CULTURA
arte optico

El largo periplo del arte geométrico

Hace cincuenta años, William Seitz presentaba en el MoMA de Nueva York una muestra de arte óptico titulada “The Responsive Eye”. Con motivo del aniversario de aquella muestra icónica, el Macba reúne treinta piezas de artistas estadounidenses de la escuela abstracta en diálogo con artistas contemporáneos: “Geometric Obsession”.

La devocion al cuadrado. Izq., Richard Anuszkiewicz, Texas Red (1969); der., Josef Albers, Estudio para homenaje al cuadrado: Harder, Softer, Soft Edge (1964).
| Gentileza Macba

Si la Primera Guerra Mundial hizo que el siglo XX arrancara, la Segunda lo partió al medio. El desgarramiento que produjo ese hecho histórico, campos de concentración, bombas nucleares, entre otras acciones, no terminó con la centuria pasada, pero sí la alteró para que ya no fuera la misma. Desde el cambio en las relaciones entre los estados, el nuevo mapa del mundo, las economías devastadas hasta las consecuencias en las formas de vida misma, las muertes de los varones, los refugiados, la movilización total, por citar algunas, se verificaron las modificaciones de conceptos e ideas. Vivir en la posguerra fue para el mundo occidental una experiencia de la simultaneidad y de la pluralidad. Esto es muy evidente en el campo de lo estético que no quedó ajeno a esa ruptura. A partir de 1950, el agotamiento de lo moderno podría leerse como el comienzo de lo contemporáneo. Pero como hablamos de estéticas que conviven y se diferencian en una linealidad de tiempo, ese inicio no fue de la misma manera en todos lados.
Para registrar de qué modo una senda del arte de los Estados Unidos exploró los tiempos posteriores a la Segunda Guerra Mundial está Geometric Obsession, la muestra que se presenta en el Macba. Un corpus de la colección del museo se exhibe para narrar con estas formas y colores el periplo del arte geométrico desde mediados del siglo pasado hasta la actualidad. El recorte organiza las obras en una posible cronología, desde la Escuela de color hasta piezas de nuevas tendencias, pasando por el Op Art, el Minimal Art y Movimiento Light y Space.
 Algo de esa palabra, obsesión, hay en el recorrido por los módulos que la dividen para, como los esquimales que pueden distinguir varias clases de blancos, hacer un minucioso repertorio de todas esas formas que podrían resultar muy parecidas. El estudio de la abstracción geométrica es muy erudito y para ello contó con los conocimientos de Robert C. Morgan, Donald Kuspit y Stephen Westfall.
Repasar a los artistas que la integran es tomar contacto con todo un vocabulario. Josef Albers, Gene Davis y Beckmann están en el comienzo para afirmar esa devoción al cuadrado como forma “absolutamente bella en sí misma”, tal como lo definía Platón. Hard Edge, Color Field, Shaped Canvas, Efecto Moiré integran una lista de estilos, tendencias y recursos para identificar con la precisión quirúrgica los cuadros que reproducen rombos, rectángulos, puntos y triángulos. La preferencia por esa forma de lados iguales prevalece en el arte óptico que tiene representantes de lujo: Francis Hewitt, Henry Pearson y Mon Levinson. Aquí se altera la percepción y el ojo es sometido a los múltiples juegos. Como para ponerlo a punto de lo que fue una nueva manera de abordaje a lo geométrico. Distorsión, superposición de campos, ilusiones para sacudir una percepción bastante anquilosada.
Otro sector está para dar cuenta del Movimiento de Luz y Espacio. Ese que a partir de los años 70 introdujo materiales nuevos para poner el ojo menos en las ideas que en las percepciones. Sensoriales y sensuales, las obras hacen de la geometría un medio para experimentar con la luz y el posicionamiento en el espacio.
Por último, en las paredes del museo están las nuevas tendencias. James Siena, Sarah Morris y Dan Walsh, entre otros. La pregunta que sobrevuela es cómo se puede seguir siendo geométrico en la actualidad. La respuesta parece estar en el principio: el amor por los modelos matemáticos, los seductores efectos de color, la belleza en la proporción y la técnica.