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CóRDOBA
HISTORIAS ASOMBROSAS DE CÓRDOBA

La misteriosa viuda del Premio Nobel de Medicina que vivió en La Cumbrecita

1-11-2020-Logo Perfil
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Muchos saben que el primer trasplante de corazón lo hizo Christiaan Barnard, el sudafricano. Pero ya en 1905 lo había practicado, en perros, el discípulo del profesor Testut (el del conocido Tratado de Anatomía), el cirujano Alexis Carrel. Por esto y por sus aportes a las Técnicas de Suturas Arteriales ganó el Premio Nobel a los 39 años y se hizo famoso en todo el planeta. Nunca nadie más lo ganaría siendo tan joven.
También se destacó como escritor, escribiendo muchos libros, entre ellos ‘La incógnita del hombre’, que fue un bestseller, un verdadero fenómeno editorial que se convirtió en un clásico. Estaba casado con Anne Marie La Motte, una aristócrata nacida en el Castillo de Carheil, en el oeste de Francia, de quien se decía que debió estudiar toda la carrera de medicina en la Universidad de la Sorbona, en París disfrazada de varón, con sus cabellos bien cortos, porque en ese país, en su época, las mujeres no podían aspirar a ser médicas. Cuando el prestigioso doctor Carrel murió, tras vivir en Estados Unidos, Madame Carrel eligió un pequeño pueblo en las sierras de Córdoba que con el tiempo sería el primer pueblo peatonal del mundo.
Fundado en 1934, el lugar elegido era un enclave centroeuropeo envuelto por bosques infinitos de abedules, robles y altos pinos, con helechos rodeando cascadas de ensueño y ríos subterráneos cristalinos e increíbles. Allí vivió desde 1954 a 1968, ejerciendo la medicina mientras se alojaba en el primer piso del Hotel La Cumbrecita, uno de los más pintorescos de Argentina, ubicado sobre la calle principal, sobre la mano izquierda. Muchos pacientes llegaban desde todo el país, incluyendo Buenos Aires para consultarla, ya que se decía que era psíquica, que podía diagnosticar solo usando sus manos y un misterioso dispositivo con un péndulo. Y que por eso, estando ella en la zona por años no hubo necesidad de hacerse radiografía alguna, por más inesperada u oculta dolencia que los lugareños tuvieran.
Pasó sus últimos años en una residencia de ancianos en Villa General Belgrano. Pero se enamoró tanto de este pueblo de cuentos de hadas que su deseo fue que cuando muriera fuera enterrada ahí. Por eso, actualmente descansa en el pequeño Cementerio Viejo, un cálido lugar rodeado de un muro bajo de piedras y de mil tonos de verde, de un estallido de coloridas flores cada primavera y de una naturaleza desbordante, que hace que este lugar parezca estar siempre explotando de vida.
La Cumbrecita, bosques, historias y misterios en esa porción del Tirol de Alemania que está escondida en Córdoba y que debiera ser, para todos, una obligación conocer.

(*) Autor de cinco novelas históricas bestsellers llamadas saga África.