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CóRDOBA
ESTANCIA SAN PEDRO VIEJO

LA HUELLA DEL CAMINO REAL

UNA CONSTANTE DE LA ANTIGUA RUTA HACIA EL ALTO PERÚ SON LAS POSTAS, PUNTOS DE DESCANSO Y RECAMBIO DE CABALGADURAS. POR ALLÍ PASARON VIAJEROS, COMERCIANTES Y EJÉRCITOS.

San Pedro Viejo
POSTAS. El Camino Real al Alto Perú estaba dotado de una serie de sitios de descanso y recambio de cabalgaduras. | CEDOC PERFIL

El norte cordobés es de una belleza agreste y formidable, con su vegetación achaparrada, sus añosos árboles de maderas nobles, los palmares y las suaves ondulaciones de su geografía.

En ese marco, la historia del país dejó una huella indeleble, la del Camino Real al Alto Perú, por el que transitaron recuas de mulas cargadas con los bienes que se comercializaban y también los ejércitos, tanto de colonizadores como los de la gesta libertadora y la sangrienta guerra interna.

En su traza, se levantaron las postas, lugares de descanso y recambio de cabalgaduras para viajeros, comerciantes y soldados, entre ellos San Martin, Manuel Belgrano y Juan Lavalle, entre otros que pasaron por allí.

Una de esas postas es hoy el Hotel Estancia San Pedro Viejo, que data del siglo XVII y cuya construcción le encargó el fundador Jerónimo Luis de Cabrera a su hijo Pedro, a quien le fueron entregadas en merced esas tierras.

La posta y estancia comenzó a funcionar a partir de 1760, cuando se estableció el Camino de Postas y Correos. En la hacienda se concentró mular ganado y otras provisiones para los ejércitos patriotas. De igual manera, pasaron por aquí las tropas del ejército que marchaba hacia el norte.

A un costado de la posta fue construida una capilla, de las más antiguas de Córdoba, rodeada de palmares. En ella se venera a San Pedro, patrono de la comarca, y se destaca la estatua de ‘San Pedrito construida entre 1689 y 1699.

Así como entonces fuera albergue para quienes se aventuraban por esas soledades, hoy es un hotel de campo en el que, además de conocer y revivir esas historias, se podrá disfrutar de un alojamiento de calidad y atención de alta gama en sus siete habitaciones con todas las comodidades y el confort.

Construcciones de adobe y piedra, muebles coloniales y criollos, camas con dosel y baños con exquisita decoración, en el entorno natural de la llanura norteña, son un menú más que apetecible. Y, si hablamos de menú referirse a la gastronomía del lugar es mencionar platos criollos, empanadas memorables, asados apoteósicos y cocina internacional.

 

Qué hacer en un hotel de campo.

Actividades campestres, como subirse a un caballo peruano de paso y experimentar la suavidad y acompasado ritmo de su andar y la elegancia de su trote, además de su mansedumbre, que lo hacen apto para una cabalgata en familia, incluidos niños, o hacer una excursión en carruaje antiguo hasta el rancho de adobe y paja cercano que, cobijado por un centenario algarrobo, será el escenario de una ‘picada’ inolvidable.

Además de visitar la capilla, que se encuentra a pocos metros del hotel y al lado de una hermosa laguna, se pueden realizar excursiones al cercano pueblo de San Pedro Norte; Villa Tulumba; Cerro Colorado, o la estancia jesuítica de Santa Catalina.

En temporada veraniega, el hotel ofrece una piscina construida de manera tal que parece formar parte del paisaje natural, entre árboles, totoras y flores.

 

Cómo llegar

Desde Córdoba, por ruta nacional 9 norte, se pasa por Jesús María, hacia Totoral; en el desvío con ruta 60 se toma hacia Deán Funes (50 km); a la entrada a esta ciudad, sobre mano derecha, hay una estación de servicios Shell; allí se dobla por ruta 16 hacia Tulumba. Por ese camino, a 12 km, está la intersección con ruta 18; doblar a la izquierda por esta última, en dirección a San Pedro Norte; tras recorrer 18 km de asfalto y 20 km de tierra (en buen estado), 3 km antes del pueblo está la entrada a la Estancia San Pedro Viejo.

Más información: http://www.sanpedroviejo.com