Este año pasará 300 días fuera de su casa. Habrá adquirido 150 pasajes de avión para brindar conferencias y capacitaciones en diferentes partes del mundo, con epicentro en América Latina. Mario Riorda, politólogo, docente y presidente de Alice (Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales), tuvo un mano a mano con PERFIL CORDOBA en el que habla del rol que tendrán los principales actores políticos del país después de las elecciones de hoy.
—En este contexto de campaña electoral, ¿A la gente ya no le importan las propuestas?
—Creo que sí le importan y es obvio que terminan decantando en políticas públicas. Sin embargo, pareciera que desde la oferta política son cada vez menos efectivas. En un estudio reciente en el que participé determinamos que en campañas presidenciales, toda la acción comunicacional/electoral no le destinaba más del 20%, en promedio, a las propuestas y el resto era un envoltorio comunicacional para potenciar las capacidades electorales de los líderes. Entonces, eso que podría ser malo, porque recuesta a la propuesta electoral en algo así como una pieza de arqueología, por otro lado es algo bueno, con las complejidades actuales que ofrece el mapa de a quién vamos a elegir. Y me refiero a las ideologías, que son lo más parecido a una brújula para entender lo que puede venir después.
—¿La marcha del #SíSePuede y el contacto tan cercano de Macri con la gente le permitió al Presidente ‘descubrir’ Argentina? Lo digo porque se había gobernado de otra manera.
—Yo creo que este es el Macri más auténtico, para no ser juzgado por sus políticas y los efectos de ella, sino para dejarse ver como efectivamente es.
—¿Este es el Macri ‘real’?
—Este es Macri. Es un actor que no esconde su pertenecía de derecha, está rodeado por un coro de voces que lo sostienen que son Pichetto, Bullrich y Carrió y esto representa a Macri, a quien vemos, por el efecto de sus políticas, más explícito. De hecho, en una charla en IDEA afirmó que este era el rumbo (económico) pero que había que afirmarlo y acelerarlo. Por eso digo que es el Macri más auténtico, aquel que no juega necesariamente con la gobernabilidad, sino con su núcleo duro, que representa hoy un tercio de la oferta electoral de la Argentina.
—¿Y Alberto? Hizo una campaña bien estructurada pero con la rareza de no mostrar a Cristina.
—Alberto es un híbrido tan equivalente como lo fue Macri hace cuatro años. Lo de híbrido tiene que ver con un corrimiento hacia el centro, que probablemente tenga que ver con él personalmente, pero también con una necesidad de comulgar y sostenerse en un pensamiento de centro izquierda, en ese colectivo complejo que representa el arco opositor, específicamente el Frente de Todos.
—¿Cómo evalúa la supresión de la figura de CFK en el Frente de Todos?
—Hoy, como un puro acto estratégico, pero también podrían hacerse lecturas desde lo psicológico, desde su momento personal y en qué etapa de su carrera política está, pero la verdad es que son puras conjeturas. Si somos serios, el único dato concreto que tenemos es un registro eminentemente estratégico y hago una salvedad: una tremenda estrategia. Probablemente Argentina no ha visto un juego estratégico con tanto efecto en las últimas décadas.
—¿Puede haber ruidos en la relación Alberto-CFK?
—Todo poder de liderazgo de gobierno, más allá de los nombres eventuales, tiene tensiones y negociaciones constantes. Cualquier gobierno las tiene y mucho más hoy, asociadas a las dinámicas sociales actuales de la región. No me asusta la negociación, porque es parte de las exigencias de la cogestión que tienen los Estados y esa cogestión sí es algo novedoso: si los gobiernos, la democracia y la ciudadanía no son conscientes de eso, van a estar en riesgo a cada rato.
—¿A quiénes ve, por afuera de los dos principales partidos, como actor clave en el próximo gobierno?
—Creo que, por el propio perfil de Alberto Fernández, es probable que asistamos a un acuerdo programático mayúsculo, salvo algunos acuerdos que tengan que ver con urgencias, como las cuestiones ligadas a la pobreza. Entonces, si bien no me situaría en personajes sí digo que van a necesitar actores garantes.
—¿Macri puede ser uno de ellos si no gana?
—Dependerá del volumen que obtenga en la elección; también lo será algún cuerpo de gobernadores, donde (Juan) Schiaretti va a ser uno más, pero no será el gobernador decano, porque perdió la oportunidad de serlo. De hecho hace muy poco tiempo lo fue.
—¿Cómo se explica el fenómeno Schiaretti? Del 57% de los votos a esta prescindencia
—Yo diría que no quiso, porque no lo intentó, ni siquiera en el momento embrionario de Alternativa Federal. Luego apostó, y es legítimo, a la dimensión local y no le fue nada mal, en cuanto él sea el actor dominante.