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CóRDOBA
PRECIOS A LA BAJA

El valor de producción agrícola local perdió US$ 660 millones

Por el Covid-19 se profundizó la baja de los precios de cultivos clave de la provincia. También se redujo drásticamente la rentabilidad del productor cordobés.

24-05-20granos
PARA ATRAS. El COVID-19 terminó de asestar un duro golpe a los precios de cultivos clave | Cedoc

Los efectos del aislamiento golpearon de lleno al comercio y los servicios y también a la industria manufacturera. Y aunque la producción agrícola no se vio resentida directamente en su desarrollo, sí están siendo lastimados los valores de la producción. La pandemia impactó en un contexto de precios a la baja de los commodities que con la incursión de la enfermedad aceleraron su tendencia declinante. Un reciente trabajo el equipo económico de la Bolsa de Cereales de Córdoba se dedicó a calcular cual era el impacto del Covid-19 en la producción primaria de la provincia. En ese sentido destaca que se estima que la pérdida en el valor bruto de la producción de la provincia, ocasionada por la baja de los precios que causó la crisis, es de US$ 246 millones para la soja y US$ 414 millones para el maíz. También señala que, a nivel del productor, la rentabilidad promedio se redujo severamente y existen departamentos con resultados negativos, tanto para soja como para maíz.

“En los últimos años, y en particular en los últimos meses, el mercado agrícola se encontraba con precios deprimidos como consecuencia de una mayor oferta de granos, conflictos comerciales de escala global y caída en los precios del petróleo. Sin embargo, la pandemia del Coronavirus profundizó la situación de dicho mercado, generando un impacto negativo para gran parte de la economía mundial, lo que derivó en una caída de la producción en casi todos los sectores”, dice el trabajo. En esa línea subraya que, con la actividad económica muy reducida, el mundo consume menos y demanda una menor cantidad de energías y recursos. Por esta razón, la demanda del petróleo, la principal fuente de energía, se vio fuertemente reducida al igual que su precio. A su vez, esta caída en el precio del petróleo tiene un impacto negativo en los precios de los granos debido a que genera menores incentivos a la producción de biocombustibles, lo que disminuye la demanda de granos.

Los precios. En enero, el precio FOB de exportación se encontraba en US$ 362 por tonelada y se esperaba que, al momento de la cosecha, fuera de US$ 345 por tonelada. Hoy, el promedio del precio de exportación del mes de mayo es de US$ 325, US$ 20 por debajo de lo esperado a principio de año. “Esta caída en el precio se debió no solo a los efectos de la pandemia, sino también a la preocupación por nuevas tensiones comerciales entre EEUU y China (mayor consumidor mundial de la oleaginosa)”, remarcan en la Bolsa de Cereales local. El efecto de la crisis es incluso mayor al analizar el precio de exportación del maíz. El 40% del maíz de Estados Unidos, principal productor del cereal a nivel global se utiliza en la industria del etanol por lo que, al caer los precios del petróleo, disminuyeron los incentivos a la producción de energías alternativas haciendo que la producción de este biocombustible se desplome.

Por otro lado, se suma la menor demanda de combustibles como consecuencia de la menor actividad económica del país norteamericano. De este modo, con una menor producción y demanda de etanol, hay mayor cantidad de maíz disponible que se traduce en menores precios. En todos los meses el precio efectivamente observado es menor al que se esperaba a principio de año. Puntualmente, en enero el precio de exportación era de US$ 182 y se esperaba que para el mes de julio fuera de US$ 162. Hoy, el promedio de los precios de exportación para el mes de julio es de US$ 140, US$ 22 menos que las expectativas en enero. “Esto significa una pérdida de US$ 414 millones en el valor de la producción de maíz y US$ 382 millones en los ingresos brutos de los productores. En total, el valor bruto de la producción de la cosecha de soja y maíz de Córdoba perdería US$ 660 millones en el marco del COVID-19, lo cual implica una menor cantidad de recursos, no solo para los productores, sino para la economía provincial”, explica el trabajo.

En rojo 
A nivel productor, la crisis ha provocado una disminución en la rentabilidad de los cultivos estivales al disminuir el precio disponible de la soja y el maíz. Durante la cosecha, el precio promedio de la soja fue U$S 24 inferior al esperado, mientras que para el maíz temprano y tardío la diferencia fue de U$S -18 y U$S -19, por lo que la rentabilidad final para los productores sería inferior a la esperada. Las repercusiones de estos movimientos en los precios fueron agudas para la provincia. La rentabilidad de la oleaginosa pasó de un promedio esperado del 6% en enero, a un valor negativo de -1,1%.