Gabriela Jara es chilena y vive en Córdoba donde estudia Geología en la UNC desde el 2015. La joven de 27 años decidió retomar el pasado jueves a su país para sumarse al equipo de atención sanitaria que comanda su padre en Santiago de Chile y que se encarga de atender a las personas heridas en cada una de las masivas manifestaciones que se producen en la capital del país trasandino y que ya dejaron 18 víctimas fatales, según las cifras oficiales.
La joven definió como “brutal” la represión por parte de las fuerzas de seguridad chilenas y aseguró que utilizan métodos prohibidos para reprimir a la población. “Hacía dos años que no volvía a Chile pero consideré que era importante estar allí. Mi padre está trabajando en asistencia sanitaria, atendemos principalmente en emergencias a personas heridas de balas. Al llegar a mi país me encontré con una situación en la que muchos medios tienden a mostrar la crisis”, consideró. “La gente está sublevada, empoderada, hay lazos entre vecinos, un sentimiento de poder social que dista de un fracaso de gobierno, esto más bien es la revelación de una nueva conciencia social. El grupo de asistencia médica al que pertenezco está formado por gente de distintas posiciones, médicos, bomberos. No hay una organización de por medio, no hay banderas partidarias, sino que es transversal”, detalló.
Represión brutal. Su tono de voz cambia cuando habla de la actuación de carabineros y de los militares durante las protestas. “La represión fue brutal. El primer día atendí a mucha gente afectada por gases lacrimógenos especiales, que son gases de guerra, fuertes y que no están permitidos para usar contra la población civil. Además, el carro hidrante tiraba agua que contenía químicos que generan ardor en la piel, también prohibidos”, contó.
“La represión fue brutal. El primer día atendí a mucha gente afectada por gases lacrimógenos especiales, que son gases de guerra, fuertes y que no están permitidos"
“Hemos atendido mucha gente con perforaciones por balas de goma e incluso mi padre, el primer día, debió atender a gente herida por bala de plomo, no de goma. Este viernes vi que hubo heridos con traumatismos oculares y hubo personas a la que tuvimos que sacarla entre medio de la línea de fuego con la policía apuntándonos a nosotros. Tuvimos un susto realmente muy fuerte”, sostuvo. Antes de estudiar geología, Jara estudió enfermería y participó en un grupo que realizaba tareas de rescate. Esos años de formación le resultaron claves en estos días. “Sirvió por los conocimientos que uno suma de atención primaria, de salvamento, de extraer balas, curar y limpiar heridas. Pero el conocimiento que más me sirvió es el de controlar el estrés en situaciones límites, donde tu propia vida está en riesgo. La preparación física y mental fue fundamental”, comentó.
Futuro incierto. Para Jara, la respuesta de Piñera a la Gran Marcha de Chile no fue bien recibida por el pueblo chileno y las marchas podrían extenderse algunos días más. “El viernes tuvimos una marcha histórica. Ya se la denomina ‘La Gran marcha de Chile’, con casi el 40% de la ciudad de Santiago participando. La respuesta del presidente fue bastante absurda, dijo que la marcha es buena para el país porque demuestra que Chile está unido. No entendió que fue una manifestación contra él. Le pidió la renuncia a todo su gabinete pero a la gente no le convence esa respuesta y por eso se están organizando nuevamente y parece que va a seguir para un rato más esta situación”, advirtió. Respecto al mensaje que deja esta serie de protestas, Jara destacó que nadie puede apropiarse de estas expresiones callejeras en las que no se ven banderas políticas. “El pueblo está diciendo que el sistema que se avaló y se elogió durante años no es real. El sistema neoliberal carga contra la gente y aumenta la brecha entre las clases. Me causaba gracia cuando en Argentina se toma como ejemplo a Chile cuando ese crecimiento estaba sobre los hombros de la gente. Se acabó el espectáculo que durante mucho tiempo expuso que Chile era un país modelo a seguir”, añadió.
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