Entre 3 y 10 meses es lo que podría llevar al agua de lluvia filtrarse en las fosas comunes de Dinamarca donde millones de visones muertos fueron enterrados hace un mes y así afectar en el proceso las aguas subterráneas de donde ese obtiene liquido vital potable.
Un problema que sacude al gobierno dinamarqués, llegando a cuestionar incluso a la primera ministra del país escandinavo, Mette Frederiksen
La evaluación que hace el National Geological Survey (Geus) y la Tachnical University of Denmark (DTU) en un informe elevado a la Agencia de Protección Ambiental de Dinamarca, expone las posibles consecuencias ambientales de las controvertidas tumbas de visones, que se establecieron apresuradamente en el lago Boutrup en el municipio de Holstebro y en Karup en el municipio de Viborg, a principios de noviembre.
Sin embargo, algunos medios dinamarqueses sostienen que los cuerpos en descomposición de los millones de visones sacrificados y enterrados en fosas comunes tras detectárseles una mutación de Covid-19 ya pudieron haber contaminado los acuíferos subterráneos.
El parlamento dinamarqués anunció el lanzamiento de una comisión para investigar las acciones del gobierno
Dinamarca, el mayor exportador mundial de piel de visón, anunció a principios del mes pasado que eliminaría hasta 15 millones de visones después de descubrir una versión mutada del virus que podría poner en peligro la eficacia de futuras vacunas.
Al no poder incinerar una cantidad tan grande de animales, las autoridades enterraron millones de especímenes en pozos de dos metros de profundidad en un área de entrenamiento militar en el oeste de Jutlandia.
La gran tumba de visones se encuentra en el campo de entrenamiento de las Fuerzas Armadas en Karup, que flanquea la ciudad en la que viven 759 personas. El problema es que está ubicada a pocos metros del límite de la zona donde la depuradora local extrae el agua potable de la ciudad.
El agua subterránea de la zona se recoge a una profundidad de unos 100 metros y se encuentra en partes del área cubiertas por una capa protectora de arcilla. Además, el subsuelo de la zona está formado por arena, a través de la cual se mueven fácilmente el agua y la contaminación.
El ministro de Alimentación, Agricultura y Pesca, Rasmus Prehn, dijo que está todo listo para desenterrar los visones, y declaró hace unos días a La radio de Dinamarca, que los cuerpos de lo animales no suponen ser objeto de ninguna contaminación ni riesgo de infección.
“Esto es a lo sumo algo que parece repugnante”, dijo el ministro de Alimentación, Agricultura y Pesca, Rasmus Prehn, sobre los restos que han comenzado a levantarse del suelo: “no se trata de contaminación o riesgo de contagio”, afirmó.
Y aunque los visones apenas representan un riesgo de propagar el covid-19, hay pocas dudas entre los profesionales de que contaminarán las aguas subterráneas y que también podrían contaminar el lago Boutrup.
HV / DS