La vida profesional me vinculó con la empresa VAWA en la década de los ‘90. Participé activamente -con un equipo de alta competencia- del saneamiento financiero de la empresa. Desde el primer contacto, noté que su fundador, Horacio Alasino, poseía una creatividad que reflejaba su coraje al no rendirse ante la debilidad de su empresa en ese momento.
De aquella ocasión, me llamó la atención gratamente que en un momento apremiante se tomara todo el tiempo necesario para explicar, recorrido mediante, el proceso de fabricación de señales viales verticales, como así también todo el desarrollo técnico y aplicación de la demarcación horizontal con aplicación de pinturas sobre rutas y calles.
VAWA fabrica desde hace más de 30 años sus propios camiones aplicadores, mediante los cuales almacena, funde y aplica dosis de pintura especial, a temperatura óptima y riega con micro esferas de vidrio a una velocidad promedio de 5 kilómetros por hora. Los opera una sola persona y se desplazan hasta el lugar de la obra como un camión normal. La capacidad de carga le permite aplicar el material en forma continua durante una jornada completa.
Desde su pintoresca planta industrial de las Sierras Chicas cordobesas han partido equipos a pintar seguridad en las rutas de Chile, Bolivia y Uruguay. En dicha sede sorprende la estética del orden, donde cada galpón, construido en un nivel distinto, se va acercando progresivamente hacia una sierra baja que protege el conjunto edilicio del ataque de los pesimistas y mediocres.
Pero como la innovación es continúa y promete seguir con la tercera generación de ‘Alasinos’, asombra un equipo de hidrofresado único en el país, con equipamiento americano y calibración a distancia hecha desde Rumania por vía remota. ¿Para qué sirve? Elimina la pintura gastada y entonces la nueva, aplicada sobre una superficie limpia, dura tanto más que el costo se reduce en más de dos tercios. Si esto no es visión de eficiencia, pues entonces ¿qué es?
Mientras tanto, 58.000 kilómetros de rutas cordobesas de tierra esperan que a la brevedad VAWA aplique su sistema de estabilización de suelos, para ser caminos transitables como asfaltados a un 30 % del costo del pavimento. En este caso, la Dirección Provincial de Vialidad de la Provincia de Córdoba ayudará decisivamente con su fondo fiduciario, con planificación para atender a un sector tan postergado: justo es mencionarlo ya que rara vez puede elogiarse el accionar gubernamental.
El programa provincial de eliminación de los letales “lomos de burro” ha encontrado en la empresa un aliado entusiasta e imaginativo: tecnología de punta en disuasión de la alta velocidad, con señalización múltiple y “tótems” de medición están mostrando ya el anacronismo de las mortíferas y rústicas elevaciones. ¿Otro acierto del gobierno de la Provincia de Córdoba? Sí, claro. Con VAWA es más simple y transparente, como transparente también es la incineración íntegra de los restos de pintura y asfalto que el hidrofresado deja.
Indagado Sergio Alasino sobre cuál modelo de empresa extranjera han basado su desarrollo, esboza una mueca rebosante de satisfacción: “Somos únicos”, responde con convicción.
“Tener fe es confiar en ti mismo cuando estás en el agua” dijo Alan Watts. El filósofo británico estudió profundamente el Budismo Zen: tener una actitud Zen significa ser consciente del momento actual. Esto ayuda a liberar estrés, ansiedad, frustración e ira. Centrada en pensamientos positivos, VAWA responde con equilibrio al presente y así construye un futuro más seguro en los caminos.
Por las justificadas loas hacia VAWA, debo aclarar que esta no es una publinota. Junto con un artículo sobre Arcor ya publicado, lo que se procura visualizar aquí es que en Córdoba hay ejemplos para inspirarse.
Gestor de patrimonios financieros y Contador Público
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