“Hay que hacer una revolución impositiva”. Ese fue uno de los planteos principales que escucharon esta semana empresarios cordobeses de boca de unos de los hombres del momento. El autor de la frase fue Martín Redrado, quien volvió a sumar protagonismo tras reencontrarse con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, tras 10 años.
En un encuentro virtual con hombres de negocios de Córdoba Redrado prefirió no revelar lo que habló con su exjefa. Pero sí se explayó sobre los aspectos que, según él, son necesarios para una recuperación económica del país.
En ese sentido es que señaló como una de las premisas básicas plantear un nuevo esquema impositivo, una reforma en el sistema tributario anclado en tres aspectos: promoción de la inversión y la competitividad, otorgando beneficios a nuevas inversiones y eliminando impuestos distorsivos; fomento de la equidad, a través de la mayor tributación de impuestos directos; aumento de la formalización mediante blanqueo, moratoria y regímenes especiales para sectores sensibles.
La propuesta de Redrado se suma a un concierto de iniciativas similares, que no logran encausarse, pero que se vuelven críticas mirando la presión impositiva que hoy soporta el conjunto de la economía, las empresas y las familias. Un dato da mayor relevancia a la necesidad de corregir el esquema impositivo: lejos de ceder, la presión tributaria en 2021 volverá a crecer.
Es lo que vienen advirtiendo varios economistas y es lo que ya se deja decodificar cuando se analiza el Presupuesto de Nación y de algunas provincias para el año que viene. Como síntoma de esto vale recordar que en diciembre el oficialismo buscará aprobar el Aporte Solidario a las grandes fortunas y que en Diputados se incluyeron retoques a subas en alícuotas en Seguros y a la producción de electrónicos.
Más peso. En concreto, la presión tributaria efectiva de la Nación, que en 2020 fue del 23,8% sería del 24,8% en 2021, un punto porcentual más y la mayor presión de los últimos 5 años. “Nuevamente subiría la presión tributaria, esta vez porque la recaudación real crecería más que la recuperación real de la actividad. Según el proyecto presupuestario, aumentaría el tamaño de la torta de actividad económica, pero a la vez aumentaría más la porción que se llevan los impuestos”, señala un documento del Iaraf. Y remarca, entre otros aspectos, que el impuesto PAIS se proyecta aumentando su participación en el producto, resultando 0,2 p.p. por encima de 2020, con lo cual le sumarían a la recaudación más de 0,9 p.p. del PIB en comparación con el 2019, cuando no existía el impuesto.
“Lo que estamos esperando y estamos viendo es alguna proliferación de otros impuestos o aumentos de impuestos existentes, como con los artículos que se incluyeron en Diputados. El Impuesto a la Riqueza no va a ser una recaudación importante, pero va a ser un nuevo ladrillo en la carga fiscal legal. Hay algunos impuestos que habían bajado, que tenían una carga diferenciada, pero que vuelven a retomar alguna suba en alícuotas. La presión fiscal efectiva bajó un poco los primeros años de Macri, después se mantuvo, volvió a subir en 2020 y subirá nuevamente en 2021. Esta suba implica un nivel de presión que va a ser la más alta desde 2016, es decir en los últimos 5 años y si se confirma consolidaría la tendencia de suba en la presión que corta todas las ideas de la Reforma Tributaria de 2017, del Consenso Fiscal y la Ley de Responsabilidad Fiscal”, plantea el economista Ariel Barraud.
En esa línea, Barraud remarcó que es esperable que algunas provincias concreten retoques al alza para algunas actividades gravadas con Ingresos Brutos. “La mayoría de las actividades están muy golpeadas, pero la Provincia es probable que sume un poco de presión a algunos sectores. Seguramente el sector financiero verá mayor presión y es probable que le busquen la vuelta para subir algunos tributos al agro”, apuntó. El Presupuesto de la Provincia ya consignó un aumento del Inmobiliario Rural del 40% para 2021.
La suma. A los casi 25 puntos de presión fiscal efectiva que llegan de Nación hay que sumar otros 7 puntos de la jurisdicción provincial, más un punto de la municipal. Así, la presión impositiva efectiva alcanzaría 33% en 2021, algo por encima al registro de 2020 y cerca del pico de presión que se registró en 2014 con 34%. Para tomar una referencia de mayor largo plazo hay que pensar que en 2002 la presión sumada de los tres niveles fue de 20,2%. Desde ese año, subió progresivamente.