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TRATAMIENTO CONTRA EL COVID-19

Ibuprofeno: Jujuy se llevó mil dosis y se suman provincias, pero en Córdoba quedó rezagado

Pese a que mostró buenos resultados, reduce los días de internación y es económico, el tratamiento para nebulizar con ibuprofeno a pacientes Covid-19 tiene resistencia en Córdoba. Entre disputas y presiones corporativas, Anmat aún no lo apoya.

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A JUJUY. Las ampollas e instrumental para aplicar el ibuprofeno nebulizable que vino a buscar esa provincia del norte a Córdoba. | Cedoc

El avión sanitario de la provincia de Jujuy ya vino tres veces a Córdoba. En cada viaje llegaron a buscar ampollas de ibuprofeno, cápsulas de inhalación, nebulizadores, dosímetros de pulsos e incluso barbijos. Esa provincia es una de las más castigadas por la pandemia del Covid-19. Pero el empleo, vía nebulización, de ibuprofeno para atender la infección pulmonar les dio buenos resultados en decenas de pacientes. Ese tratamiento, conocido como Luarprofeno, es un desarrollo 100% cordobés que, como se sabe, fue presentado en mayo y del que participaron el Ceprocor y el laboratorio pyme cordobés Química Luar. A casi cuatro meses de esa presentación se estima que unos 300 pacientes recibieron el tratamiento de nebulización con la solución de Ibuprofenato de sodio. El 90% corresponden a pacientes de clínicas privadas de Capital Federal y al sistema público de Jujuy. También se aplicó en La Rioja y otras provincias manifestaron su interés de empezar a usarlo, como Salta y Mendoza.

En Córdoba los pacientes tratados han sido escasos. Y las explicaciones son diversas. La trama incluye dudas sanitarias, pero también trabas, celos políticos y presiones comerciales. La primera razón y la ‘oficial’ para entender por qué en la provincia no se usó durante meses este tratamiento habla de la mala aceptación que tuvo por parte del director del Hospital Rawson, Miguel Díaz, referencia obligada en la materia. El director del nosocomio provincial es uno de los que advierte que el tratamiento pone en riesgo al personal médico. El pasado 27 de agosto, en conferencia de prensa, comentó que no se están haciendo las nebulizaciones con ibuprofeno ya que comprobaron que produce contagios al personal de salud que los aplica, debido a la gran cantidad de partículas que despiden.

“Las sociedades médicas recomiendan, no prohíben, no nebulizar en caso de infección pulmonar porque sostienen que cuando uno nebuliza y se produce ´la niebla´ se puede generar riesgo. Lo que ya se comprobó por parte de los médicos que lo usan es que ningún médico se contagió. No obstante, para una mayor protección se elaboró en Córdoba una ‘capota’ para proteger al personal de salud mientras se nebuliza al paciente. Ahora se comprobó que no hace falta usarla, pero frente a la recomendación de las sociedades médicas se usa de manera preventiva. Acá, Díaz bajó la orden de que no se podía nebulizar a nadie infectado por Covid. La orden fue para su hospital, pero como todos miran lo que hace el Rawson eso se trasladó a todos y toda la provincia siguió esa línea”, explica una ejecutiva que sigue de cerca la evolución del tratamiento.

El ministro de Salud de la provincia, Diego Cardozo, fue uno de los impulsores iniciales del tratamiento. Después de la presentación de mayo, en la que fue uno de los voceros, se dejó de hablar del tema y cuando hace un par de semanas este medio le consultó por el tratamiento argumentó que no lo usaban para no exponer al personal médico. Pero al parecer hay otras razones que frenaron el empleo del ibuprofeno nebulizable en Córdoba. Al menos eso creen quienes, desde la vereda de enfrente, en el sector público y en el privado, tratan de que sea tenido en cuenta.

