Sin recreos para evitar que los chicos se aglomeren en los patios, como piensa hacer Dinamarca. Horarios diferenciados, más turnos y menos estudiantes por aula, tal como plantean en Francia.
Las alternativas que evalúa el Ministerio de Educación nacional para pensar en una posible vuelta a las clases presenciales –sin fechas precisas pero tampoco inmediatas– toman en consideración el modelo que planifican distintos países, especialmente europeos, que o bien no cortaron del todo las clases presenciales durante las semanas de pico de casos por la pandemia de coronavirus o ya establecieron cuándo y cómo volverán los chicos a las aulas.
El miércoles 22, el ministro Nicolás Trotta se reunió por videollamada con su par sueca, Anna Ekström. El país nórdico fue uno de los pocos en el mundo que mantuvieron las escuelas en funcionamiento. “En Suecia mantuvimos abiertas las escuelas hasta los niveles que incluyen a estudiantes de 15 años. También nos estamos apoyando en herramientas virtuales para dar continuidad al proceso de aprendizaje”, dijo Ekström a Trotta. “Nos diferenciamos de Noruega y Finlandia por haber mantenido las clases presenciales. Poseemos las mismas problemáticas ante la pandemia, con realidades sociales muy distintas a las suyas”, agregó.
Aulas reacondicionadas. En Dinamarca, otro de los proyectos que más entusiasman al gobierno nacional, según dejaron saber a PERFIL desde el ministerio, son las escuelas las que deciden las normas bajo las cuales cada docente o alumno puede volver o no a clases. También podrán decidirlo los padres. Con respecto al funcionamiento de las jornadas, los horarios son escalonados y hay líneas divisorias de distancia social para que cada chico espere su turno para ingresar.
Asimismo, se reajustó el tamaño de las aulas, ya que el espacio entre los bancos tiene que ser mayor. Algo similar implementará Francia a partir del 11 de mayo, cuando se levante la cuarentena obligatoria y vuelvan las clases.
En el ministerio nacional son conscientes de que las condiciones son distintas según cada jurisdicción y que estas medidas, aunque aplicables, no son siempre posibles. “La vuelta se vincula a la realidad de la infraestructura que tenemos. Es imposible imaginar que podemos tener un esquema de distanciamiento o la posibilidad de establecer más de un turno hasta que no veamos cómo y cuáles son los distritos que sí pueden ir pensando en un regreso”, declaró Trotta en diferentes entrevistas radiales. “No hay colegios que puedan duplicar el espacio físico o el personal docente para reducir la cantidad de estudiantes en las aulas”, agregó.
Horarios. En Argentina, en tanto, se evalúa también la opción de retrasar los horarios de ingreso de los alumnos cuando vuelva el ciclo lectivo presencial. En esos comités de trabajo participa el biólogo Diego Golombek, investigador del Conicet y actual titular del Instituto Nacional de Educación Técnica (INET), del que dependen los secundarios y terciarios.
El ministro Trotta declaró que ese cambio horario –que podría significar “atrasar el inicio de la jornada de clases entre 40 y 45 minutos”– buscaría “evitar colapsar el acceso a las instituciones y las aglomeraciones en los transportes”. Golombek fue uno de los expertos que sugirieron esa medida: “El horario de ingreso recomendado al Ministerio de Educación, teniendo en cuenta las escuelas que reciben otras tandas de alumnos a la tarde y noche, es el de las 8 u 8.15 de la mañana. Se puede implementar perfectamente desde la logística”, aseguró el biólogo al ser consultado. “Habrá que hacer algunas pruebas piloto antes de hacerlo a gran escala. Pero me parece una solución relativamente sencilla que va a hacer que los chicos estén mejor”.