

El lazarillo del básquet

Ganó cuatro campeones con el mejor Atenas y hasta dirigió al seleccionado argentino en el histórico partido el Dream Team de “Magic” Johnson y Michael Jordan. Hoy enseña a un grupo de ciegos a jugar con la “naranja”.

Walter Garrone
Un maestro. Alejado del básquetbol profesional, Garrone se dedica a enseñarle el deporte a personas ciegas. | AGENCIA CÓRDOBA DEPORTES

Campeón de la Liga Nacional con Atenas en 1987, 1988 y 1990, ganador del Sudamericano de Clubes 1993 con el club de barrio General Bustos,  entrenador de los seleccionados cordobeses de juveniles y mayores, y responsable del conjunto argentino en el Preolímpico de 1992.

Con semejantes pergaminos, Walter Garrone hoy podría estar dirigiendo al equipo de básquetbol que él quisiera, y tal vez no estar tan pendiente de que le reconozcan algunos años de aportes para mejorar su futura jubilación.

Le sobran ganas, y mantiene intacta la pasión. Se le nota. Pero él sostiene que el director técnico “ya fue” y prefiere exhibir su amor por la “naranja” en la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, donde todos los martes, de 15 a 17, dicta clases gratuitas para un grupo de 14 deportistas ciegos y de baja visión.

“Ricardo Molinari, un ex basquetbolista que tiene fábrica de tableros y de jirafas, fue quien tuvo la idea y me busco para pedirme que lo ayudara a desarrollar la parte académica de todo esto", cuenta Garrone.

"Al principio me pareció una cosa de locos que una persona ciega aprendiera a jugar al básquetbol. Empezamos haciendo pruebas entre nosotros, vendándonos los ojos, y era dificilísimo, pero así y todo seguimos adelante. Al poco tiempo armamos un Campus para 70 personas de todo el país, en Tanti, y la verdad es que fue un aprendizaje terrible”, puntualiza.


“Vamos inventando las reglas sobre la marcha, porque en esto no hay nada escrito, y el grupo se desenvuelve cada vez mejor en la cancha, siempre con la asistencia de un guía que les va dando las referencias. Los alumnos están realmente contentos, porque sienten que hay gente que los atiende y se dan cuenta de que pueden lograr cosas con su esfuerzo. Es una gran emoción para todos cada vez que un ciego nuevo se suma a las prácticas y mete la pelota en el cesto por primera vez”, refiere el ex DT ateniense. 

“Tuve la fortuna de estar 24 años en una gran institución como Atenas y al mismo tiempo dirigir selecciones juveniles y mayores de Córdoba y al equipo nacional, y siempre me dediqué por entero al basquetbol. Hasta que un día me di cuenta de que la vida me pasaba por al lado, y entonces decidí juntar a mis jugadores y decirles ‘hasta aquí llegué’. Preferí equivocarme en ese momento y no con el tiempo decir ‘¿por qué no me fui?’. Eso fue en 2004, justo el día del cumpleaños de mi señora”, comenta.

“Después me tentaron de muchísimos equipos, pero a todos les dije que no. Me llamaron de Franca de Brasil, del mismo Atenas… ¡hasta de Olimpo, que pensé que me odiaba! Al poco tiempo el doctor Mestre (Ramón Bautista) me ofreció ser director de Deportes de la Provincia, y acepté. Allí pude cumplir el sueño de armar las Ligas Estudiantiles. Cuando se produjo el cambio de gobierno estuve unos meses en la Agencia Córdoba Deportes, pero no me interesó continuar. Sí seguí en la Escuela Manuel Belgrano, donde llevo 47 años dando clases, aunque ya me estoy yendo”, puntualiza. 


Sobre este presente como docente, alejado de las presiones y luminarias del deporte profesional, Garrone señala: “Descubrí esto del básquetbol para ciegos y lo disfruto. Me da muchas satisfacciones y alegrías; lo otro era muchísima responsabilidad y siempre me preguntaba ‘¿estaré capacitado para dirigir acá?’. Me ayudan dos profesoras, Guillermina Reynoso y Consuelo Fernández, y algunos alumnos del Ipef. Y todo lo hacemos a pulmón. Vamos a los colegios a jugar contra los otros chicos y a contarles cosas de la vida. ‘¿Vos llorás?’ ‘¿Identificás los colores de las  remeras?’ ‘¿Cómo hacés para tomar el ómnibus?’ Esas cosas les preguntan a mis alumnos. Y ellos les hacen ver con un ciego es una persona como ellos, aunque sin la posibilidad de ver”.

