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Música clásica

La joven sobresaliente que se enamoró de la ópera

María Goso, cantante lírica, fue elegida como una de las 10 jóvenes sobresalientes del 2018. Con apenas 33 años es una de las grandes promesas de la escena.

Maria Goso - Bolsa
PREMIADA. María Goso fue distinguida por la Bolsa de Comercio. | Cedoc Perfil

La música entonada por la conmovedora voz de María Goso se transformó en el corolario perfecto para la entrega de distinciones a los Jóvenes Sobresalientes del 2018. La cantante lírica, una de las premiadas en el evento organizado por la Bolsa de Comercio de Córdoba, emocionó a los presentes en la ceremonia realizada en el salón principal del Palacio Ferreyra. Formada en Córdoba, pero radicada desde hace algunos años en Buenos Aires para formarse y participar de eventos en el Teatro Colón, es una de las grandes promesas de la lírica nacional. Hija de padres apasionados por la música clásica, su vínculo con el arte comenzó desde muy temprano. 

“Cuando estaba en la panza de mi madre me hacían escuchar música clásica. A los tres ya cantaba, fui al jardín de niños músicos, luego a los niños cantores. La música estuvo presente siempre en mi vida. La primera vez que vi ópera fue a los ochos años en el Teatro San Martín y en ese momento le dije a mi mamá que eso era lo que quería hacer y eso que en esa época todas querían ser Bandana o de algún otro grupo pop, pero yo me enamoré de la ópera”, cuenta la cantante.

 —¿De qué manera continuaste dándole forma a esa pasión? 

—A los 16 años, cuando ya había hecho la maduración física, empecé con clases de canto particulares y, a partir de allí, me formé en diferentes partes del mundo. 

—¿Es difícil ser cantante lírica en Córdoba? 

—Esta ciudad es una productora grandísima de cantantes, hay unos talentos maravillosos. Yo trabajé en el Coro Polifónico con compañeros brillantes. Pero no solo en Córdoba, sino en toda Argentina, la lírica es un espacio chico, acotado y es complejo hacerse un lugar. Hay mucho talento, gente muy buena, pero poco espacio para trabajar. Uno entonces va buscando su lugar. Yo estoy terminando mis estudios en el Colón y una vez por año viajo a Barcelona a encontrarme con mi maestro, Raúl Giménez, que vive allá. Dentro de la música clásica hay distintos estilos y uno ve en donde se adapta tu voz, por ejemplo la música barroca, o la de cámara, del siglo 20, a la ópera misma, entonces a partir de allí uno encuentra su lugar. 

—De cara al futuro, ¿qué te gustaría hacer? 

—Quiero poder cantar y vivir de lo mío. El canto para mí es lo mismo que el aire, que la vida y si logro eso creo que sentiré que todo el sacrificio hecho desde chica valió la pena. 

—¿Qué significan para vos premios como el de Joven Sobresaliente? 

—Son un reconocimiento a todo el esfuerzo que uno pone. Con el arte me pasa que gente que no conoce lo que esto implica me dice: “Sos cantante, no haces nada”, y en realidad hay mucho trabajo atrás. Que la Bolsa de Comercio decida reconocer a un artista, a un cantante de ópera es, además de un aporte importante a mi carrera, un hermoso mimo.