Roberto Fontanarrosa se mueve despacio. Su silla de ruedas encuentra obstáculos continuamente, pese el buen manejo de Gaby, su esposa. Ha venido a la ciudad mexicana de Guadalajara a recibir el Premio La Catrina y también a darse un baño de afecto.
"En estos últimos años en que he venido sobrellevando problemas de salud, es muy terapéutico el cariño de la gente", dijo en entrevista con DPA el dibujante y escritor argentino. Fontanarrosa fue el personaje central del V Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
El creador de "Boggie el Aceitoso" e "Inodoro Pereyra" hizo una pausa para hablar de los lectores, de la disciplina del trabajo y de su gran pasión, el fútbol, en un atestado hotel de Guadalajara, que le recordó a un "caótico aeropuerto".
"De niño tenía en casa, no sé por qué, un libro con las calaveras de (el grabador mexicano José Guadalupe) Posadas que me atraían sin saber de quién eran. Yo digo que el premio para nosotros es poder vivir de esto, que siempre fue un trabajo vocacional y una diversión", opinó Fontanarrosa. Así como él conoció las "catrinas" (calaveras vestidas de gala) de Posadas, sus seguidores fuera de Argentina lo conocieron sobre todo por su tira "Boggie el Aceitoso".
“ El de caricaturista es un trabajo particular, no es como el actor de teatro que tiene la respuesta de manera inmediata. Este tipo de ferias permite ese contacto con el público, que es lo que da una aproximación de cuál es la respuesta de tu trabajo. Y a veces te asusta", comentó.
En esta Feria Internacional del Libro de Guadalajara, más que asustado ante las muestras de afecto de sus fans, que lo tratan como si fuera un " crack" del fútbol, el "Negro" se ve contento. " Hay gente que te dice 'Yo colecciono sus cosas' o se acuerda de un material que uno ya ha olvidado. (Por eso) no debo perder de vista que este es un trabajo hecho para otra gente", afirmó.
Fontanarrosa nació en 1944 en la ciudad argentina de Rosario. Ha publicado tres novelas ("Best Seller", "El área 18" y "La Gansada") y varios libros de cuentos, entre ellos "La mesa de los galanes", "El mundo ha vivido equivocado" y "Los trenes matan a los autos". Además ha editado miles de páginas con historietas sobre el fútbol, el sexo, la pareja, la cultura y demás temas. Escribe y dibuja historietas desde 1973 de manera regular. Aún ahora, pese a sus dolencias físicas, dibuja una viñeta por día para el diario "Clarín", el de mayor tirada de Argentina.
"Se hace natural hacer un chiste diario. Al principio me asustó un poco, después armás una rutina de trabajo", comentó. Además, los políticos no paran de darle material para alimentar su ingenio. "En países como los nuestros por ahí ocurren en cinco días lo que en Europa no pasa en 15 años. Para bien o para mal", aseguró. "Por ejemplo a México uno lo mira desde afuera y es difícil de entender. Pero son realidades muy complejas, como la de Argentina, Colombia, o la Venezuela con Chávez. Es un momento muy interesante en América", señaló.
En cuanto a su país, recordó que la época del presidente Carlos Menem fue de oro para los caricaturistas por su perfil alto y su entorno, conformado por "una corte de los milagros" que daba para ironizar mucho. En cambio, " los siguientes presidentes Fernando de la Rúa o Néstor Kirchner no, acaso Cristina (la Primera Dama)", agregó.
Ayer participó en la FIL en una mesa en donde se habló de literatura y fútbol, "una pasión compartida". "Yo soy hincha de Rosario, “se los había dicho?", comentó en broma a cada rato. "El fútbol es el ADN de la vida", agregó. "El fútbol me dejó lesiones. Tengo una operación de meniscos y un reemplazo de cadera izquierda. Yo digo que fui profesional porque siempre pagué para jugar: alquilar la cancha, pagar la camiseta, a los árbitros. Ahora que ya no juego, pienso que nada me ha gustado tanto en la vida como jugar al fútbol, y repito, jugando mal", confesó.
En el Museo de las Artes de Guadalajara se inauguró esta semana la exposición "El humor de Fontanarrosa", que estará expuesta hasta el 15 de enero. Ayer Fontanarrosa fue homenajeado con La Catrina, una escultura de bronce, premio que antes recibieron Sergio Aragonés, Quino, Rius y Gabriel Vargas. " Estoy adaptándome para trabajar con esta enfermedad", que no le permite caminar y apenas le deja mover un poco las manos, contó. "Con mucho esfuerzo puedo seguir dibujando, y la electrónica me reemplaza los textos y esas cosas. Es una enfermedad rara, compleja, desconocida, en la que se está trabajando para encontrarle soluciones. En esas estamos", concluyó.
Fuente: DPA