CULTURA
Asuntos internos

Cómo se hace un suplemento cultural

Hace exactamente un año, cuando el diario PERFIL cumplía tres meses, aparecía este suplemento, en un mercado donde ya existían otros productos similares. El desafío fue entonces –y lo sigue siendo– construir un espacio distinto, con personalidad propia.

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Hace exactamente un año, cuando el diario PERFIL cumplía tres meses, aparecía este suplemento, en un mercado donde ya existían otros productos similares. El desafío fue entonces –y lo sigue siendo– construir un espacio distinto, con personalidad propia. Para lograrlo, para abordar los fenómenos culturales sin prestar favores oblicuos, sin obedecer las demandas del sentido común ni acatar la agenda pautada por la industria, existió una idea de base: éste tenía que ser el espacio donde escritores y periodistas jóvenes, sin voz en los grandes medios, pudieran analizar y reflexionar, sin más compromisos que el ejercicio intelectual –y con cierto desenfado e incorrección–, sobre la nuevas corrientes de producción literaria y artística. Lograr el justo medio no es tarea sencilla: hay que saber evitar, al mismo tiempo, los riesgos del elitismo y el tedio del clasicismo, tanto como la tentación de la demagogia y el populismo de la cultura de masas mal entendida.

Siguiendo estas prerrogativas fue que se decidió convocar a los contratapistas: Quintín, crítico cinematográfico y literario, ex fundador de la revista El Amante; y Damián Tabarovsky, periodista, escritor, editor y autor del controvertido ensayo Literatura de izquierda (habría que agregar la presencia en estas páginas, durante los primeros números, del filósofo Tomás Abraham). Ese aporte, al que se sumó la colaboración exclusiva de Juan José Sebreli y Slavoj Zizek, y la siempre renovada voluntad de trabajo del propio staff del suplemento (Sonia Budassi, Judith Savloff, Juan Terranova y hasta hace poco Glenda Vieites), hizo que este primer año de vida fuera tan grato como posible.

¿Logramos algo de lo que pretendíamos? Muchas veces sí y algunas otras, no. Pero surgieron espacios que, de acuerdo con la respuesta de los lectores, parecen haber generado gran interés y satisfacción: el cuestionario de las diez preguntas de la página 2 es tan leído como comentado. Por otro lado, durante un año, fuimos el único suplemento cultural que se decidió a publicar ficción en formato breve: no pasa una semana sin que recibamos nuevos cuentos de nuestros lectores que piden ser incluidos en la sección Microrrelato. Hoy vemos con agrado que dos de los diarios nacionales de mayor circulación del mercado adoptaron la misma idea.

Hicimos, siempre, las notas en las que creíamos y, sobre todo, las que teníamos ganas de hacer. Como declaración de principios e identidad, ahí están los nombres que fueron tapa durante 2006: Anthony Burguess, Michel Foucault, Man Ray, Andre Breton, Jack London, Rodolfo Walsh, Harold Bloom, Juan José Saer, Michel Houellebecq, Jean-Paul Sartre, David Viñas, Stephen King, Ricardo Piglia, Ezequiel Martínez Estrada, Hanif Kureishi, Antonio Di Benedetto, Samuel Beckett, Adolfo Bioy Casares, Philip Dick, John Cheever, Antonio Berni, John Berger, Alain Badiou, Robert Walser, Raymond Carver y Bret Easton Ellis.

Sabemos, claro, que a pesar de las complicaciones iniciales que presenta todo proyecto nuevo –instalar una marca, hacerse un lugar desde las propias convicciones, establecer un lazo de fidelidad con el lector–, lo más difícil no es comenzar sino permanecer. Y hacer cada vez, número a número, un trabajo mejor. En eso estamos.