“Todo fue por justicia”. Con esa frase, Pablo Laurta respondió a una periodista de Canal 9 en Gualefuaychú mientras subía a un móvil policial que lo traslada a Concordia. En esa ciudad entrerriana, la fiscal Daniela Montagne lo indagará por el crimen del chofer Martín Palacio cuyo cuerpo mutilado fue hallado y sometido a pericias.
Por ese hecho, Laurta quedará formalmente imputado por el delito de homicidio, que habría perpetrado entre miércoles 8 y el jueves 9 de octubre cuando requirió los servicios de Palacios para trasladarse a Córdoba con el único objetivo de matar a su expareja Luna Giardina y la exsuegra, Mariel Zamudio, doble femicidio que consumó el sábado último.
Es una incógnita por qué habría decidido terminar con la vida de Palacios. Es probable que lo hizo porque se conocían previamente, para cubrirse de una eventual delación por parte del chofer.
Laurta permanecerá en Concordia durante lo que resta de esta semana. Se estima que la próxima será trasladado a Córdoba, donde procederán los mismos trámites a cargo del fiscal de Violencia Familiar y de Género, Gerardo Reyes, sobre los crímenes de las dos mujeres.
Antifeminismo de manual
La única frase que se le escuchó decir es conteste con el universo ideológico sobre el cual basó la fundación y permanencia de la organización que creó, Varones unidos.
En todos estos años, Laurta se presentó como “víctima” del sistema judicial militando por los derechos de los varones, en un antifeminismo extremo capaz de justificar daños, violencias y hasta la muerte de mujeres. Rompió el silencio con una manifestación de ese tenor.

Calculador y frío
A pesar de que la pericia psicológica y psiquiátrica que le hicieron en Córdoba el año pasado arrojó la conclusión de que no era peligroso ni tenía rasgos de psicópata, los hechos comprueban todo lo contrario.
No solo preparó al detalle su viaje para asesinar a Luna y Mariel en Córdoba, sino que, previamente, se entrenó en Entre Ríos para cruzar en un kayak la frontera vía fluvial hacia Uruguay, sorteando los controles migratorios. Así llegaría a su país natal con su hijo. La pericia y rapidez con que actuaron las fuerzas policiales cordobesa y entrerrianas encabezadas por los ministros de Seguridad de ambas provincias hizo naufragar la última etapa de su plan.