El escritor que se convirtió al cristianismo a los 22, lo bautizó Bergoglio y ahora escribe una saga de terror
Con "La misa de los suicidas 2", Pablo Forcinito decidió darle continuidad a la historia de un pueblo donde hay quienes vuelven del infierno para contarlo.
La misa de los suicidas I, se publicó en 2022, la segunda parte se lanzó este año y su autor se encuentra escribiendo un tercer capítulo, de este modola historia le abre paso a la saga. “La novela empezó como un cuento y supe que lo tenía que seguir porque daba para más, esa historia la escribí hace unos 15 años atrás”, detalló Forcinito a PERFIL.
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“Pero el Chupado Gómez volvería al pueblo, una noche de febrero, solo y con las mismas ropas de aquel último día en la ciénaga hacía ya veintiséis años. Bajó por la calle del centro en sentido contrario al avance de las comparsas”. Así comienza la historia. El Chupado Gómez, al parecer, regresó del infierno y con poderes sanadores.
Forcinito es también autor de Trilogía de Paraná (2019, Metalúcida) y el terror lo atrapó desde que tiene uso de razón, tanto en la literatura como en el cine. En sus misas de los suicidas aparecen Dios, el diablo y uno de los protagonistas de la primera entrega es un cura, si bien estos elementos son propios del género, a él lo atravesó particularmente, ya que de ateo se convirtió al cristianismo a sus 22 años y fue bautizado por el actual papa, Jorge Begoglio, en ese entonces arzobispo de Buenos Aires.
Forcinito venía de una familia atea y de izquierda y no tuvo formación religiosa, por lo que a la distancia cree que se trató de hacer el camino inverso y cuestionar lo propio, de una suerte de adolescencia tardía. “Mi cristianismo surgió de una búsqueda ligada a la política, a una forma de nacionalismo que tuviera una base cristiana y el peronismo surgía como esa esa posibilidad, representaba un movimiento que buscara por lo menos en la teoría consolidar ciertos preceptos evangélicos, que en última instancia representa la justicia social, la búsqueda de la felicidad del pueblo”.
En la novela hay un espectro de zombis, muertos vivos y, por qué no, algo de Sé lo que hiciste el verano pasado. En esta segunda entrega Gómez retorna para consolidar su imperio de terror. Las tres manifestaciones del demonio esta vez nos serán reveladas con sus nombres. ¿Qué pueden tener en común una cueva de Antioquía, un monasterio alemán del siglo XI y un departamento de San Telmo convertido en infierno de hielo?
“Gómez es un hombre que vuelve de un lugar misterioso, con poderes sanadores y ahí se establece la disputa con la figura del sacerdote y la Iglesia local. Este líder espiritual que aparece promete el sálvese ahora y representa el Pare de sufrir en un punto como el emblema de la Iglesia Universal del Reino de Dios mientras que en el catolicismo el mensaje tradicional es aquel de que venimos a este valle de lágrimas”, analiza el autor. Los personajes del pueblo ficticio, evidentemente, prefieren el milagro ahora, no quieren esperar a la redención post mortem. Aunque eso signifique aliarse al demonio.
