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CóRDOBA
ESCÁNDALO EN TRIBUNALES FEDERALES

El robo de casi $ 500.000 de un empleado a una compañera habría sido planificado

La investigación penal avanza. Se realizaron allanamientos en tres provincias. Hay constancias de los titulares de las cuentas a las cuales se transfirió el dinero. La Cámara Federal dispuso la apertura de un sumario.

Tribunales Federales
ROBO EN EL PALACIO. El confeso autor de la maniobra, que consistió en apoderarse del celular de una compañera del Juzgado Federal 3 para transferir dinero de su cuenta bancaria a terceros, no está imputado. Se realizaron allanamientos en San Luis, Rosario y Corrientes. | Cedoc Perfil

Aparentemente no fue un impulso ni una tentación momentánea. La apropiación de un teléfono celular perteneciente a una empleada del Juzgado Federal N°3, por parte de un compañero de trabajo, para transferir casi $ 500.000 a cuentas de terceros estuvo fríamente planificada. La hipótesis se desprende de los primeros datos que posee el expediente sobre el cual el juez federal Ricardo Bustos Fierro ha dictado el secreto de sumario y que ya cuenta con la confesión del autor de la maniobra, Nicolás Aramayo Sánchez.

Para quienes abonan que fue una situación menor y que el acuerdo de conciliación que propuso el autor del robo a la víctima, permitirá cerrar rápido la pesquisa, el dato de la premeditación es la peor noticia.

Claves. Con tiempo, Aramayo Sánchez habría pergeñado el robo. Para acceder al dispositivo móvil de su compañera y, desde allí a la cuenta bancaria, debía conocer las claves. Esa fue la tarea en la cual se embarcó. Una vez que contó con la información debía encontrar el momento oportuno. Fue el 1 de junio, día en el que se depositaron los sueldos en el Poder Judicial. En esa jornada se habría apropiado del celular mientras ella cumplía sus tareas habituales, como jefa de Despacho en el Juzgado Federal N°3.

Su objetivo no habría sido quedarse con el aparato sino desapoderarla de los fondos depositados para transferirlos a terceros.

Carlos Casas Nóblega
CARLOS CASAS NÓBLEGA. El fiscal federal está a cargo de la investigación. Realizó allanamientos.

Allanamientos. Las transacciones quedaron grabadas en el historial de los movimientos bancarios de la víctima. El viernes 10 de junio se llevaron a cabo allanamientos en San Luis, Rosario y Corrientes. Hasta el jueves pasado, último día hábil de la semana, todavía no se contaba con toda la información obtenida en los procedimientos.

Si bien trascendió que las transferencias habrían tenido como destino cuevas financieras, la información no fue confirmada ni descartada por las fuentes que consultó PERFIL CÓRDOBA. Los titulares son personas físicas, pero aún se está determinando de quiénes se tratan.

Otra medida adoptada fue el levantamiento del secreto bancario para conocer la situación financiera, deudas y acreencias de Aramayo Sánchez.

Ricardo Bustos Fierro
BUSTOS FIERRO. El juez ordenó liberar el secreto bancario sobre las cuentas de Aramayo Sánchez.

Este medio intentó dialogar con su abogado defensor, Diego Sánchez, para conocer su versión de lo sucedido, pero el letrado no respondió a la inquietud planteada.

Los motivos que llevaron al empleado judicial –tiene cargo de escribiente– son todavía una incógnita. En el escrito que presentó reconociendo la autoría del hecho y ofreciendo un acuerdo de conciliación, no los explicó.

La conciliación, según fuentes de la investigación, consistiría en la devolución del monto exacto sustraído, ni un peso más. No contempló las consecuencias que le acarreó a la víctima el suceso, el daño moral provocado o los inconvenientes derivados de la privación del dinero.

Por el momento, Aramayo Sánchez no está imputado. Se esperan informes y pericias para determinar la calificación legal. Y tampoco está cerrado el acuerdo que propuso.

Sumario y traslado. El miércoles último, la Cámara Federal de Córdoba asignó al secretario de ese cuerpo, Manuel Malbrán, la apertura de un sumario administrativo para analizar la conducta de Aramayo Sánchez. Se le dio un plazo de 60 días. El tribunal también pidió a Hugo Vaca Narvaja, titular del juzgado donde ocurrieron los hechos, que disponga el traslado preventivo a otra oficina.

LAS CONSECUENCIAS DE LA AUSENCIA DE CONCURSOS

La nota publicada en exclusiva por PERFIL CÓRDOBA el domingo pasado, con los principales datos del suceso, causó impacto en los tribunales federales de Córdoba.

Hay posiciones divididas entre quienes consideran que fue un hecho muy grave y quienes lo ven como un traspié que se supera pagando y pidiendo disculpas.

Las diferencias de criterio tienen su explicación. Hay hijos, sobrinos, parejas y exparejas ocupando puestos en los juzgados, donde la ley de ingreso democrático e igualitario a los cargos no se cumple, a pesar de haber sido sancionada en 2013. La norma no hizo mella, ni siquiera por una vocación aspiracional de la Cámara que podría instrumentar un sistema más idóneo.

Hoy, para ingresar a trabajar a tribunales federales ni siquiera es necesario tener el título de abogado.

Lenta pero decididamente los ministerios Publico Fiscal y de la Defensa abrieron concursos de antecedentes para incorporar a su personal. Eso genera idoneidad e independencia de las y los magistrados para con sus subalternos.

En el Poder Judicial eso no ocurre. Apañados por la Corte Suprema que, por acordada, impidió la aplicación de la ley 26.861 de 2013, en juzgados y cámaras no se habilitaron cambios y los cargos siguen ocupándose por designaciones a dedo y convenidas entre quienes tienen los resortes para decidir.

El caso Aramayo Sánchez demuestra las indeseables consecuencias institucionales de ese sistema. Su pertenencia al círculo social y familiar con poder en la Justicia Federal explica el hermetismo y los compromisos que priman entre jueces a la hora de brindar la información y, de lo que resulte del sumario y la investigación penal, se verá si también pesan al momento de resolver la sanción que le corresponda.

Antecedentes. Hay sumarios administrativos, suspensiones y cesantías en la historia de tribunales federales. Un fisioterapeuta fue sancionado con 29 días de suspensión porque, abusando de la confianza de los empleados que iban al centro médico, usaba sus credenciales y se asignaba sesiones a él mismo. Otro caso más resonante fue el de Héctor Eduardo Martínez, conocido por las irregularidades en la tramitación de amparos por el corralito. Fue cesanteado, sin sumario administrativo.