El proyecto de creación del Instituto Nacional del Libro Argentino (Inla) tuvo su antesala de la mano de Jorge Coscia hace una década, aunque no prosperó. Con algunas mejoras, hoy se encuentra en tratamiento en la Comisión de Cultura del Congreso nacional y está recogiendo aportes de las presentaciones que realiza en distintas provincias y sus consecuentes debates.
La apertura del evento estuvo a cargo de la escritora Eugenia Almeida, quien señaló que “es un viejo sueño que haya un ente de las características del Inla por la importancia que tiene el libro como factor de transformación social”.
Por su parte, María Teresa Andruetto remarcó “la importancia de un ente autárquico, ya que nuestra sociedad se debe una Institución del Libro que no dependa del ejecutivo de turno y que genere políticas públicas”. También puso de relieve la necesidad de la creación de distribuidoras de libros que no tengan un costo tan oneroso para las editoriales chicas, ya que las grandes distribuidoras pertenecen generalmente a los grandes grupos editoriales y se comen una cantidad muy importante de la ganancia de los editores pequeños.
A su turno, el diputado nacional Pablo Carro puso de relieve el fuerte sentido federal que tiene el proyecto, ya que la industria del libro, si bien está en crisis en términos generales, en el interior es donde más resentida está.
Con los números en la mano, Daniel Filmus (diputado nacional FpV-PJ) señaló que en 2015 Argentina producía 143 millones de libros, en tanto que el año pasado esa cifra bajó a 42 millones: “Es inconcebible que un país baje a un tercio la cantidad de libros que produce. En 2015 la importación de libros era de 50 millones de dólares y el año pasado fue de 175 millones. Esa coyuntura exige que haya un instituto, pero aunque la coyuntura no fuese tan así, también sería necesario un Instituto del Libro como existe el de Cine, el del Teatro y el de la Música, que juegan papeles importantísimos”. El diputado puso de relieve además que el sector que más creció es el infanto-juvenil pero que “el 80% de libros de niños y adolescentes que se consumen en el país están impresos en China”.
Federalización. En un país donde el 72% de las librerías se concentran en tres ciudades (Córdoba, Rosario y CABA) la importancia de federalizar es vital. El proyecto prevé la constitución de una Asamblea Federal presidida por un director ejecutivo e integrada -entre otros- por cuatro representantes del quehacer editorial: un representante de editores, uno de los libreros, un escritor de trayectoria y un representante de los traductores.
Presupuesto. Para Carlos Gazzera (editorial Eduvim) el proyecto es muy inclusivo y con un presupuesto interesante: “Sería el 0,5% del presupuesto de Cultura; es un 0.05 del PBI. Lo interesante es que el 80% de esa partida deberá estar destinada al fomento y solo el 20% aplicado a cuestiones burocráticas”.
El ente funcionará bajo la órbita de la Secretaría de Cultura del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación.