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CóRDOBA
RUMBO A LAS GENERALES

Schiaretti define su estrategia para sacarle votos a los ‘tres grandes’

Algunos referentes del gobernador piensan que debe reforzar sus giras al conurbano bonaerense y a Caba, incrementando su participación mediática. Otros apuntan a fortalecer su trabajo territorial y profundizar el contacto en los distritos en los que tuvo buen rendimiento, además de Córdoba. Aseguran que el distanciamiento con Macri no es una pelea sin retorno.

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LA TRÍADA. Buscará mejorar su perfomance en el conurbano y Caba de la mano de Chiche Duhalde, Randazzo y Diego Bossio. | CEDOC PERFIL

“Nunca odies a tu enemigo porque te nubla el entendimiento”, suele repetir el schiarettista Carlos Gutiérrez cada vez que le preguntan sobre las peleas casi irracionales que se dan en la política vernácula.

Gutiérrez cita al gran Mario Puzo, autor del libro ‘El Padrino’, que fue el punto de partida de una serie de filmes magistrales que marcaron un antes y un después del cine negro y que tuvieron a la mafia como eje central del relato. La frase, entre consejo y advertencia, es del personaje Vitto Corleone (Marlon Brando) a su hijo Santino (James Caan).

En el Centro Cívico indican que el candidato presidencial Juan Schiaretti tratará de aprovechar falencias y explotar errores de los “tres grandes” rivales del 22 de octubre (Milei, Bullrich y Massa) para retener lo que consiguió y ampliarlo.

Schiaretti, muy atrás y con escasa consideración en la opinión pública, trata de revertir esa percepción generalizada, aunque sea de modo parcial. Por eso, realizará giras por las provincias en las que le fue más o menos bien como San Luis, La Pampa y La Rioja, a las que sumará Mendoza y Santa Fe, en una primera etapa, que comenzará en septiembre. 

Después le queda abordar el conurbano bonaerense y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde su performance fue muy floja. Insistirá con sus representantes en esas regiones, como Chiche Duhalde, Florencio Randazzo y Diego Bossio. Los tres tuvieron un magro rendimiento en las urnas pero el schiarettismo sabe que no tiene otro camino. “Es lo que hay, no se pueden hacer cambios en este momento del partido”, rezonga un referente.

Por eso, hay un sector del frente que lidera el gobernador de Córdoba que considera que lo fundamental es que Schiaretti “participe activamente” de los programas políticos de la televisión porteña, para tratar de reinstalar su figura. La apuesta de este sector es presentar al candidato como el cuarto en discordia, para intentar borrar los tres tercios en los que, por el momento, está dividido el mapa del país. Estiman que se puede crecer limando las figuras de los postulantes grandes porque todos tienen muchos flancos.

Se ven dos posturas diferentes que distan de ser contrapuestas pero que tienen prioridades diferentes. Por un lado, se ubican los que defienden el trabajo territorial siguiendo el libreto de un modelo clásico y, por el otro, los que intentan aumentar el caudal de votos utilizando las participaciones mediáticas.

Seguramente, lo que vendrá será una combinación de las dos estrategias que, además, tienen por objetivo ahuyentar la idea de ‘voto útil’ que sostiene que no hay que votar al que se sabe que no tiene chances de ganar la contienda electoral del 22 de octubre.

Con Macri no hay una pelea sin retorno. En el medio, está el encontronazo con Mauricio Macri que, en realidad, nunca fue tal porque jamás se registró alguna discusión fuerte entre el expresidente y el gobernador. Hubo actitudes, puntos de vista y posiciones que enfriaron la relación, pero “nunca una pelea”, dicen en el entorno de Schiaretti.

Los amigos del gobernador reconocen que lo que actuó como un disparador del distanciamiento fue el respaldo a la candidatura a gobernador de Luis Juez mientras que, el sector alineado con el fundador del PRO, afirma que el acercamiento de Schiaretti con Horacio Rodríguez Larreta fue la gota que rebalsó el vaso. También coinciden con los schiarettistas al opinar que “nada es para siempre”. Resta dilucidar aquí qué se dio primero: el huevo o la gallina.

A los cordobeses también los sorprendió la crítica de Macri al asesor de Schiaretti, Guillermo Seita, pronunciada el mismo día de la elección cuando nadie esperaba que se refiriera sobre las acciones del consultor político.

“Ahora lo critica (a Seita) y antes era su asesor… hay que recordar que Seita también fue consultor de Macri, hace apenas unos años… Qué pasó en el medio, sólo ellos lo saben”, cuentan algunas voces calificadas del Centro Cívico.

Buscando el origen del desencuentro entre el expresidente y el asesor de Schiaretti y Larreta, entre tantos otros, algunos observadores dicen que el chisporroteo se inició el año pasado, cuando faltaba muy poco para el inicio del campeonato mundial de fútbol 2022. En ese momento, Macri viajó a Qatar y se fotografío con Lionel Messi y el resto del plantel del seleccionado de fútbol argentino. Casi de inmediato, un anónimo invadió las redes. Decía: “Macri mufa”. Eso enardeció al dirigente político, que mandó a investigar el tema para conocer al autor de la difamación. La pesquisa llegó a una conclusión: se había escrito desde una computadora vinculada a Seita. A partir de ese momento, la relación entre ambos se quebró.

En principio, el cuentito es una anécdota menor pero en la vida de estos personajes esas situaciones a veces tienen una importancia capital y sirven para configurar o modificar determinadas conductas.

Lo concreto es que el expresidente fue uno de los grandes ganadores de las PASO del 13 de agosto, se presentó como el gran jefe de Juntos por el Cambio en el acto que hizo el PRO (habló después de Patricia Bullrich) y le levantó la mano a la ganadora de la interna y también a su otro ‘pollo’, Milei. Allí está parado Macri hoy.

Desde el búnker cordobés, la idea es cuestionar con dureza a Bullich, Milei y Massa. Su finalidad es crecer y hacer más fuerte el bloque de legisladores del schiarettismo. Como el gobernador sabe que no ganará la carrera a la Casa Rosada, su entorno ratifica que su meta es llegar a la conducción del Consejo Nacional del peronismo. “Es su sueño”, repiten los escuderos del todavía gobernador. Y van un poquito más allá: “La vida es sueño”, evocando a Calderón de la Barca. El comienzo y el final tienen una coincidencia porque todo parece ser literatura.