CULTURA
Entrevista a ralph rugoff

“El arte proporciona una visión crítica”

A poco más de un mes de la apertura de la 58° Bienal de Venecia –finaliza el 24 de noviembre–, su curador comparte en esta entrevista su mirada sobre el arte, las fake news, y los desafíos alrededor de una de las exposiciones artísticas más importantes del mundo.

20190615_ralph_rugoff_bienaldevenecia_g.jpg
Hacedor. Nació en Nueva York en 1957, pero vive en Londres. Es el primer curador con base en Gran Bretaña en dirigir la Bienal. | Bienal de Venecia

Ralph Rugoff (Nueva York, 1957) vive en Londres y es director de la Hayward Gallery desde 2006. En 2015 fue curador de la Bienal de Lyon. Es el primer curador con base en Gran Bretaña en dirigir la Bienal de Venecia. Aspira a que la Bienal de Venecia, fundada en 1895, “sea un escenario para sentir placeres profundos pero también desafiantes”.  

—¿Cuál el aporte principal de la Bienal de Venecia al mundo del arte?

—La Bienal de Venecia es la exposición más grande del mundo dedicada al arte contemporáneo, con énfasis en trabajos nuevos y recientes. Ofrece la oportunidad de reflexionar, con una perspectiva que se extiende por el mundo entero, en las direcciones actuales del arte. Todo el trabajo en la Bienal está muy comprometido con el tiempo presente; incluso las obras que se ocupan de temas históricos.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

—La 58º edición abrió sus puertas el 11 de mayo y tiene todavía varios meses por delante. ¿Qué  expectativas tiene para esta gran fiesta del arte?

—Las bienales son un formato difícil y por eso, más allá de lo que se haga desde la curaduría, uno sabe que el resultado va a ser criticado por muchos. Pero dado que tengo una gran seguridad y confianza en los artistas que forman parte de esta edición, también soy optimista de que muchos tendrán una experiencia enriquecedora y estimulante cuando la visiten. Aspiro a que la Bienal sea un escenario para sentir placeres profundos, pero también desafiantes; un espacio en el que la gente pueda sentirse involucrada con algún tipo de conversación sobre los tiempos que corren. Creo que esta Bienal habla de nuestro tiempo sin ser un documental.

—Justamente, sostiene que una de las claves para que una Bienal funcione es que conecte con el contexto local. ¿De qué manera conecta?

—Las Bienales son internacionales en alcance, pero necesitan reflexionar sobre su contexto inmediato –la ciudad particular donde se lleva a cabo y la amplia cultura nacional dentro de la cual esa ciudad está inmersa. Esto es importante porque el público de una Bienal suele ser predominantemente local, y la exposición debe plantear preguntas que sean pertinentes para esa audiencia.

—¿Cuál fue el criterio que guió su selección de los artistas?

—Pasé un año viajando y reuniéndome con artistas en diferentes partes del mundo, y visitando muchas exposiciones. Buscaba artistas cuyos trabajos respondieran de alguna manera a los cambios en el mundo de hoy, y que al hacerlo se valieran de la capacidad que tiene el arte para la ambigüedad y el pensamiento abierto.

—Entre los artistas que nuclea la Bienal hay dos creadores argentinos: Adriana Minoliti (1980) y Tomás Saraceno (1973). ¿Por qué los eligió?

—Ad Minoliti y Tomás Saraceno son dos artistas maravillosos, pero muy diferentes; cada uno de ellos me atrajo por razones diferentes. Ambos son pioneros que hacen arte que juega y desafía nuestras categorías y convenciones culturales habituales.

—¿Por qué “Ojalá vivas en tiempos interesantes” (May you live in interesting times) como título de esta Bienal?  

—El título es un falso proverbio chino, formado por un diplomático británico a principios del siglo XX. Pero en Occidente se creía ampliamente que era un proverbio verdadero; incluso muchos escritores y políticos famosos –como Hillary Clinton, se han referido a él en libros y discursos. En un momento en que los funcionarios no solo transgreden la línea entre realidad y ficción, sino que también insinúan que esta frontera ya no existe, me interesaba ver si los artistas necesitan alterar su enfoque para desafiar las categorías y los límites tradicionales. Tal vez se requiera un tipo diferente de espíritu crítico.

—Según dijo, el título responde también al surgimiento de las fake news. ¿Cómo se vinculan ambos enunciados?

—Las fake news son uno de los asuntos que hacen que los tiempos que corren sean tan interesantes. Revelan que la gente es gobernada por creencias, aunque no siempre de manera racional. Tendemos a buscar hechos que confirmen nuestras opiniones o convicciones. Entonces, las fake news evidencian que la gente es capaz de creer cualquier historia, si es que reafirma lo que siente o piensa. De alguna manera, esto muestra la capacidad de vivir completamente divorciados de la realidad, de querer vivir en un mundo que confirme aquello en lo que creemos. El arte, como  espacio de pensamiento libre y abierto, vendría a ser lo opuesto a las fake news.

—Dijo recién que “esta Bienal habla de nuestro tiempo sin ser un documental”. ¿En qué sentido?

—Mi principal preocupación con esta exposición ha sido resaltar la capacidad del arte para dirigirse a nosotros en múltiples niveles, para abrazar la contradicción y la posibilidad de ofrecer distintos significados, encantos, valores. En general, los enfoques documentales son mucho más sencillos y directos que esto, pero hay excepciones experimentales, y la Bienal incluye algunos trabajos de esa naturaleza. Mezcla material documental con pensamiento abierto, no concluyente, y estético.

—¿Cuál es el motor que impulsa a un artista a crear?

—Creo que a los artistas los impulsa la curiosidad; del mismo modo, su trabajo, lo que ellos crean, nos hace más curiosos sobre el mundo. El arte proporciona placer al tiempo que permite una visión crítica. Y para mí, es muy importante que haga ambas cosas.