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CóRDOBA
SEMANA SANTA

EL SINCRETISMO RELIGIOSO EN JUJUY

CULTURAS Y RITOS ANCESTRALES FUSIONADAS CON EL APORTE DE LOS COLONIZADORES, CONFORMAN UNA LITURGIA PARTICULAR.

Semana Santa en Jujuy
TILCARA. Junto a Yavi y Tumbaya, son el epicentro de las conmemoraciones por Semana Santa en la Quebrada de Humahuaca. | CEDOC PERFIL

Al margen de las liturgias, la Semana Santa tiene distintas manifestaciones según sea la región que se visita. En una de las provincias donde mayor importancia se le da a la conmemoración es Jujuy, donde esas liturgias tienen mucho que ver con el sincretismo religioso de ritos y culturas ancestrales, con las creencias y costumbres que trajeron los colonizadores.

Con mucho de fiesta popular, se destaca por los ritmos, marcados por sikuris, cajas y tambores; el colorido de las ropas; las actividades, con peregrinaciones y procesiones; las formas de relacionarse y hasta competir entre los distintos grupos, y los perfumes y sabores de la gastronomía regional conforman un espectáculo para presenciar y, por qué no, participar.

Con en ese marco, hay tres sitios que se destacan en la agreste geografía de la Quebrada de Humahuaca: Tilcara, Tumbaya y Yavi.

 

Tilcara

En Tilcara, la Semana Santa tiene un tono diferente, que recrea las escenas de la pasión de Jesucristo en grandes cuadros conocidos como ‘ermitas’, realizados íntegramente con flores, hojas, tierras de colores, semillas y frutos del lugar.

Previo al Viernes Santo, cada lunes, miles de peregrinos agrupados en su mayoría en bandas de sikuris, reciben la bendición en la iglesia de Tilcara y comienza el ascenso nocturno hacia el Abra de Punta Corral.

Recorren los senderos a la vez que ofrecen su música a la Virgen de Copacabana, para regresar el miércoles siguiente, con la imagen, hacia la iglesia de Tilcara. El Viernes Santo, un tradicional Vía Crucis viviente recorre las calles, estación por estación.

Considerada la ‘capital arqueológica de Jujuy’, tiene un ‘pucará’ (fortaleza) edificado por los pueblos originarios que habitaron esas tierras. Tilcara además cuenta con museos de arqueología, de pintura y escultura.

El pueblo tilcareño y los visitantes también participan de la novena en honor a la virgen en el Abra de Punta Corral, con las bandas de sikuris, familias y comunidad de origen y de la peregrinación al santuario.

 

Tumbaya

Reflejo de la profunda espiritualidad del pueblo jujeño, la Semana Santa comienza en los días previos al Domingo de Ramos, cuando los peregrinos ascienden al santuario de la Virgen de Copacabana, de Punta Corral, a 4.000 metros.

Allí, dice la tradición, apareció por primera vez la virgen a la que llaman ‘Mamita del Cerro’ y a donde llegan los caminantes luego de recorrer alrededor de 24 km, acompañados de más de 80 bandas de sikuris que compiten entre ellas para destacarse en una suerte de concurso simultáneo y paralelo a la conmemoración religiosa. Ver avanzar las bandas de sikuris por las estrechas callejuelas empedradas es un espectáculo sobrecogedor.

En el atardecer del Domingo de Ramos, los peregrinos regresan hasta la iglesia de Tumbaya con la imagen de la Virgen. Al margen de creencias religiosas, como practicante o no, es imposible sustraerse a este conmovedor espectáculo con el cerro cubierto de colores y las oraciones convertidas en música y cánticos.

El cronograma de actividades contempla que días antes comiencen las novenas, en Tumbaya y en el oratorio de Punta Corral; el sábado y domingo se realizan las misas de peregrinos en el oratorio de la ‘Mamita del Cerro’; el miércoles previo parten los servidores al oratorio; el jueves se da inicio a la peregrinación al santuario de la Virgen de Punta Corral, y el viernes, el día de mayor concurrencia, las actividades litúrgicas comienzan a las 4.

El sábado se lleva a cabo el rezo del rosario, la misa y el descenso de la imagen de la virgen acompañada por los peregrinos y las bandas de sikuris hacia Tumbaya, donde permanecerá la ‘Mamita del Cerro’ por una semana, hasta que volverá al santuario.

 

Yavi

El Viernes Santo, Yavi es escenario de un sobrecogedor acontecimiento: en las primeras horas de la mañana, desde localidades y valles cercanos y transportando ramas de molle a lomo de burros, rodas amarillas y aromas para los cultos de la pasión, llegan los encargados de preparar el Monte Calvario dentro de la iglesia.

Al atardecer, comienzan a escucharse los primeros lamentos del Viernes Santo. Las ‘doctrinas’, con andar parsimonioso, llegan desde localidades como Inti Cancha, Suripugio y Yavi Chico.

Son niñas que desde los 12 años son preparadas para entonar la lectura de la pasión, elevan cánticos en un profundo lamento, que llega hasta las lágrimas. Finalizando el sermón, el cuerpo yacente de Cristo es llevado en andas, seguido por la Virgen de los Dolores, Juan Bautista y María Magdalena.

En el camino, las ‘doctrinas’ siguen cantando y recitan los siete dolores de la virgen iluminadas en la noche con sus faroles de papel.

 

Otros paseos

Además de presenciar estas y otras actividades litúrgicas de Semana Santa, en la zona hay otros atractivos en Tilcara que no pueden dejar de conocerse, como el Pucará, fortificación prehispánica ubicada sobre un cerro; las quebradas empinadas, como la Garganta del Diablo y, en la ciudad, los museos Arqueológico Dr. Eduardo Casanova, con reliquias incas y José A. Terry, que exhibe pinturas de la vida local

En la cercana Purmamarca (25 km), son imperdibles el cerro de los Siete Colores, el sendero Paseo de los Colorados, las casas de adobe que bordean las calles y la plaza 9 de Julio, con su mercado de artesanías popular.

También se pueden visitar otros pueblos, como Tumbaya, Maimará, Juella, El Perchel, Huacalera y Uquía.