La frase impacta, conmueve, describe con crudeza lo que significó el inicio de la Guerra de Malvinas para Osvaldo Ardiles, el cordobés que en 1982 era genio y figura del Tottenham Hotspur, por entonces uno de los equipos más ganadores del fútbol inglés: “Mi mundo entero colapsó”. La afirmación no pasa inadvertida en las páginas de "Ossie's Dream", el libro autobiográfico del exmediocampista de Instituto y campeón del mundo del ’78, en el que dedica varias páginas al conflicto bélico del Atlántico Sur. “Fue uno de los momentos más difíciles de mi vida: una guerra entre mi país de nacimiento y mi país adoptivo”, refiere “el Pitón”, en diálogo con PERFIL CORDOBA, 36 años después.
Ardiles vive en Londres pero la requisitoria periodística lo sorprende en Madrid, adonde llegó el día después del 6-1 del seleccionado de España ante su similar de Argentina. Se reconoce “muy preocupado” por el equipo albiceleste ante la inminencia de Rusia 2018 y afirma que el DT Jorge Sampaoli “debe buscar lo más rápido que se pueda un sistema de juego que ayude a (Lionel) Messi”, aunque señala que sus candidatos son España, Brasil, Alemania y Bélgica, al que define como “un tapado” que puede dar pelea por la Copa.
Pero enseguida da vuelta la página, regresa al tema Malvinas y cuenta que estuvo en la sede de la embajada argentina en el Reino Unido el pasado 9 de marzo, cuando dos compatriotas (el excombatiente Julio Aro y la periodista Gabriela Cociffi) y dos británicos (el músico Roger Waters y el coronel Geoffrey Cardozo) fueron distinguidos por su contribución para la tarea de identificación de 90 soldados en el cementerio de Darwin.
Estuve con los familiares de los caídos en combate y fue un acto muy emotivo. Particularmente me impactó mucho lo del oficial inglés que organizó el entierro de los chicos en las islas y que ahora colaboró muy especialmente en toda esa movida. La verdad es que me saco el sombrero ante la actitud de esa persona”, sostiene el exfutbolista, que perdió a un primo –el teniente de aviación José Leónidas Ardiles– en la contienda. La visita de “el Pítón” a Darwin en enero de 2014, con motivo de la filmación de un documental, quedó marcada por un accidente automovilístico que casi le cuesta la vida.
Durante el conflicto
De aquel tiempo difícil, Ardiles recuerda el partido Tottenham-Leicester, por la semifinal de la FA Cup, que se jugó el 3 de abril de 1982 (un día después del desembarco argentino en Malvinas) y las diferentes reacciones de las tribunas cada vez que él tocaba la pelota: de un lado, “England, England, England”; del otro, “Argentina, Argentina”. A tal punto llegó la grieta que un hincha de “los Spurs” llegó a exhibir una bandera que decía: “Argentina se puede quedar con las Malvinas, nosotros nos quedamos con Ossie".
Después llegó el exilio al PSG de Francia, el regreso al Tottenham y los sucesivos pasos como jugador y DT de varios equipos ingleses. “Fue muy fuerte todo lo que pasó al comienzo, un cimbronazo que dejó muchas heridas abiertas. Con el paso del tiempo, muchas de ellas han cicatrizado. Con Ricardo Villa (su compañero de equipo y del seleccionado argentino) nos propusimos ser algo así como puentes entre los dos países y hoy nos sentimos orgullosos de haberlo logrado en cierto modo”, dice Ardiles, quien es embajador deportivo del Tottenham desde 2008.
-¿Malvinas es un tema prioritario en la agenda del gobierno inglés?
-No, para nada. En realidad, nunca lo fue. Quizá durante el tiempo en el que duró el conflicto, pero nada más. A nivel país, y particularmente en lo que se refiere a relaciones externas, hay temas muchísimo más importantes en carpeta. Sin ir más lejos, hoy está el caso de los espías rusos. No hay dudas de que Malvinas es un tema muy importante desde el punto de vista argentino, pero no es igual para Inglaterra.
-En perspectiva, ¿qué análisis hace de la Guerra de Malvinas?
-Que fue una locura, absolutamente. Un absurdo total. Yo creo que toda guerra es un crimen, y que todos los que inician las guerras son criminales.