Una mujer que ambiciona conducir una expedición a la Antártida termina viviendo prisionera en un refrigerador Gafa. Esa podría ser una apretada síntesis de la primera (y bastante curiosa) novela de Luz Pearson (Buenos Aires, 1974), que obtuvo el premio Futurock Novela 2024. Si bien se trata de su incursión en este género narrativo, la autora ha publicado anteriormente libros de poesía y se desempeña también como dramaturga, con las obras Resultante cero, Lenguaje, breve tragedia universal, Pestañas como agujas y Sed, entre otras. A su vez, escribió y produjo un cortometraje, Sarcire, que obtuvo una beca del Fondo Nacional de las Artes.
La protagonista de Antártida es una mujer que vive con “hombre ancla”, tal la denominación de su pareja, un individuo extremadamente violento que la castiga físicamente y disfruta de humillarla y someterla sexualmente cada vez que puede. Su convivencia es un tormento, hasta tal punto que la mujer va cayendo en la apatía y en el desánimo, y se echa la culpa de los males que padece. Pearson se aleja de cualquier realismo de la representación y le abre paso a un mundo ominoso y pesadillesco donde cualquier cosa es posible, como vivir en un refrigerador: “Fue un pasaje natural: de la cama al freezer. Me alzó, me llevó a la cocina, abrió la tapa y entré. […] Mi entumecimiento era casi total, el frío definitivo me alivió, tempanarme fue parecido al placer, casi ni existir”.
La narración sigue el punto de vista de la mujer y la autora hace que esa voz se las ingenie para distanciarse mentalmente de sus sufrimientos, para así atemperarlos, como si narrara las desventuras de otra, o como si se observara desde afuera. A la vez, las ensoñaciones con un improbable viaje a la Antártida atraviesan el relato (a la manera de una evasión posible) con un aire poético y funcionan por momentos como un montaje paralelo; se menciona la travesía del explorador Ernest Shackleton al continente blanco en su buque llamado Endurance (“Resistencia”, como la de la narradora), su naufragio y la actitud heroica de rescatar a sus compañeros.
Antártida no es una novela cómoda para el lector (lo que podría significar un elogio, si se quiere) y hay que admitir que toma una apuesta estética arriesgada en lugar de buscar la aceptación fácil. Sin embargo, hay una elección demasiado frecuente por el miserabilismo y por lo morboso, sumados a la continua exhibición descarnada de abyecciones, acumuladas una y otra vez a lo largo de las páginas siempre de un modo directo y llano. El tono prevalece, se extiende y paradójicamente se vuelve previsible y monótono, hasta perder efecto. El lector queda anestesiado (un poco como la protagonista) entre la marea de crueldades. Se sabe que en el arte la exhibición de atrocidades a menudo es tomada por prestigiosa; no obstante, en algunas ocasiones esta no es más que un golpe de efecto, un fuego de artificio que inicialmente impacta pero que enseguida se extingue.
Antártida. El viaje de una cobarde
Autora: Luz Pearson
Género: novela
Otras obras de la autora: Bitnus; Tardis: Diccionario poético de las bellas palabras; Tortugas radioactivas
Editorial: Futurock, $ 25.000