En un año con mucho ruido y rosca, Marcos Juárez asoma como el gran test de este año con la elección que definirá el próximo intendente en septiembre. Para la dirigencia política cordobesa, el camino a las urnas en el sudeste provincial será seguido con notable expectativa tanto para Cambiemos, que apuesta a conservar el bastión con Pedro Dellarosa, como para el PJ que desea recuperar el territorio para llegar con aire al 2019.
De las dos principales fuerzas, la coalición integrada por macristas, radicales y juecistas fue la primera en mover la ficha, unas semanas atrás, con el arribo del ministro del interior Rogelio Frigerio. Aunque la foto sirvió más para aplacar las tensiones de la interna provincial que para dar el puntapié inicial en Marcos Juárez.
No obstante, cerca de Dellarosa (que cierra una primera gestión con altibajos y sufre las comparaciones con las administraciones de su padre Henry en el Municipio) le dieron importancia por dos cuestiones centrales: que haya bajado Frigerio en la previa de una elección en el interior del interior es tan trascendente, como el compromiso del envío de fondos frescos desde la Nación.
Fundacional. En Casa Rosada saben que la ciudad cordobesa fue la piedra basal de Cambiemos porque, en septiembre de 2014, les permitió por primera vez exhibir un triunfo al PRO y la UCR como socios. Para la cumbre de Gualeguaychú, con Mauricio Macri haciendo la mejor oferta con respecto a Sergio Massa, todavía faltaba mucho. Y para el histórico balotaje, también.
De hecho, Macri siempre reconoce en público la relevancia de aquel triunfo, y en privado, varios operadores del PRO sacan a relucir el papel omnipresente que jugó el entonces gobernador José Manuel de la Sota en la campaña. “Se instaló los últimos días allá y bajó todo el aparato”, recuerdan los macristas cordobeses.
Una gestión regular. Así y todo, pese al resonante triunfo de 2014, la administración de Dellarosa no fue la que los socios de la alianza esperaban. A tal punto que creen que se apuesta a la reelección porque cambiar sería empezar corriendo de atrás con pocos logros para mostrar. Un integrante de la coalición reconoció a PERFIL CORDOBA un hecho que hubiese servido para respaldar al actual intendente y no se produjo: “El año pasado, cuando (Gabriel) Frizza dejó de presidir el Comupro, Dellarosa creyó que era su turno para posicionarlo de cara a esta elección. Y la realidad te demuestra que desde allá apuntaron a otro”, sintetizó el operador en referencia a Oscar Tamis, el intendente de Oliva, que preside el foro de jefes comunales que responde a Macri.
En la localidad del sudeste provincial también recuerdan que, a fines del 2017, Dellarosa tuvo que recurrir a los fondos que se administran desde El Panal para pagar los aguinaldos. De la misma manera que en 2016, el intendente tuvo que pedir un crédito del Fondo Permanente de Financiamientos de Gobiernos Locales que administra la Mesa Provincia-Municipios para cumplir con la retribución.
El contexto pone hoy al jefe comunal en equilibrio entre el respaldo económico y en obras que le pueda brindar Nación y lo que llegue desde Provincia. A esto responde la visita que hizo el ministro Frigerio hace un mes y la apuesta a obras que realizará la Provincia en los próximos meses.
Schiarettistas vs. delasotistas. En 2014, el oficialismo provincial impulsó la candidatura del médico Daniel Fragazzini para disputarle la elección a Dellarosa. El entonces candidato peronista, cercano al actual legislador provincial -y en aquel momento integrante del gabinete de De la Sota- Daniel Passerini contaba con su respaldo y, de manera lógica, con el del exgobernador.
Pero el escenario este año es distinto: Passerini, oriundo de Cruz Alta, tiene dentro del oficialismo un rival para elegir al candidato de Unión por Córdoba, el ministro de Gobierno, Carlos Massei, originario de Monte Buey. Hoy, el integrante del Ejecutivo es quien tiene más chances de imponer el candidato de El Panal en Marcos Juárez. Aunque tampoco descartan un guiño o acercamiento a De la Sota, vía Passerini, para que la bendición parta desde ese sector del peronismo.
Así como Cambiemos tiene que ajustar detalles para apuntalar la candidatura de Dellarosa, el peronismo hoy no tiene un nombre sólido para salir a dar batalla. El viernes pasado hubo una serie de reuniones en Monte Buey y se supo que hay una porción del peronismo que teje lazos con Eduardo Avalle, vecinalista de buena relación con el PJ provincial. De todas maneras, hoy Avalle no está convencido de largarse a la carrera y pide un panorama más claro.
En la Provincia, mientras buscan el candidato que le haga frente a Dellarosa y Cambiemos, sostienen que la postulación se acompañará con un buen caudal de fondos provenientes de El Panal, tanto en infraestructura como en aportes directos.
De este modo, el panorama en Marcos Juárez, por ahora, es de incertidumbre. Aunque todos saben que el pulso de la campaña no se marcará desde la localidad, sino que será comandado tanto desde Casa Rosada como desde El Panal.