En las últimas semanas, en el ámbito del Ministerio de Salud de Córdoba se debieron afrontar algunos conflictos alejados de las cuestiones puramente sanitarias, pero extremadamente sensibles para la opinión pública. El denominado ‘vacunatorio VIP’, que comenzó en Buenos Aires, pero que esparció esquirlas por todo el país, junto con el caso del falso médico que se desempeñó en el COE de Río Cuarto, jaquearon la relativa tranquilidad que impuso en materia epidemiológica la llegada del verano.
Ante este escenario, algunos funcionarios decidieron bajar su perfil público. Uno de ellos fue el ministro de Salud Diego Cardozo, quien desde hace varias semanas no registra ningún tipo de exposición mediática y son contadas, y milimétricamente medidas, sus apariciones públicas.
Ese espacio dejado por Cardozo en el ministerio más caliente del 2020 fue ocupado de manera natural y consensuada por la secretaria de Prevención y Promoción de la Salud, Gabriela Barbás.
La sanitarista cuenta con un perfil técnico muy marcado y un gran manejo de los medios de comunicación, el cual fue perfeccionando con el correr de los meses. Su tono de voz pausado y amable y su imagen técnica más que política, resultaron clave para desactivar un conflicto que amenazaba con transformarse en un escándalo de proporciones mayores.
Barbás fue la encargada principal de brindar explicaciones en torno a la lista de supuestos ‘vacunados VIP’ presentada por el legislador radical Marcelo Cossar y que desató un verdadero vendabal.
En el origen de este inesperado conflicto en Córdoba, tomó la palabra el exministro de Salud y actual legislador, Francisco Fortuna, pero sus explicaciones no lograron ponerle fin a las acusaciones por lo que Barbás tomó la posta a la hora de brindar los argumentos oficiales y se movió de manera sólida ante un tema conflictivo que tuvo su origen en Buenos Aires, luego de las declaraciones del periodista Horacio Verbitsky y la consecuente salida de su cargo del ministro de Salud de la Nación, Ginés González García.
Barbás es bioquímica especialista en virología y biología molecular. Se desempeña en la salud pública y en la investigación desde 2006. Es especialista en VIH y en infecciones de transmisión sexual; manejo de brotes y epidemias; implementación de estrategias y algoritmos en salud pública, y gestión, redes y asesoramiento de tecnología, entre otros. También es jefa de trabajos prácticos de Microbiologia, de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Córdoba. Su gestión al frente del Laboratorio Central de la Provincia es reconocida y destacada por todos sus colegas y fue su paso previo al desembarco de lleno en el Ministerio de Salud de la Provincia.
Falso médico. Otra de las bombas de tiempo que sacudió al Ministerio de Salud provincial fue el descubrimiento de Ignacio Martín, el falso médico que llegó a transformarse en una pieza clave del COE Río Cuarto. Cardozo tuvo una de sus últimas apariciones mediáticas hablando sobre este caso que tuvo una fuerte repercusión en todo el país. El médico, oriundo de Suncho Corral, Santiago del Estero, hizo referencia al caso del joven impostor el pasado 1 de febrero: “En cuanto tomamos conocimiento del caso, el Ministerio de Salud adoptó todas las decisiones y se lo apartó de las actividades que llevaba adelante. Fuimos los primeros en generar una denuncia penal, ese mismo día”, aseguró el funcionario a Cadena 3.
Además, aclaró que “la Provincia nunca le hizo una remuneración y no presentó una documentación en el Ministerio de Salud como personal sanitario. Nosotros en ningún momento ocultamos ni mucho menos. Tomamos medidas concretas e inmediatas desde el primer día”. A partir de allí sus apariciones mediáticas fueron contadas.
Desde El Panal, un funcionario con llegada al Ministro, esbozó una explicación mucho más simple respecto a esta desescalada en la exposición pública de Cardozo. “Es humano. Después del 2020 que vivió merece tener días un poco más tranquilos, alejado de los medios”. En línea con esta teoría, el ministro aprovechó un fin de semana de enero para visitar a su familia en Santiago del Estero, luego de casi un año sin ver a su madre.