No fue el estafador de Tinder, pero la historia se parece en un aspecto central: el vínculo emocional que logró el autor del engaño. La Justicia de Córdoba investiga quién o quiénes están detrás de un falso perfil en Instagram de Brian Harold May, el mítico integrante de la banda inglesa Queen.
Una persona, mayor de edad, que mantuvo contactos virtuales a través de la red social se presentó en los tribunales para denunciar la estafa que le habrían hecho desde esa plataforma. Según relató, la relación siempre fue virtual, pero avanzó a lo largo de varios meses hasta comprometer la situación sentimental de la presunta víctima. En el intercambio amoroso, le prometió un regalo especial: una guitarra autografiada de su propiedad. La destinataria del obsequio le creyó, precisamente por la relación sentimental entablada.
Sin embargo, el falso Brian May le explicó que había un problema. No era fácil el ingreso de la guitarra al país. La enmarañó en una serie de argumentos referidos a trámites burocráticos y asestó el golpe final, para consumar la estafa: le pidió dinero para desbloquear el envío en la Aduana argentina. Proveyó los datos de una cuenta para realizar la transferencia a la víctima y esta le giró la suma de US$ 600. Todo sucedió en plena pandemia de coronavirus, con medidas sanitarias que limitaban la libre circulación y la presencialidad en organismos públicos y privados.
El estafador arguyó que el dinero sería recibido por una empresa de logística que concretaría el envío. Obviamente el regalo no llegó porque nunca existió, como tampoco era real la persona invocada en el perfil de la red social.
La denuncia se presentó en los tribunales de la ciudad de Córdoba. Desde la Fiscalía especializada en Cibercrimen fue girada a Río Tercero, en razón de la competencia territorial del hecho.
Alarmas. Scars Latinoamérica, institución dedicada a la asistencia de víctimas de este tipo de delitos, publicó una serie de características que son comunes en el discurso de los estafadores sentimentales. Los describe como personas manipuladoras, que elaboran argumentos que aparentan ser convincentes. La primera señal de una estafa emocional son las manifestaciones veloces de enamoramiento. Expresan emociones fuertes en un período de tiempo relativamente corto.
Otra característica del vínculo que generan es que sacan a relucir temas vinculados al dinero. Pueden relatar situaciones de emergencia como enfermedades, fallecimientos y eventos extraordinarios para los que necesitan contar con recursos económicos y es ahí cuando solicitan el salvataje. O, también, plantear inversiones atractivas.
La entidad advierte que suele resultar una trampa el cambio de plataforma para continuar la relación. También, la promesa de visitas y regalos, que nunca se concretan por la aparición de eventos imprevistos.
En Estados Unidos cuantificaron las ‘estafas románticas’. El año pasado se robaron US$ 547 millones con esta modalidad. Si se cuenta el último quinquenio, la industria del fraude sentimental acumula la apropiación ilegal de US$ 1.300 millones. Si se compara el 2021 al 2017, se sextuplicaron los hechos denunciados. El hecho más común es el falso perfil en las redes sociales, con fotos tomadas de Internet.
CÓMO EVITARLAS
La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos publicó una serie de recomendaciones para el uso de sitios de citas y redes sociales con el objetivo de conocer gente:
◆ Realizar una búsqueda en línea para verificar el nombre, la foto, la ubicación, la dirección de correo electrónico y otros detalles de la persona para verificar su legitimidad.
◆ Es recomendable contar a un amigo o familiar cuando se inicia el vínculo. Un estafador de romance procura aislar a su víctima de amigos y familiares o presiona para adoptar decisiones impulsivas en soledad.
◆ No hay que enviar dinero.
◆ Si envió dinero hay que informar a institución financiera de inmediato si cree que ha enviado a un estafador.
