“Es una alegría volver a casa después de tantos años. Hice inferiores, debuté en Primera y forjé mi carrera en Instituto. Por eso son muchas las expectativas de volver y estar en un puesto clave, porque de esto depende el futuro del club, ya que los principales ingresos son de la venta de jugadores”, expresa Rubén
Aníbal Del Olmo, quien hace poco más de un mes asumió el cargo de coordinador de las divisiones inferiores de la ‘Gloria’.
El ex arquero, un apasionado del trabajo de formación y que dirigió, en su momento, a Paulo Dybala y Mateo García en la Selección sub-17 de la Liga Cordobesa, dialogó con PERFIL CÓRDOBA sobre su nuevo rol en el club.
—¿Es una presión estar en un lugar que ya tiene una identidad, donde La Agustina es conocida como una ‘marca’?
—Sí, es un puesto que hay que asumir con toda la responsabilidad. Alrededor hay mucha gente trabajando, desde los dirigentes de inferiores, el director deportivo, los entrenadores, los celadores de la pensión, cuerpo médico, utilería, psicólogos, nutricionista, una estructura muy grande en la que quedo como cara visible. Hay que saber delegar funciones, controlar, bajar metodología. Sí, es una gran responsabilidad.
—¿Cómo es el trabajo de vinculación con ‘Miliki’ Jiménez?
—Es constante. Estamos todo el día juntos y tenemos reuniones cada 10 minutos, porque es una toma de decisiones permanentes. Hay que tratar de lograr el menor margen de error posible. Daniel es una persona muy abierta, simple, que agiliza las cosas. Él tiene muy claro lo que quiere.
—¿Y con Marcelo Vázquez?
–A Vázquez lo tuve de entrenador en Juniors. Tengo una relación previa con él. Tanto Daniel como Marcelo tienen la mejor predisposición. Se formó un nexo que ojalá dure mucho tiempo.
—Continuamente están debutando juveniles en el primer equipo...
—La mayoría son chicos que han estado muchísimos años en el club y tienen un gran sentido de pertenencia. Su objetivo principal es jugar en la Primera de Instituto y eso es bueno, porque por lo general los chicos te dicen que su sueño es llegar a Europa. Se les está dando la oportunidad. No es solo un trabajo nuestro, sino de las coordinaciones anteriores que hicieron un gran laburo y el club está sacando esos frutos.
— ¿Tuviste diálogo con Omar Monge, que estuvo mucho tiempo como coordinador de inferiores de Instituto?
—Sí, sigo hablando con él. Hablamos antes y ahora. La idea es darle continuidad al trabajo, agregando cosas nuestras.
—Vuelvo a lo anterior, ¿qué les genera que tantos pibes debuten?
—Como formadores es como ganar un campeonato o festejar un gol, que uno de los pibes surgidos del club sea promovido. Es un orgullo verlos ahí, entrar a la cancha. Nosotros hace poquito que estamos y nuestros resultados se verán en un par de años. Ahora arrancamos con un área de captación con Saldaño, Olmedo, Ramón Álvarez y Gabriel Humeniuk. Estarán haciendo un barrido por todas las ligas del interior. Es gente que conoce el paladar de Instituto y tiene buen ojo.
—¿Por qué cree que históricamente surgen en Instituto muy buenos jugadores ofensivos y no tanto en zona defensiva?
—Esos grandes jugadores surgieron gracias a las buenas campañas. Pero actualmente hay juveniles interesantes que son buenos defensores. Por ejemplo (Nicolás) Vaquer. Hay varios chicos que están ahí, a punto de subir y que tienen muy buena proyección. Viene una tanda de buenos defensores centrales en el club.
Instituto creó una nueva área de captación de talentos juveniles.