Ginóbili, Milanesio y Atenas


Garrone no duda en calificar a Emanuel Ginóbili como “un tipo fundamental” para el básquetbol argentino. “Es fantástico adentro y afuera de la cancha, un líder por lo que demuestra y lo que transmite”, sostiene el ex DT de Atenas sobre el jugador de San Antonio Spurs.

“Lo más lindo es que cuando lo veía jugar en Andino de La Rioja yo pensaba ‘este chico hace todo solo: baja el rebote, lleva la pelota, tira al aro; ¡si lo llego a poner en mi equipo se me van de la cancha los otros cuatro jugadores!’. Después cambió muchísimo y hoy es un señor jugador de equipo”, sostiene. 

A pesar de haber dirigido y enfrentado a grandes basquetbolistas del país, Garrone admite la superioridad de la denominada “Generación Dorada”: “Nunca pensé que en Argentina fuera a aparecer otro Campana o que llegáramos a tener jugadores en la NBA. Pero estos muchachos son superiores a aquellos: tienen otra cabeza y han marcado un ejemplo con su dedicación".

"De todos modos, yo no sé si Marcelo (Milanesio) no hubiese podido jugar en la NBA. Era un jugador muy inteligente, pasador y con gol, y un gran luchador. ‘Pichi’ también era tremendo, igual que Germán Filloy. La verdad es que dirigí a unos ‘monstruos’ Y no me quiero olvidar de “el Runcho” Prato, quien llegó a Atenas desde Italia y la verdad es que nos cambió la cabeza a todos los que entonces no salíamos de Córdoba”, enfatiza.


Sobre el presente deportivo de Atenas, que acaba de completar una de sus peores actuaciones en Liga Nacional, Garrone señaló: “Me da lástima, porque soy hincha del club. Hay que meterse adentro para ver qué está sucediendo, pero creo que la dirigencia va a lograr que esto cambie”.
 
La foto con el Dream Team

La emoción desborda a Walter Garrone cuando la charla lo transporta de regreso a uno de los días más importantes de su extensa y exitosa carrera como entrenador de básquetbol: el 1º de julio de 1992. Aquella vez, en el Memorial Coliseum de Portland, el seleccionado argentino enfrentó al primer Dream Team de la historia, la constelación de estrellas de la NBA con la que Estados Unidos arrasó en el Preolímpico clasificatorio para Barcelona ‘92.

“Sabíamos que no podíamos ganarles pero lo mismo salimos a jugarles de igual a igual. En ningún momento les dije a los muchachos que trataran de controlar la pelota para que no nos hagan muchos puntos, sino todo lo contrario. Les pedí que disfrutaran y les avisé que íbamos a ir rotando, para que todos pudieran jugar”, cuenta Garrone sobre aquel duelo que favoreció a los locales por 128 a 87.

Michael Jordan, Earvin “Magic” Johnson, Larry Bird, Charles Barkley, Karl Malone, Scottie Pippen, John Stockton y Patrick Ewing fueron algunos de los integrantes de aquel célebre equipo estadounidense. En Argentina jugaban, entre otros, Marcelo Milanesio, Héctor Campana, Juan Espil, Diego Osella, Hernán Montenegro, Miguel Cortijo, Sebastián Uranga,  Esteban Pérez y Luis Villar.

“Recuerdo que en un momento ‘Magic’ Johnson vino a sacar al lado mío y Uranga me dice ‘vení Walter, que te saco una foto’… ‘¡Ni loco! Nos matan si nos sacamos una foto en pleno juego’, le respondí. ¡Mirá cómo eran las cosas en aquellos tiempos! Por suerte los muchachos del Dream Team tuvieron el gesto de invitarnos a sacarnos una foto con ellos antes del partido. Salimos todos mezclados y es un gran recuerdo para los que tuvimos la suerte de estar allí”, rememoró.

“En ese torneo salimos quintos, y había cuatro plazas para los Juegos Olímpicos. Clasificaron Estados Unidos, Venezuela, Brasil y Puerto Rico. La verdad es que era muy difícil alcanzar el objetivo, pero fue una linda experiencia. Me hubiese gustado seguir al menos por un período más, pero los dirigentes decidieron que el técnico de la selección tenía que ser uno de Buenos Aires, y está bien. No siento que me hayan quedado cuentas pendientes como entrenador”, cerró.