“Mirá si no vamos a hablar con Schiaretti, que es más peronista que cualquiera de los gobernadores peronistas con los que ya hablamos”. La frase pertenece a un allegado a Eduardo ‘Wado’ de Pedro, el ministro del Interior y nexo entre el presidente Alberto Fernández y los gobernadores. El dato no es menor, más cuando la misma fuente asegura: “La relación entre Alberto y Schiaretti ya pasó la peor etapa. En este momento están más para avanzar sobre temas específicos que para pensar en lo que pasó”.
Si bien desde Casa Rosada algunos todavía no olvidan que el gobernador de Córdoba se declaró prescindente en las elecciones que consagró a los Fernández, también son conscientes que Schiaretti es una figura central en la política nacional, con peso propio en el Congreso, y que no se lo puede dejar de lado.
De hecho, desde el Ministerio del Interior reconocen que al tratarse la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, el cordobés ordenó a sus cuatro diputados ayudar con el dictamen de comisión, el quórum de la sesión y la aprobación de la ley en general.
Si bien rechazaron varios artículos en particular, como el aumento de retenciones a las exportaciones de granos (para mantener el histórico buen vínculo que tuvo con el campo) o el traspaso de Edesur y Edenor a la Ciudad, que igual se aprobaron, desde el entorno de Wado de Pedro no dudan: sin su ayuda previa -tal vez- la ley ni llegaba a tratarse. Fue “un disenso inocuo y acordado”, como publicó LPO en la semana.
Otra fuente consultada en Buenos Aires por este medio va un poco más allá y asegura que el Presidente es uno de los principales actores que quiere dar vuelta la página en la relación con Schiaretti y encarar un trabajo en conjunto “sin tanta desconfianza”.
“Los dos saben que se necesitan”, agrega, destacando que la principal traba sigue siendo Cristina Fernández. “Eso es más difícil de superar. Las heridas están abiertas y no hay demasiadas ganas de las partes de concretar un acercamiento”, añade.
Motivos de sobra. Uno, necesita apoyo que le garantice gobernabilidad, más allá del poder que supo construir desde que ganó las elecciones de octubre. El otro, avizora que los vencimientos de deuda a corto plazo no serán fáciles de cancelar sin algún trámite del Ministerio de Hacienda y el déficit de la Caja de Jubilaciones sigue necesitando ayudas desde Anses. En ese contexto en el que transitan Fernández y Schiaretti emerge la figura de Wado.
En el corto plazo habrá una reunión entre el ministro y el gobernador. No está confirmada la fecha aún, dicen desde el Ministerio del Interior. “Nosotros no nos tomamos vacaciones, hay que ver la agenda de Schiaretti, pero está previsto”, aseguran.
Desde El Panal no lo admiten plenamente pero reconocen que si existió algún ruido en la trabajosa negociación que llevó adelante Carlos Caserio con el Presidente para designar a dos exministros de Schiaretti en el Ministerio de Transporte de la Nación (Walter Saieg se convirtió en Secretario de Transporte y Gabriel Bermúdez quedó a cargo de la Sub Secretaría de Transporte Automotor) ya quedó atrás, por dos motivos.
Por un lado, porque puede traer beneficios a Córdoba, a partir del ambicioso plan de Transporte Metropolitano que el intendente Martín Llaryora quiere ejecutar en la ciudad y en el Gran Córdoba, con apoyo del gobernador, sino también porque el desembarco de Saieg y Bermúdez le puso un freno al líder camionero Hugo Moyano, quien presionó fuerte para obtener mayor influencia en puestos claves de un ministerio estratégico que mueve más de $90 mil millones, destinados a financiar mediante subsidios el transporte terrestre de todo el país. La situación fiscal, clave.
¿De qué hablarán De Pedro y Schiaretti? El tema principal será la situación fiscal de la Provincia y el objetivo de la Nación de avanzar en la instrumentación de programas nacionales en Córdoba. Con todo, Schiaretti aprovechará el encuentro para reiterar la preocupación por conseguir financiamiento para cubrir el déficit de la Caja de Jubilaciones.
En ese sentido, según los números de la Provincia, en 2020 el sistema previsional provincial tendrá un rojo de $20 mil millones, de los cuales la Nación debería aportar -según el gobierno de Córdoba- unos $14 mil millones si se cumple con la ley y los acuerdos que se firmaron en los últimos tres años.
