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CóRDOBA
FALLECIÓ EL VIERNES

La impronta de Jorge Pérez Gaudio en el periodismo de Córdoba

A los 84 años, murió el reconocido periodista y publicista Jorge Pérez Gaudio. Destacado periodista durante las décadas de 1960 y 1970, escribió en La Opinión, fue jefe del Servicio Informativo de los SRT, secretario de redacción de los diarios Córdoba y Tiempo de Córdoba y profesor de muchos que ejercieron y ejercen el ‘oficio más lindo del mundo’.

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Jorge Pérez Gaudio. | La Voz

A los 84 años falleció Jorge Pérez Gaudio, luego de complicaciones tras una cirugía cardíaca. En sus comienzos fue corresponsal de medios de Buenos Aires junto a su hermano Miguel Pérez Gaudio. En 1960 estuvo al frente del Diario Córdoba. Trabajó en el proyecto y fue secretario de Redacción del diario Tiempo de Córdoba. Durante los 70 fue jefe del servicio informativo de Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba (SRT).

Luego de alejarse del periodismo, fue creador y propietario de la agencia de publicidad Contacto, que marcó el mercado publicitario cordobés durante varias décadas y que luego, con su hijo, reconvirtió en JPG, una de las más importantes y reconocidas de Córdoba.

En su larga carrera, formó parte de la Escuela de Ciencias de la Información (ECI) como jefe de Trabajos Prácticos, y luego como profesor adjunto de Periodismo Uno y Dos. Con su muerte se va una parte muy importante del periodismo y la historia de Córdoba.

Jorge formaba parte de una familia de periodistas, junto a sus hermanos Miguel Pérez Gaudio fundador del colegio Colegio Universitario de Periodismo (CUP), Ulises Pérez Gaudio y Luis Pérez Gaudio.

Testimonios.
Al conocerse la noticia, fueron muchos los periodistas que lo conocieron, compartieron con él algunas redacciones y manifestaron su pesar por la partida de Jorge Pérez Gaudio. Estos son algunos.

El periodista y librero Ruben Goldberg dijo: “Un maestro del periodismo. Un amigo entrañable. Toda una generación de periodistas se formaron a su lado. Es una pérdida enorme”.

Por su parte, Carlos Sagristani, periodista de Radio Mitre Córdoba escribió en sus redes sociales: “Brilló como periodista. Fue un generoso maestro de la profesión y una persona noble. Mi reconocimiento, gratitud y afecto por siempre. Lo vamos a extrañar. Que descanse en paz”.

Guillermo Borioli, en tanto, lo definió como “un tipo como pocos, maestro en su humildad, sabio en su silencio. Gracias por lo que aprendí de tu generosidad y tu compromiso”.

Desde Cadena 3, María Rosa Beltramo indicó: “En los 70, un poco antes de que al país le apagaran la luz, los que soñábamos con dedicarnos al periodismo, nos ufanábamos de tener un profe que escribía para La Opinión. En esa época, Jorge Pérez Gaudio, el que ahora se nos fue, era un tipo duro que parecía sacado de una novela de Raymond Chandler, al que le resultaba fácil dar indicaciones precisas sobre la manera correcta de hacer una buena crónica mientras intentaba que perdiéramos la inocencia sobre los medios, pero no la ética que permite distinguir a una información valiosa de otra que no lo es".

Y añadió: "Fue un privilegio elaborar a sus órdenes el primer trabajo práctico –tocó un entrenamiento del primer equipo de Instituto en Alta Córdoba– y algunos años después integrar la redacción que dirigía en el Córdoba y el Tiempo de Córdoba. Y no hubo caso, nunca conseguí la aprobación que perseguía; ni cuando Pérez Gaudio ejercía formalmente la docencia ni cuando deslizaba alguna enseñanza implícita desde la jefatura. Era exigente. Otra vez será… Y ahora partió Jorge Pérez Gaudio, orgulloso artesano del oficio que García Márquez definió como el mejor y más divertido de la tierra. Pero si hubiera algo parecido al cielo del periodismo, ojalá te toque una redacción talentosa y divertida y que los títulos salgan perfectos, a los textos no haya que agregarles ni quitarles ni una coma y que ninguna nota demore la salida del diario".

En PERFIL CÓRDOBA lo recordó Juan José Erramouspe: “Quienes pudimos conocerlo en su arista de jefe y maestro, no olvidaremos nunca las enseñanzas del ‘Piro’, como se lo conocía en el ambiente. Era uno de esos jefes que con su profesionalismo y sapiencia no se quedaba en el simple hecho de “corregir”, sino que transmitía sus conocimientos y había que aprovecharlos. Ser llamado al escritorio del Piro, significaba dos cosas para un periodista en sus comienzos: algo estaba mal en lo que había hecho y algo más iba a saber cuando se retirara del lugar.

Y así se cumplía. Luego de advertir y corregir el error, con su mirada no exenta de cierta ‘picardía’ ante el cohibido aprendiz, tiraba su archirrepetida frase: “No sé si me entendés”.