CULTURA
crítica

El desafío de lo intangible

El algoritmo, de Joan Cwaik, es un libro generoso. Advierte pero no alecciona, sugiere caminos que la propia inteligencia necesita y debe ejercer para que lo inmediato no sojuzgue la individualidad imprescindible. Y sobre todo pregunta: ¿cómo sobrevivir a esto?

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¿Qué es un lector en el siglo XXI? ¿Y un lector argentino con todo su bagaje defensivo basado en que la suma de sus frustraciones es desproporcionada respecto al instante de felicidad reducido a un suceso inusual? ¿Somos dueños de nuestra voluntad al momento de apreciar un evento estético o ya claudicamos ante la monetización de todo gesto creativo? Estas son algunas olas del maremoto en que Joan Cwaik escribe este nuevo libro. Imprescindible, además.

Se atreve (¿de qué otra forma ensayar ante la intromisión de un fenómeno tan matemático como intangible?) y es atrevido: incita a pensar en la novedad de la inteligencia artificial (IA), más allá de los resultados a la vista. Subcutánea, se hace a sí misma como un mito que todo impregna, sin descartar el sepulcro de toda idea. No sin el riesgo cultural subrayado desde la fantasía del siglo pasado: la gran corporación que se adueñará de lo humano y de allí el criadero normalizado. Acaso tenemos como destino una sociedad estancada, opaca, indiferente a lo particular, desganada en general.

Y aquí, en el individuo/lector, es donde Cwaik se ubica para ensayar, también para hacer aliados. La IA es una amenaza y es un ente escurridizo. A la velocidad de una ardilla ordena y desordena (no sin intención), pero en eso también expulsa, descarta. En El algoritmo encontramos ocho escenarios donde la IA amedrenta: en el de su laberinto (paradoja de presencia), en el amor, las amistades, en su efecto (ansiedad), en el tiempo libre (entretenimiento), en la economía y en la verdad. A modo de cierre, se ensayan dos formas de dignidad humana como “Hackear el algoritmo: ¿y si nos salimos del juego?” y “El algoritmo y la muerte: la última estación”.

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Con esto, lo escrito toma forma de punto de partida, incita a que los lectores tomen el desafío de la tecnología omnipresente con todos los recaudos necesarios. Priva la supervivencia humana, priva la integridad del sujeto por la masificación que discrimina en el aislamiento solitario. No estamos frente a la innovación desprotegidos, seguimos siendo sujetos sociales.

Así el autor señala: “La verdad no es lo más preciso, sino lo más visible. Y ahí es donde el problema se vuelve profundo: las fake news no son un error del sistema, son el sistema. Porque la verdad no paga facturas, pero la indignación sí”. De hecho, la cultura en manos algorítmicas resulta una memoria fallida porque “no existe un organismo internacional que valide lo que leemos en internet. No hay una autoridad académica revisando cada resultado de búsqueda o cada artículo editado. Hay millones de personas confiando en un sistema que no fue diseñado para garantizar la verdad, sino para maximizar eficiencia y accesibilidad. El problema es que la eficiencia y la verdad no siempre coinciden”.

Este libro es generoso. Advierte pero no alecciona, sugiere caminos que la propia inteligencia necesita y debe ejercer para que lo inmediato no sojuzgue la individualidad imprescindible. Y pregunta: ¿cómo sobrevivir a esto?

El algoritmo

Autor: Joan Cwaik

Género: ensayo

Otras obras del autor: El dilema humano; Postecnológicos; 7R: Las siete revoluciones tecnológicas que transformarán nuestra vida

Editorial: Planeta, $ 31.900