Las autoridades sanitarias de la Provincia no ocultan su preocupación por la gran movilización de personas que se registró en Semana Santa y creen que, indefectiblemente, se verá reflejado en el número de nuevos casos, los cuales ya muestran una aceleración importante.
Frente a este panorama, comenzarían a aplicarse, dentro de los próximos 10 días, algunas medidas restrictivas, principalmente destinadas a reducir la movilidad nocturna, procurando mantener la totalidad de la actividad económica funcionando.
En un primer momento las estrategias serán focalizadas, adecuadas a las distintas realidades pero todas las miradas estarán puestas en la escalada de casos y con qué aceleración se registren. Estas restricciones ya comenzaron a aplicarse en el interior y llegarían a la Capital provincial. En el ámbito del Ministerio de Salud consideran que sería imposible aplicar en este momento medidas restrictivas como las que se vivieron en la primera ola. La situación social y económica es otra y al menos con ‘la foto’ actual, cuidar la economía es una prioridad.
Entre las autoridades sanitarias provinciales hay una certeza: la gran cantidad de los casos se dan por reuniones sociales y familiares, por lo que entienden que el cierre de actividades, en principio, no tendría un impacto decisivo a la hora de bajar los casos.
Preocupan las nuevas cepas. Las medidas podrían cambiar si la situación se desborda por la ferocidad de nuevas cepas de coronavirus, que golpean a países de la región. Los sanitaristas locales miran con preocupación lo que ocurre en Brasil y Chile, principalmente en lo que respecta a afecciones graves en pacientes jóvenes y sin comorbilidades.
Camas críticas. Al igual que lo que ocurrió durante 2020, la ocupación de camas críticas volverá a ser un indicador clave. Se espera que la amplia vacunación registrada hasta el momento en mayores de 70 años impacte positivamente en este punto. Hasta el momento, la ocupación muestra cierta calma y no supera el 20% del total de camas UTI con las que cuenta la Provincia. Este año, al no haber restricciones de movilidad con el nivel de exigencia que se vivieron en 2020, es de esperar que las tradicionales ‘influenzas’ invernales generen cierta ocupación, por lo que el sistema de salud deberá estar preparado para recibir a pacientes con ambos virus.