CULTURA

Contra la invisibilización teórica local

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En las carreras de ciencias sociales y humanas de nuestras universidades suele haber escasa presencia de asignaturas consagradas al pensamiento y la teoría social latinoamericana. Pese a que existe una larga tradición crítica –una suerte de “campo” dedicado al pensamiento y las ciencias sociales latinoamericanas–, muchos dan por sentado que la elaboración de teoría social “legítima” es una prerrogativa cuasi excluyente de autores provenientes del norte global. A la invisibilización vernácula se suman otros procesos de denegación y expropiación epistémica, que alimentan la idea recurrente de que en América Latina no hay teorías generales, sino más bien una “mirada específica”, suerte de “producción local” anclada en lo particular, un discurso híbrido sobre y desde los márgenes, marcados por el color local, la obsesión por la identidad y el estudio de caso, que requiere de modo inevitable los marcos generales de las teorías producidas en Europa y Estados Unidos.
Dichos borramientos encuentran diferentes matices nacionales, pero presentan una matriz común; por ello el sociólogo peruano Aníbal Quijano propone hablar de “colonialidad del saber” o la boliviana Silvia Rivera Cusicanqui de “colonialismo interno”, conceptos que cuestionan la idea de un patrón único o universal de modernidad, postulando la validez de otras formas de ver e interpretar el mundo, desde nuestra condición de subalternidad.
Mi libro Debates latinoamericanos (Edhasa) se ocupa de cuatro grandes debates que, en gran parte, exploran ese campo epistémico crítico elaborado desde América Latina. El primer debate aborda las discusiones sobre el lugar de los pueblos originarios en las naciones latinoamericanas; el segundo, los avatares de la idea de desarrollo; el tercero, el ascenso y ocaso de la categoría de dependencia; y el último, las ambivalentes idas y vueltas del populismo infinito. Mientras la primera parte del libro realiza la reconstrucción histórica de esos cuatro debates, la segunda presenta una actualización de esos debates, a la vez que propone pensar las relaciones entre ellos.
En suma, Debates latinoamericanos es una apuesta en contra de las tentativas constantes de invisibilización de la producción teórica local y sus categorías fundamentales. Es un intento por explorar determinadas líneas de acumulación histórico-conceptual, que hacen a la construcción de una tradición latinoamericana en términos de ideas y teorías, de conceptos-críticos y conceptos-horizonte. Es, en consecuencia, una apuesta por realizar aquello que el portugués Boaventura de Sousa Santos denominó “sociología de las ausencias”; un aporte que busca recuperar ciertas categorías del pensamiento crítico, que hoy vuelven a ser recreadas y a estar presentes, para interpelarnos como latinoamericanos, en las fronteras siempre porosas del campo intelectual y el campo político.