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Off Carlos Paz

Wargon: “Cuando te reís, te aliviás, por eso la gente quiere a los humoristas”

“Acaloradas”, la obra que escribió junto a Esther Feldman, hace gira por Capital y el interior provincial, ignorando Carlos Paz. Una Charla con la legendaria escritora.

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“Empecé a escribir para la revista Hortensia porque no soy una escritora seria, no me sale.” | Cedoc Perfil
Cristina Wargon pasó por las revistas Hortensia y Humor. Entre otras experiencias en los medios cordobeses, son míticas sus “Cartas a un amigo” en el Tiempo de Córdoba durante la Dictadura Militar. Más acá en el tiempo, hizo radio con Chiche Gelblung y también con Ariel Tarico. Editó varios libros —agotadísimos— que se están por reimprimir, entre decenas de proyectos que la tienen aún en actividad. Uno de ellos es Acaloradas, un texto donde un casamiento dispara una serie de reflexiones en un grupo de mujeres de 50 sobre la vida y las relaciones y, por supuesto, la menopausia. Estrenada hace unos cuantos años, en esta oportunidad al elenco lo integran Dorys del Valle, Claribel Medina, Andrea Rincón y Alejandra Rubio, quienes estarán de gira por la provincia de Córdoba durante todo enero.
La Wargon, que se dice cordobesa por adopción, está feliz de que la obra rote por escenarios locales. En entrevista con PERFIL Córdoba da una serie de reflexiones sobre su carrera y el humor, por supuesto.

—¿Cómo te llevás con esa categoría de mito que tenés?
—No intento desarmarlo, cuando un mito se enfrenta con la historia, siempre puede el mito. Y ahora estoy de vuelta en Córdoba, viajo mucho a Buenos Aires, pero nunca se sabe dónde me vas a encontrar porque mi vida es un misterio, como tampoco se sabe dónde nací o cuántos años tengo porque una mujer que es capaz de decir su edad es capaz de cualquier cosa. Eso lo decía Oscar Wilde.
—¿Y la decisión de volver siempre estuvo latente?
—Cada vez que alguien me preguntaba cuándo me iba a volver a vivir a Córdoba, respondía cuando me ofrezcan algún trabajo, porque por eso me fui. En ese momento colaboraba para la revista Humor. No me daban bola. Cuando llegué a Buenos Aires, me preguntaron “¿hace mucho que llegaste al país?”. Venía con una carrera hecha, mil años de radio. Acá no existimos los cordobeses, es otro país, son unos hijos de puta los porteños. ¿Viste que los cordobeses nos levantamos a la mañana y si alguien nos dice Buenos Aires, tenemos algo malo para decir? Ellos no se toman ese trabajo.
—¿Cómo terminaste en el humor formándote en un lugar tan solemne como es la Escuela de Letras de la UNC?
—He tenido dobles vidas. Creo, como decía Wilde, que la universidad interrumpió mis estudios. La hice por mi amor por la literatura, pero nunca esperé nada. En ese momento, empecé a escribir para la revista Hortensia porque no soy una escritora seria, no me sale, no me da el talento. No te olvides que hay dos Córdobas: la de antes del Golpe y la de después, que fue el momento de rajar. Y en la época previa, todo florecía. Entre otras cosas, una revista como Hortensia, que fue un boom en el país y quedó en la historia. Y durante la dictadura, a Córdoba en particular le dieron de manera salvaje.
—Hoy el humor hecho por mujeres está más legitimado, y en general hacia los humoristas hay una mirada más respetuosa. A ustedes les tocó abrir un camino, ¿cómo enfrentaste ese choque con el machismo y con la subestimación?
—Con humor. Mi segundo libro, “De mujeres, varones y otros percances”, es de batalla. Si fuera un tipo, me ahorco leyéndolo. Pero la escritura siempre te mediatiza. Me llegaban comentarios de notas que causaron mucho revuelo como, por ejemplo, “Por qué engañan las mujeres”.Entonces, que me ataquen por feminista no me pasó, sí en Facebook de vez en cuando me ligo una puteada, pero mi generación está hecha carne en eso. Hoy a una chica si le tocan el culo, mete una denuncia. A nosotras, cuando nos pasaba, encima teníamos que cuidarnos de que no se enterara el tipo con el que estábamos porque se armaba. Eran técnicas de supervivencia. No tuve problemas con el machismo, salvo el tema de vivir en una sociedad machista.
—¿Sería posible una Wargon para millennials?, ¿Te sentís conectada con las nuevas generaciones?
—Creo que soy una mujer de tres siglos, porque a través de mi mamá y mi cuñada recibí mucho del conocimiento de las mujeres del siglo XIX: sé hacer una mazamorra, zurcir y una serie de artes que ya no existen. Nací a mediados del siglo XX, y me lo “comí”, hice todo lo que pude. Y el XXI me agarra peleando con el Facebook, por supuesto, tratando de incorporarme con cierta lentitud. Los sistemas son maravillosos, operativos, y me superan, pero todo eso hay que cargarlo de contenido e inteligencia, y para pensar no tenés que saber manejar el Snapchat.
—En ese sentido, en Facebook tenés un hilo conductor en tus posteos que llamás “Filosofía Olla”, ¿cuáles son las bases?
—Es una cargada y una manera de ver la vida. En general, lo hago con humor en base a reflexiones, pequeños dichos, observaciones. Y si hay algo que me agradecen es el humor porque, como decía Freud, el humor es el único placer que podemos experimentar sin culpas. Y yo le agrego que si comés mucho, te empachás, si cogés mucho, te metés en un lío pero cuando te reís, te alivias, por eso la gente quiere a los humoristas.

La gira de Acaloradas
4/1: Embalse. 5/1: La Cumbre. 6/1: La Falda. 7/1: Elena. 9/11: Río Ceballos. 11/1: Villa Dolores. 13/1: Ciudad de las Artes (Córdoba). 14/1: Mina Clavero. 16/1: La Falda.17/1: Embalse. 18/1: Alta Gracia. 19/1: Ciudad de las Artes (Córdoba). 20/1: Santa Rosa. 21/1: Mina Clavero. 23/1: La Cumbre. 24/1: Villa General Belgrano. 25/1: La Falda. 26/1: Miramar. 27/1: Río Ceballos. 28/1: Santa Rosa.