CULTURA
galardón

Douglas Stuart gana el Premio Booker con una novela sobre la clase trabajadora escocesa

El jurado, integrado entre otros por Lee Child, se pronunció alegando que “Shuggie Bain”, una historia de amor y alcoholismo ambientada en los 80, está destinada a ser un clásico.

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Stuart. El autor, de 44 años, ganó 66.000 dólares y es el segundo escocés en recibir el prestigioso premio. | cedoc

“El señor Kilfeather era un bastardo parsimonioso; le gustaba trabajar en la tienda con cualquier persona a la que no tuviera que pagarle el sueldo completo de un adulto, y Shuggie encontró allí los turnos cortos que se ajustaban a su irregular escolaridad. En sus sueños, siempre tuvo la intención de salir adelante. Siempre le había gustado cepillar y jugar con el cabello; fue lo único que hizo volar su tiempo. Cuando cumplió dieciséis años se había prometido a sí mismo que iría a la escuela de peluquería, ésa ubicada al sur del río Clyde.”

En la segunda página del primer capítulo de la novela Shuggie Bain, a la manera de Charles Dickens con sus personajes infantiles, Douglas Stuart (44 años) delimita el encierro dentro del encierro, la falta de perspectiva para el progreso (apenas un oficio modesto), que sirve como introducción a la miseria de Glasgow alrededor de 1980, bajo el gobierno conservador de Margaret Thatcher. Tal escenario catastrófico conlleva la relación de Shuggie con su madre, abandonada por el esposo con tres hijos, simulando una vida fuera de la decadencia, endeudándose, representando la negación de la realidad a manos del alcoholismo como fatalidad inevitable.

Esta historia opresiva sobre la clase trabajadora escocesa, con un niño tratando de rescatar al gran amor que le dio la vida del pozo social, fracasando; también rescata los giros de la lengua inglesa, la entonación, que destaca las diferencias geográficas como componentes históricos de un desplazamiento, un largo exilio tanto interior como exterior, que en el caso de Stuart, lo llevó al mundo de la moda en Nueva York (diseñó para Calvin Klein, Ralph Lauren, Banana Republic).

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Las casi 450 páginas de Shuggie Bain ganaron el Premio Booker, el más prestigioso para libros editados en Gran Bretaña e Irlanda. El pasado jueves, en una ceremonia on line, se anunció el ganador que embolsará £ 50.000 más £ 2.500 por la preselección. El jurado estaba compuesto por Margaret Busby, primer editora negra de Gran Bretaña; Lee Child, escritor, conocido por su saga Jack Reacher; Sameer Rahim, escritor y crítico; Lemn Sissay, escritor y locutor; y Emily Wilson, profesora de literatura clásica y traductora. 

Con esta conjunción de diversidad, éxito, conocimiento y autoridad cultural, el jurado se aseguró un mensaje político a Boris Johnson, primer ministro conservador, blanco de críticas tanto por su polémico semblante populista como por sus políticas económicas, especie de reencarnación burlesca de la dama de hierro.

Pero volvamos al libro, en sí el primero del autor, también un recuerdo de su propia infancia. En palabras de Stuart, no es un retrato de la clase media, sino de la marginación descarnada en la pobreza: “Los habitantes de Glasgow se han esforzado, son las personas más compasivas y generosas que he conocido. También tienen tanta humildad que sienten aversión por cualquiera que piense que la están pasando mal, porque mucha gente sufrió un momento difícil bajo Thatcher en la década de 1980, y ciertamente estábamos todos juntos en eso. Madres y abuelas no admiten tus quejas porque la estás pasando mal. ¡Oh! Cuando no tienes la comodidad del dinero te ves obligado a lidiar con la vida de frente y, a veces, el amor, el humor y el optimismo es todo lo que puedes aportar a una mala situación. Creo que Glasgow es una ciudad de optimistas reacios por defecto. ¿Cómo hubiéramos sobrevivido de otra manera?”

Pero al fresco histórico de cómo lo miserable marcó a varias generaciones, donde resuena en paralelo la terrible Trainspotting de Irving Welsh, este libro arrastra cierto carácter simbólico propio, hasta irónico: Shuggie Bain casi se queda mirando cómo pasan los trenes. Pese a ser inédito, Stuart contó con la representación de una agente literaria, Anna Stein, quien obtuvo el rechazo editorial de la novela en 32 ocasiones hasta que el editor Peter Blackstock de Grove Atlantic compró los derechos de publicación. Cabe aclarar que esta editorial publicó Girl, Woman, Other de Bernardine Evaristo, novela que ganó el premio Booker el año pasado. 

De hecho, Shuggie Bain salió en febrero de este año, en plena pandemia, con una tirada de 5.000 ejemplares inicial y con poca venta como resultado, y sin embargo tuvo una gran aceptación crítica mediática, incluyendo la designación como “mejor libro para leer en invierno” de la revista Vogue y el “mejor libro del año” por parte de Elle, espacios del marketing de la moda que, es evidente, dan reconocimiento a un escritor proveniente de la propia industria. A modo de coronación política, la ceremonia del premio Booker contó con Barack Obama, devenido escritor, exultante por la derrota del sosías de Boris Johnson, el cancelado Donald Trump.