Desde hace algunos años y motivado por compartir con la comunidad cordobesa su creciente colección de obras de arte contemporáneo, José Lorenzo empezó a exponer sus adquisiciones en distintos álbumes.
El primero tuvo como eje la fotografía, el segundo estuvo dedicado a imágenes de la Distopía, el tercero a Políticas de las relaciones y el cuarto se montó bajo la premisa '¿Qué cuerpos?, ¿Qué lenguajes?’ (y contó con piezas de Nicola Costantino y León Ferrari, entre otros).
Siempre con curaduría de distintos artistas y sin la injerencia de Lorenzo –pues “yo no intervengo en la selección de las obras porque sólo pondría el acento en lo emocional”, según se encarga de señalar él mismo– este año es el turno de ‘Máquina abstracta’ su álbum #5, curado por Alfredo Aracil (un curador e investigador español que vive en Buenos Aires) y Carina Cagnolo (quien curó el álbum anterior junto a Fernando Allievi).
Entre los cinco álbumes ya expuestos, el coleccionista lleva mostradas más de 400 obras (un poco menos del 50 por ciento de su colección) y asegura haber repetido sólo entre 15 y 20 piezas a lo largo de todos los álbumes.
La muestra. Con obras de artistas de distintas provincias (Córdoba, Rosario, Salta, Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe) la puesta contempla salas donde la abstracción está manifiesta, otras en las que se trabajó lo abstracto desde la naturaleza y salas que abordan la abstracción desde la escritura. “Muchas de estas obras no se habían expuesto nunca. Incluso yo tampoco las había visto nunca colgadas”, dice Lorenzo.
El texto curatorial de la exposición señala que esta nueva edición de Álbum ofrece a los visitantes una imagen de la abstracción quizás menos heroica o triunfalista, aunque sin dudas mucho más pragmática. “En la frontera entre lo que se puede reconocer como arte abstracto y ciertas obras que proponemos como transcursos y derivas contemporáneas del mismo, la abstracción a la que hacemos referencia responde más a operaciones y funcionamientos que a un adjetivo para circunscribir tendencia o linaje”, detallan los curadores.
En efecto, la abstracción se plantea aquí como una forma de cruzar signos, materias y cuerpos. La muestra abre con un dibujo hecho con lapicera, de Gonzalo Elvira –un artista de la Patagonia que vive en Barcelona– y es una suerte de homenaje a La Bauhaus, la escuela donde comenzaron estas nuevas líneas de pensamiento. “Nuestra intención ha sido imaginar líneas de evolución no paralelas: un concepto que nos sirve para plantear devenires y alternativas, como un juego de maquinaciones entre coyunturas y estratos culturales, donde los problemas estéticos mutan con la historia y lo único que se repite son las diferencias”.
En este sentido, la hipótesis curatorial de Aracil y Cagnolo rastrea la potencia de un juego de maquinaciones que es anterior y posterior a las obras y artistas que esta exhibición ha logrado reunir.
Lo que sigue. Si bien está previsto que esta muestra se mantenga en exposición hasta el año que viene, el equipo que trabaja con la colección del arquitecto ya está ocupado en varios proyectos. “Estamos trabajando en un proyecto editorial, que compila los cinco álbumes. Además estamos pensando en el álbum #6, que mostrará varias colecciones y será más interdisciplinario. Y estamos también pensando en la mudanza porque tenemos que dejar este espacio”, finaliza Lorenzo.
Para vistar
OBRAS. Las obras pueden visitarse en Espacio Colón (Av. Colón 76) hasta mayo de 2023, concertando cita previa vía mail: [email protected]