La política. “La realidad es que hubo mucho manejo político en todo esto desde que se anunció. La presentación se hizo a la mañana y al mediodía llegó el aviso de que no se salga a comunicar más nada. Hay cuestiones políticas y de grandes corporaciones. Esto a mucha gente no le conviene porque es un tratamiento muy barato que ha demostrado el 100% de efectividad en todos los casos, ha demostrado que ningún paciente que lo usa llega a respirador, es decir, reduce la necesidad de respiradores, baja a la mitad los días de internación y requiere menos personal médico. Básicamente se acaba la crisis. Esto es lo que demuestran los datos. No cura el virus, pero es un tratamiento de rescate que evita la progresión del 100% a respirador”, advirtió una fuente del sistema sanitario que pidió reserva de su identidad.

La misma fuente remarca que los pacientes que se infectaron con Covid-19 tuvieron una complicación y debieron internarse, una vez que se les aplicó el tratamiento con ibuprofeno evolucionaron y no llegaron a precisar la asistencia de un respirador. La práctica también tuvo muchos obstáculos para alcanzar el universo de pacientes requerido para avanzar en sus estudios. Quienes lo impulsan recuerdan que el sistema público de la Provincia fue muy reticente a aportar los primeros 40 pacientes experimentales. Y que para alcanzar los 100 pacientes siguientes el tratamiento tuvo que salir de los límites de la Córdoba: en concreto, los primeros 100 pacientes que podrían haberse alcanzado en un mes demoraron tres meses y se lograron en clínicas privadas de Capital Federal, no acá. Recién esta semana la Provincia definió que va a empezar a usar un tratamiento que la propia provincia divulgó el 7 de mayo, es decir hace casi cuatro meses y cuando prácticamente no había pacientes de riesgo ni los brotes que se expandieron por toda la provincia meses después. El tratamiento se usaría en Córdoba capital y Río Cuarto.

Sin financiamiento. Hoy, la aplicación del tratamiento se hace bajo el protocolo de ‘uso compasivo’ por seguir en etapa experimental. El uso compasivo de medicamentos es un procedimiento restringido a casos excepcionales, para el tratamiento de determinadas enfermedades para las que no hay un tratamiento eficaz, como es el coronavirus. Los médicos han decidido aplicarlo a sus pacientes Covid-19 positivos en ese marco. Eso también significa que no se puede comercializar. Es decir que todas las dosis que lleva Jujuy fueron donadas por la empresa cordobesa que lo desarrolla. Así, hasta ahora, todo el soporte quedó en manos de un laboratorio cordobés que es una pyme con 30 empleados. El tratamiento es barato, pero la demanda que está llegando genera costos para la empresa, que ante la falta de alternativas internas está buscando financiamiento externo para poder seguir desarrollando la terapia. “Eventualmente creemos que Nación se tiene que expedir ante esto y darle un tratamiento formal al tema. El plasma recibió apoyo y subsidios. En el caso de este proyecto se solicitó apoyo, también desde la Provincia, pero en Nación, pero les fue denegado”, cuenta un funcionario que siguió de cerca el tema.

Frenos. Una alta fuente de la Provincia subraya que hay presiones que exceden al propio ministro de Salud, Diego Cardozo. “La bajada de línea para que no se use viene de más arriba del ministro. Acá hay egos y celos políticos. E incluso hubo llamados a diarios y pedidos puntuales para que el tratamiento no llegue a ser tapa. Es muy fuerte lo que pasa. Es muy fuerte que venga tres veces el avión sanitario de Jujuy y que vos acá en Córdoba no lo uses”, concluyó.

Esperando por Anmat 
El 17 de julio se enviaron a la Anmat los resultados de la experiencia con ibuprofeno nebulizable sobre 113 pacientes. La intención es que la Administración Nacional se expida a favor del tratamiento teniendo en cuenta los resultados alcanzados. Por el contrario, la entidad remarcó que el producto no está autorizado y remarcó que “no se ha iniciado ningún trámite para realizar la evaluación del protocolo mencionado”. En el entorno de médicos e investigadores que promueven el ibuprofeno son tajantes: “No están siendo neutrales, están frenando el tratamiento. Eso es un hecho. Anmat tiene datos desde el 17 de julio y aún no se expide al respecto. Hay poderes políticos muy fuertes. Es sabida la influencia que tienen los laboratorios más importantes del país en el Anmat”, señalan, pidiendo reserva de la fuente.