El último bordado que Alberto Fernández le dio al Gabinete nacional no dejó lugar para la dirigencia cordobesa. Sin embargo, una mujer del PJ cordobés que estuvo muy cerca de las definiciones resumió en una charla de café la sensación que invade al albertismo en sus primeros días en los despachos de Balcarce 50: “para Alberto, (Juan) Schiaretti es opositor. No hay vueltas”, dijo la mujer de bajo perfil que aguarda un nuevo llamado para saber si tendrá o no un lugar entre las segundas o terceras líneas del Gobierno.
En Córdoba, la sensación es similar. De hecho, antes de viajar a Buenos Aires el lunes pasado para asistir a la asunción del líder del Frente de Todos, el propio mandatario cordobés tiró los últimos cartuchos que le quedaban en materia de anuncios: secretarías y vicepresidencias en agencias.
Y ahí, entre esas cartas que le quedaron en el mazo, el gobernador se guardó un par de ases; uno de ellos, el nombramiento para la Secretaría de Integración Regional, cargo que aguardaba con expectativa el delasotismo y quedó, sin embargo, en manos del histórico Jorge “el Zurdo” Montoya.
El hombre con pasado en el Senado y con una estrecha relación en su momento con el exgobernador José Manuel de la Sota, tuvo su estreno de cargo apenas horas después. Cuando se convirtió en la persona que acompañó a Schiaretti al Congreso para la asunción de los Fernández y tuvo en su poder el juego de llaves que le dio el gobernador para tratar de abrir las relaciones con la nueva gestión nacional.
Un memorioso del PJ capitalino afirmó a PERFIL CORDOBA que, pese a la buena relación que tenía con De la Sota, la diferencia a la relación con Schiaretti es que este “lo blanqueó”. “Cuando ‘el Zurdo’ llegó al Senado fue por la salida del ‘Pato’ (Juan Carlos) Maqueda que se fue a la Corte. Casi de rebote. Pero siempre fue un tipo de la rosca, que estuvo en el lugar de los operadores y que nunca mostró otro tipo de aspiraciones”, sintetizó la fuente que además recordó que en 2015 De la Sota dividió la jefatura de su campaña presidencial en dos personas: “Carlos Caserio y ‘el Zurdo`’”.
Charlas con Wado. Montoya mantuvo conversaciones en las últimas semanas con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, el otro interlocutor que tendrá la Provincia con la Nación además del flamante jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. De todas maneras, como tratan de destacar de manera permanente en El Panal, el diálogo entre Fernández y Schiaretti será directo. Sin intermediarios.
El lugar al que arribó “el Zurdo” no es menor. Más aún si se considera lo que pasó entre el anuncio en Twitter del gobernador el lunes y el resto de la semana. A la publicación en las redes de Schiaretti, designándolo a Montoya en un organismo de vínculo permanente con los gobernadores Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Omar Perotti (Santa Fe), le siguió precisamente el encuentro de los tres mandatarios provinciales en Buenos Aires y el gesto de Fernández para con el entrerriano y el santafesino.
El presidente de la Nación decidió viajar a las asunciones de ambos el miércoles y negoció con Bordet la posibilidad de abrir las secretarías para dirigentes de su riñón. De no concretarse, el entrerriano pidió manejar los cargos nacionales en su provincia.
Con Perotti la relación es distinta: Alberto F. le mostró un gesto al viajar, pero le dio un lugar en su Gabinete a María Eugenia Bielsa, rival interna del mandatario santafesino.
La "gran Gallardo". Un peronista cordobés parafraseó al técnico de River, Marcelo Gallardo, a la hora de describir cómo estarán los tres mandatarios en su relación con la Nación. “Saben que lo mejor es tener la guardia alta”, dijo sobre la famosa frase del DT Millonario.
Como lo contó este diario hace semanas, la agenda en común de los tres mandatarios pasa por las retenciones al campo, la situación de los pasivos provinciales y los fondos adeudados de obras. Y en el río revuelto que aún no permite ver quién será el líder de los mandatarios provinciales, Schiaretti apuesta a afianzar el vínculo con ambos.
Por eso la designación de Montoya en este cargo, quien además sigue de cerca lo que ocurrirá esta semana en el Congreso con las discusiones por el paquete de emergencias.