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CóRDOBA
APERTURA DE SESIONES - OPINIÓN

Pasándole el plumero al "Cordobesismo"

El gobernador Schiaretti abrió el año legislativo en un 2019 de elecciones apelando a la vieja receta cordobesa: confrontar con la Nación.

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DE MANUAL. Schiaretti sacó del cajón la estrategia del "cordobesismo" para diferenciarse de la Nación. | Cedoc Perfil

Los memoriosos en el peronismo cordobés recuerdan que el término "cordobesismo" lo registró José Manuel de la Sota tras ganar la elección provincial en 2011. Y de aquellos comicios, precisamente, integrantes de distintas órbitas dentro del PJ local sacan una conclusión casi inmediata: sirvió para comenzar a marcar diferencias con el kirchnerismo después de ocho años de luna de miel. Con fotos sonrientes, funcionarios que pasaron de una administración a otra y una relación de poder marcada por la peligrosa transversalidad que impulsaron los K. 

Cierto es también que en las elecciones nacionales de aquel 2011 el delasotismo cedió la lista de diputados a manos del kirchnerismo en unas Paso que se disputaron apenas una semana después de aquellos comicios provinciales. La estrategia de De la Sota era clara: conservar el poder territorial para aspirar años más tarde a una nueva chance presidencial con un peronismo K que llegaría sin fuerzas. Debilidad que no capitalizaron lo que en aquel momento fue UNA -el acuerdo con Sergio Massa- y de la que sí sacó réditos ese incipiente Cambiemos con Macri a la cabeza. 

El panorama ahora tiene similitudes. Después de casi cuatro años de sintonía fina con Casa Rosada, Schiaretti y el peronismo local apelarán nuevamente al cerco para que la polarización nacional entre Cambiemos y el kirchnerismo no se cuele en la elección provincial. De allí el énfasis en “defender a Córdoba y a los cordobeses”, con el peligroso antecedente de saber que fue a la misma receta a la que se apeló en las Legislativas 2017 con un derrota que caló hondo en el PJ provincial. 

De cualquier manera, esta parte del manual no es nueva. Las diferencias entre Córdoba y el centralismo porteño existieron siempre. Y desde el regreso de la democracia, convirtiéndose casi en una constante sin distinguir siquiera si se compartía color político: de la isla radical al cordobesismo peronista, todos fueron argumentos válidos para alambrar la provincia. Lo supieron Alfonsín, Menem, el breve De la Rúa y los Kirchner. ¿Lo entenderá Macri?