El microcentro de Córdoba concentra las arterias comerciales con mayor flujo de personas y, por tanto, las más valiosas para montar un negocio. Los operadores inmobiliarios tienen su propio ‘Indec’ a partir de la ocupación que se advierte en los locales ubicados en calles céntricas como 9 de Julio, San Martín, Tucumán o Rivera Indarte. Cuando la desocupación de locales comerciales llega al corazón del centro de la ciudad es señal de que hay que encender las alarmas. Y esa alerta temprana llegó en el segundo semestre del año pasado, tomó forma de tendencia hacia fin de año y promediando el primer trimestre del 2019 evolucionó en forma de síntoma de algo más serio. “En el centro ya se advertía una tendencia de una vacancia en crecimiento que rondaba el 5%. En los últimos seis meses esa vacancia se consolidó y se incrementó para ser ahora del 8%. Ese nivel se duplica en el promedio de las galerías y exhibe picos en galerías que muestran entre un 40% y 50% de sus locales vacíos”, explica Agustín Tea Funes, de la Cacic.
Para el ejecutivo aquí juegan, al menos, tres factores: la caída del consumo, el canon locativo elevado y las cargas impositivas y de servicios. “Ese tercer factor que antes era uno más, pasó a ser el más importante en muchos casos. Cada vez se volvió más complejo mantener un comercio”, asegura, añadiendo que ya hay propietarios de inmuebles ubicados en galerías del centro o paseos comerciales que empezaron a cobrar un alquiler mínimo o simbólico acordando con el inquilino que el cliente abone los servicios, expensas e impuestos.
Sin perspectiva. Para Martín Dahan, vocero de la Cacic “hay galerías en el centro que son un desastre, con la mitad de los locales desocupados”. El panorama más preocupante es ver qué corredores que siempre tienen alta demanda y no se mantienen con una vacancia prolongada hoy se mantienen con locales vacíos durante meses: “La vacancia en las zonas premium del centro era ocasional y hoy es algo sostenido. El problema no es la desocupación en los locales que vemos hoy, es la perspectiva. Hoy no tenemos nada que nos indique que esto termina, no vemos el repunte. Esa prolongación de la recesión es lo más grave”, advierte. El aumento y la actualización está negociándose en el orden del 15%. Pero también hay mucha intrasingencia.
Sube la morosidad. Otro dato de alerta en las inmobiliarias cordobesas es la tasa de morosidad, que viene en aumento y que no se limita a los locales comerciales. “En un año aumentó 20% la morosidad. Uno encendía la alarma cuando la gente se atrasaba un mes. Hoy vemos atrasos de dos o tres meses y eso compone un núcleo duro difícil de cobrar. Cuando se acumulan tres meses, uno ya sabe que termina mal”, señala Dahan.