-La escuela, durante décadas, ha sido un factor promotor de la movilidad social, ¿lo sigue siendo? ¿O aquellos niños y niñas que nacen en hogares pobres tienen menos chances de llegar a la Universidad?
-La movilidad social ascendente es producto de la convergencia de una multiplicidad de factores como el desarrollo económico, cultural; el mercado de trabajo, las políticas sociales, culturales, sanitarias y, junto a eso, un sistema de educación público, gratuito y de calidad que permite la igualdad de oportunidades para todas las personas. En esta línea, el sistema educativo y los procesos de inclusión educativa han sido crecientes a lo largo del tiempo en nuestro país y, motores e indicadores de la movilidad social ascendente.
El acceso a la educación superior universitaria no ha estado fuera de esta lógica y en los últimos años se han multiplicado las oportunidades de acceder a la formación universitaria que, sin duda, forma parte de la posibilidad de lograr mejores condiciones de vida, laborales y a la ciudadanía plena. Es por ello que, en Córdoba, estamos federalizando la Universidad Provincial para que las personas tengan más oportunidades de acceder a la educación superior. La educación es, sin duda, un factor de movilidad social ascendente, pero logra toda su potencia cuando se combina y relaciona con otros factores. La escuela suele hacer la diferencia aún en condiciones extremas, pero si no se tienen en cuenta los otros factores se le puede estar pidiendo algo que la excede. Personalmente creo que la educación sigue marcando una gran diferencia. En realidad, aprender sigue marcando la diferencia.
-Muchos docentes dicen que se sienten solos y que se enfrentan a problemas sociales (consumo de drogas, desnutrición, suicidio adolescente) para los cuales no tienen herramientas. ¿Cree que el mundo se ha complejizado tanto que el acompañamiento que se da es insuficiente?
-Considero que el mundo sí se ha complejizado. Lo que pasa afuera en la sociedad ingresa a la escuela y viceversa. En educación, casi todas las situaciones que acontecen son pensadas como complejas en este sentido. Siempre estamos ante problemas multidimensionales, multifactoriales, de derechos correlacionados, más en educación. Es así que el sistema educativo provincial cuenta desde hace varios años con una serie de acciones para abordarlas mediante programas específicos (...) Implementamos guías y protocolos (...) Por eso se habla de acompañamiento y le agradezco que traiga esa noción. La escuela es una gran trama de acompañamiento. Acompañar implica e involucra a todos los adultos, docentes, directivos, profesionales y familias a intervenir dentro de un sistema de corresponsabilidades, donde cada cual debe hacer lo que corresponde conforme su rol y función. Un sistema que debe estar articulado y comprometido, situado, con una mirada interdisciplinaria e intersectorial. Cuando eso pasa, y pasa muchas veces al día en las instituciones educativas, el trabajo se vuelve colectivo y los actores están menos solos y solas para acompañar a cada estudiante.