CULTURA
Efemérides

Cachetada, rivalidad y exilio: el enfrentamiento entre Libertad Lamarque y Evita Perón que marcó 1945 y la salida de la "Novia de América"

El incidente en el rodaje de La cabalgata del circo de Mario Soffici es la clave de la leyenda que explica por qué la gran diva del tango debió exiliarse en México.

Eva Perón y Libertad Lamarque
Hoy, el mito sigue vivo en la cultura popular, inspirando incluso obras de teatro | CEDOC

A 25 años de su fallecimiento, la figura de Libertad Lamarque (1908-2000), "La Novia de América", sigue indiscutiblemente ligada a uno de los mitos más persistentes y dramáticos del espectáculo latinoamericano: su supuesta e irreconciliable rivalidad con Eva Duarte, la futura Eva Perón ("La Abanderada de los Humildes"). Este enfrentamiento, que habría tenido lugar durante el rodaje de la película La cabalgata del circo (1945), es la pieza central de la narrativa sobre la partida de Lamarque de Argentina, iniciando un exilio que la llevó a consagrarse en México.

El escenario de la leyenda: La Cabalgata del Circo

En 1945, el cine argentino fue testigo de la única coincidencia en pantalla de estas dos mujeres destinadas a la leyenda. Lamarque, ya una estrella consolidada, la "artista", compartía cartel con una joven y ascendente Eva Duarte, quien aún buscaba su lugar en el firmamento artístico.

Según la leyenda popular, el conflicto escaló a una confrontación física. La versión más divulgada sostiene que Lamarque, irritada por la impuntualidad o el comportamiento de Duarte, le propinó una cachetada. Aunque la propia Lamarque, en su autobiografía de 1986, negó enfáticamente haber golpeado a su compañera, asegurando que "No hubo tal cachetada", sí reconoció que existió un "disgusto" evidente.

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La semilla del exilio

Más allá de la anécdota del golpe físico, negada por la diva, la tensión entre ambas actrices en el set de Estudios San Miguel es un hecho que muchos cronistas y allegados confirman. Lamarque se sintió molesta por el incumplimiento de horarios de Duarte y lo manifestó públicamente ante los presentes, un acto que la futura primera dama habría tomado como una ofensa personal.

El altercado, ya fuese un cachetazo o una simple disputa, se convirtió en el punto de partida de un conflicto que trascendió la sala de maquillaje para inmiscuirse en la política. Con Juan Domingo Perón ascendiendo en el poder (entonces Coronel), las puertas para Lamarque en Argentina comenzaron a cerrarse. Según la propia actriz, a partir de ese momento, se sintió censurada; su nombre comenzó a ser omitido y su trabajo, limitado.

El Adiós a la tierra natal

La imposibilidad de trabajar en su país natal empujó a Lamarque a tomar la decisión del exilio. Ella misma explicaría más tarde que no hubo "cachetadas ni palabras fuertes", pero su "disgusto fue evidente" y que, tras ello, "comenzaron a apartarme, no me nombraban en ningún lado".

A pesar de un breve regreso en 1947 tras la muerte de su padre, su destino ya estaba marcado: México se convirtió en su nuevo hogar y en el epicentro de su consagración definitiva como 'La Novia de América', lugar donde vivió 38 años y desarrolló toda su carrera artística.

La noche que robaron el cadáver de Evita y el inicio de un siniestro calvario

Ella resumió su biculturalidad con una famosa frase: “La Argentina es mi tierra y México es mi cielo”. Así, mientras Eva Duarte se convertía en la poderosa Evita, Lamarque era obligada a forjar su leyenda lejos, una víctima no confirmada de la venganza de la poderosa. Hoy, el mito sigue vivo en la cultura popular, inspirando incluso obras de teatro, y es la sombra que persiste al recordar a la gran diva a un cuarto de siglo de su partida.