La Delegación Córdoba de la Cámara Argentina de la Construcción organizó esta semana la sexta edición de las Jornadas de Infraestructura bajo el lema ‘Bases para el desarrollo inclusivo’, en las que se debatieron los principales ejes de la actividad, entre los que se encuentran el déficit que aún se mantiene en infraestructura y el impacto de la construcción en el empleo. El capítulo ‘Cuadernos’ se tocó colateralmente cuando se presentaron los lineamientos del Programa de Compliance, diseñado e implementado para la Cámara Argentina de la Construcción. El presidente de la oficina local de la entidad, Marcos Barembaum, fue tajante en su discurso al remarcar que desde el año pasado asisten a un proceso continuo de baja del nivel de actividad, con pérdida constante de empleo, obras que se paralizan o disminuyen su ritmo. La conclusión del diagnóstico llegó en forma de pedido a las autoridades públicas: que se reclame la emergencia del sector para tener mayor flexibilidad en las decisiones.
En diálogo con PERFIL CORDOBA , Barembaum detalló que hay numerosos estudios que son contundentes en el sentido de que sin invertir en infraestructura al menos un 6% del PBI el país no va a tener crecimiento sostenido. “ Necesitamos crecer, desarrollarnos y romper ese círculo vicioso. El sector viene de varios meses de drástica caída, desde mediados del año pasado, al igual que en todos los sectores. Este año se notó fuerte la caída, se han perdido 8.000 empleos registrados. Pero esos empleos que se han perdido no han tenido mucha difusión”, sostuvo Barembaum, añadiendo que “cuando una industria cierra o despide hay movilizaciones, cortes de ruta, el Ministerio de Trabajo está inmediatamente socorriendo a la empresa, lo cual es bueno. Pero en la construcción se para una obra y se echan a 50 personas y nadie se entera”.
-¿Están pidiendo algún soporte o ayuda estatal?
-Lo que pedimos centralmente es que se cumplan los contratos. Nuestro sector no pide cosas especiales ni subsidios, sino que los contratos de las obras que están firmados se cumplan y en todo caso, para el desarrollo privado incentivos fiscales.
-¿Se han cortado contratos o hay licitaciones suspendidas en la provincia?
-Hay de todo. Hay muchas obras en las que se bajó mucho el ritmo, otras que se neutralizaron y que en definitiva se paralizaron por un tiempo; obras que estaban licitadas no se contratan y hay muy pocos proyectos a futuro. Es cierto que la situación presupuestaria de la Provincia y en general del sector público es difícil, pero la variable de ajuste de la inversión en infraestructura ha demostrado históricamente que no ha sido la más sensata. Puede haber un efecto de caja en el corto plazo, pero hipoteca el futuro.
-¿Qué información tienen de obras para 2020?
-Hay algunas obras que dependen de los créditos internacionales que está gestionando la Provincia. De la mano de eso puede haber algo, pero es poco. Las empresas están en una situación muy complicada y en serio riesgo. Hay empresas con problemas, claramente. La piedra angular de los contratos, en este contexto inflacionario, son las demoras en los pagos y la redeterminación de los precios de las obras. No podemos ser demasiado optimistas.
Por Cuadernos, suman programas de integridad
-¿Qué les dejó la causa Cuadernos en la que hay varios empresarios del sector?
-La situación personal de cada uno de los involucrados está en manos de la Justicia y resolviéndose, asignando la responsabilidad que les corresponde. Las empresas, en general, han tenido revisión de sus programas o se han adherido a programas de integridad. La Cámara misma ha desarrollado un programa de integridad, adaptándose a normas de la nueva legislación. Se han revisado algunas cosas, pero fueron responsabilidades personales de los involucrados que están en manos de la Justicia.
