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Transporte: aún con más fondos seguirá la inequidad entre Amba y las provincias

Pese a que se negocian más fondos y un piso más alto de recursos para 2023, el subsidio que tiene un colectivo de Amba seguirá siendo muy superior al que reciben los del interior del país. Hoy esa relación es de $ 6 a $ 1. La cláusula gatillo para actualizar subsidios es una de las claves para romper la inequidad, pero aún no hay detalles de cómo se aplicará. Por subestimación de la inflación en el Presupuesto, los montos para 2023 quedarán rápidamente desactualizados.

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GATILLO PARA 2023. La incorporación de una cláusula gatillo para que el transporte no colapse es la clave que se negoció. | Cedoc

Mañana habrá una nueva audiencia entre la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y la agrupación empresaria Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap) para intentar destrabar el conflicto salarial que derivó en la decisión de un nuevo paro de tres días para esta semana. El reclamo del gremio se centró en la necesidad de acoplar los últimos aumentos a los otorgados para los colectiveros del Amba y detonó —una vez más— en un reclamo más equitativo de los subsidios para todo el país y en un replanteo más profundo de la organización de todo el sistema de transporte público.

Con las negociaciones en un punto muerto por la intransigencia del gremio y las empresas, la pelota pasó a Nación y volvieron a surgir las presiones para más fondos. En concreto, que se aprueben las partidas acordadas para fin de año, del orden de los $ 13.500 millones. Fuentes que siguen las negociaciones en Capital Federal confiaron a este medio que finalmente Nación aprobaría los fondos y se evitaría el paro de 72 horas que, de lo contrario, arrancaría el martes. 

“Hay intenciones del Gobierno nacional de intervenir para evitarlo. Ahora salió la flamante ministra de Trabajo a decir que iban a hacer los esfuerzos, pero la verdad que los esfuerzos son plata, no se resuelve nada diciendo alguna palabra mágica en los encuentros. Hace falta que la Nación intervenga y equipare con Amba. Esa asimetría la genera la Nación”, señaló un dirigente que participó de las reuniones. 

Panorama 2022. El conflicto se desató con el reclamo de que se aplique en las provincias el aumento del 50% que lograron los choferes del Amba y, a partir de ahí, se miraron los números del sistema: para 2022 los cálculos de las provincias afirmaban que eran necesarios $ 71.000 millones. Pero hay comprometidos $ 46.000 millones. Los negociadores ‘extra Amba’ afirman que el recorte que aplicó el exministro Martín Guzmán, en tándem con el por entonces titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, fue de $ 25.000 millones, generando un fuerte déficit hacia dentro del sistema. Pero se siguió negociando y se logró una partida de $ 13.500 millones que es la que hoy se busca activar para dejar los aportes en $ 59.500 millones. Con esa aprobación en la Comisión de Presupuesto que preside el kirchnerista Carlos Heller el sistema se encarrilaría, al menos, por unos meses. 

“Ese déficit se generó porque se subestimó la inflación de este año y vino el recorte. Después fijaron el monto de $ 59.500 millones que no tiene mucho rigor técnico. Es el número que quedó y que permitió el contexto de recorte económico, nada más”, dijo un funcionario local.  

La inequidad. La foto que encontró al intendente Martín Llaryora frente a Mario Negri y a diputados peronistas y de otras bancadas, es el reflejo de intentar achicar la brecha de subsidios: el 85% de los recursos van a Amba y el 15% al resto del país. Pero el argumento más fuerte que expresa la desigualdad entre Amba e interior es el subsidio por unidad: hoy cada unidad de Amba está cobrando $ 1,4 millón de subsidios de la Nación, frente a $ 270 mil de un colectivo del interior. “Y no es una cuestión solo de plata o estética por las unidades, ese atraso y diferencia se traduce en un atraso en la renovación de flota y finalmente en un problema de seguridad vial”, plantea un funcionario del interior.

El incremento de facto para las provincias solo achicará temporalmente esa distancia. Si no se equiparan los montos para los subsistemas (Amba e interior) y a partir de allí se aplica una cláusula gatillo con los mismos criterios, la distancia permanecerá. 

Esa es la disputa de fondo que están encarando diputados, intendentes y gobernadores del interior y que también empujan desde el Comité Federal de Transporte que preside el secretario de Transporte de la Provincia de Córdoba, Franco Mogetta. 

“El objetivo es ir a un esquema de compensaciones actualizables periódicamente, cada tres o cuatro meses. Con la dinámica de la economía del país que tenemos hoy es imposible tener certeza de los montos que se definen al inicio de cada año. Y la plata siempre se acaba en agosto”, dice Mogetta. 

El espíritu de los proyectos presentados es ese: generar un solo fondo para todo el país, incluidos las jurisdicciones del Amba y distribuidas bajo el mismo criterio, atendiendo a la realidad de que el costo del kilómetro en los sistemas urbanos del país es muy similar.

“Desde Cofetra impulsamos algunos de los proyectos que se presentaron, donde se pide por un nuevo esquema de distribución de subsidios y la creación de un Consejo Federal de Transporte para definir políticas”, remarcó el funcionario. 

Horizonte 2023. De cara al año que viene hay dos aspectos alentadores y una pelea pendiente. El primer dato positivo es que para interior se fija una partida que es piso y no techo, como venía hasta ahora. Ese diseño implica desembolsos de $ 85.000 millones para el 2023. El otro dato clave es la incorporación de una cláusula gatillo para activar nuevos desembolsos. 

Los pendientes son estructurar un fondo que controle todos los recursos, que se actualicen con los mismos argumentos para todas las jurisdicciones y a partir de allí desarmar la inequidad sistémica actual.

En Córdoba reconocen que es complicado, o al menos, difícil de lograr en el corto plazo. “Hay que unificar fondos y criterios. Es difícil que se logre ahora, va a quedar para otra etapa”, reconocen funcionarios locales. 

Sin un mismo fondo para todo el sistema, la inequidad seguirá, porque se parte de volúmenes distintos de partidas y aunque se actualice en el interior, también se actualizarán las partidas para Amba.  

La forma del gatillo aún no se conoce, pero también resulta clave. Se activaría si la inflación supera el 60% pensado en el Presupuesto del 2023. Pero resta negociar si será igual a Amba: “En Amba tienen una estructura de costos muy detallada y se respeta. Acá no sabemos si se va a actualizar por arriba de inflación o por costos que se vayan generando. Además de los fondos y la actualización, hay que modificar el régimen y no solo el artículo puntual de la Ley de Presupuesto. Si no cambiamos el sistema vamos a estar peleando siempre por los porotos”, resalta Mogetta. 

Un piso que puede quedar chico
Para 2023 se definió un piso de $ 85.000 millones. Pero si se tiene en cuenta que para este año el sistema requería $ 71.000 millones y el Presupuesto 2023 marca una inflación del 60% ese monto debería ser de $ 113.000 millones. E incluso esa cifra puede quedar corta si la inflación no cede. Al ritmo actual del aumento de precios —corriendo entre el 90% y el 100%— el subsistema interior demandaría $ 140.000 millones el próximo año.