Si cualquier vecino de la Provincia de Córdoba se pone a cavar un pozo en su patio con muchas ganas y bien derechito, sale directo a la bonita provincia de Anhui, a unos 400 kilómetros de Shanghai. Es decir que exactamente en la otra punta del mundo, está China. Entonces, ¿por qué es importante prestarle atención a lo que sucede lo más lejos posible de donde vivimos?
Para arrancar, China se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de Córdoba. Es más, junto con Brasil, es el principal destino de las exportaciones provinciales, pero con una particularidad que no se repite con el resto de los países: cerca del 90% de lo que le vendemos a China es soja y sus derivados.
Esta situación implica una debilidad y, como suele ocurrir con las debilidades, una buena oportunidad para la Provincia. Y en este punto está la razón más importante para mirar a Asia: Córdoba necesita diversificar su vínculo con uno de sus principales socios comerciales.
Hay viento a favor porque todos los pronósticos indican que China en particular, y el sudeste asiático en su conjunto, ocuparán un lugar cada vez más relevante a escala mundial y eso permite imaginarse que las oportunidades para realizar vínculos económicos, culturales, educativos o sociales pueden ser muchas. Pero esa diversificación no va a ocurrir por sí sola. En la inteligencia para insertarnos en el mundo que viene de una manera eficiente y diversificada, puede estar la clave para un salto de crecimiento de las economías regionales.
En este punto, la potencialidad que tiene Córdoba es inmensa. Esta afirmación se sustenta, entre otras cosas, en que en suelo cordobés se produce el maní que convierte a Argentina en el primer exportador mundial de maní industrializado (China es el principal consumidor per cápita del mundo), además de ser la provincia con mayor producción láctea de nuestro país (China es la primera importadora de lácteos del mundo), a lo que se suma la producción de carnes bovina y porcina, sin mencionar el ya avanzado negocio en el complejo sojero.
Incluso más allá de todo lo mencionado, las oportunidades de Córdoba no se reducen a la producción agropecuaria. Fortalecer otras experiencias, aunque no sean tan rentables como la venta de productos primarios, puede sembrar las bases para, en el futuro mediato, romper el círculo de las exportaciones casi exclusivamente oleaginosas e incorporar otros rubros beneficiosos para la Provincia, que pueden ser de pequeña escala para la magnitud china, pero significativos para la escala cordobesa.
¿Alguien podría haberse imaginado hace 10 años que golosinas diseñadas en Córdoba se venderían en el interior de China? Bueno, Arcor ya tiene una oficina propia en Shanghai y vendió en el 2018 cerca de 6.000 toneladas de productos a toda Asia, con estrategias de packaging diferenciado y segmentación de mercados. Algo tenemos para aprender de esa experiencia muy cercana.
El fútbol, furor en China y un activo muy extendido en todo el territorio cordobés, podría resultar una veta de intercambio favorable para nuestra región. Los chinos tienen un plan estatal para ser campeones del mundo antes del 2050. Para eso, han desplegado una serie de políticas que incluyen entrenar a sus juveniles en el extranjero, como también importar directores técnicos. Visto caso por caso parece ser irrelevante, pero organizado a escala provincial podría resultar en ingresos no menores para el fútbol cordobés. Y así podríamos encontrar ejemplos en muchísimas áreas, que van desde el financiamiento para obras de infraestructura hasta la exportación de servicios de economía del conocimiento.
Es necesario destacar que diversificar no es solamente una tarea económica, sino también implica comprender una cultura milenaria, distante y cercana a la vez. La realidad indica que hoy comerciamos más de lo que comprendemos. Tener relaciones más beneficiosas para Córdoba también implica dar vuelta esa ecuación.
Los desafíos son varios: los principales podrían resumirse en la necesidad de agregarle valor local a nuestras exportaciones y una articulación entre sectores, tanto público-privado como Gobierno provincial-nacional, que permitan acortar la distancias entre la magnitud de la demanda china y la oferta cordobesa.
Córdoba es en sí misma un territorio diverso económica y culturalmente. Está en nuestras manos que el vínculo con una potencia mundial en crecimiento refleje lo que somos.
Abogado. Especialista en China Contemporánea.
Se presenta el libro ‘Córdoba y China: un mundo de oportunidades’, de Santiago Notarfrancesco, en el que se analiza la relación con el gigante asiático, que puede ser clave para que la Provincia dé un salto de crecimiento en los próximos años. China es el principal destino de exportaciones cordobesas, pero cerca del 90% de lo que vendemos se concentra en el complejo sojero. Diversificar es la tarea.