CULTURA

Mitología del pulpo

La leyenda japonesa de Taishokan es confusa e intrincada como sus personajes. Ese cuento fue la inspiración para Hokusai en la creación de una iconografía a la cual pertenece El sueño de la esposa del pescador.

El sueño de la esposa del pescador 20191115
Hokusai. El sueño de la esposa del pescador (1814). | Cedoc perfil

La leyenda japonesa de Taishokan es confusa e intrincada como sus personajes. Sobre todo, por Kamatari y su plan para recuperar la joya que le robó el rey Dragón del Mar. La hija de Kamatari, emperatriz de la Gran China, dado que su belleza y elegancia conquistaron al emperador de ese país, mandó a construir un templo en Nara. En el traslado del tesoro, que incluía una gema de mucho valor, ésta fue robada por ese rey que habitaba el fondo del mar. Entonces Kamatari se hizo pasar por plebeyo y se casó con una buceadora que luego sería no solo su esposa y madre de su hijo, sino la que iría a buscar esa piedra preciosa.

Pasaron tres años y el noble japonés dio una fiesta para que el rey Dragón saliera de su palacio, mientras su esposa, atada de una cuerda, conseguía obtener el tesoro. Pero uno de los guardias alertó de la presencia de la muchacha y mandó a perseguirla por un dragón marino. La joven, para no perder la joya, se abrió el pecho con una daga y la escondió. La subieron muerta al barco y encontraron la piedra en donde ella la había guardado.

Ese cuento fue la inspiración para Hokusai en la creación de una iconografía a la cual pertenece El sueño de la esposa del pescador. En este caso, Ama es una joven buceadora que mantiene relaciones sexuales con dos pulpos. El más grande se llama Oyakata, es el maestro y le practica un cunnilingus. El pequeño la besa y le toca el pezón con su tentáculo.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Fue realizada por el artista japonés en 1814 y es un ejemplo de shunga o grabado erótico del período Edo, momento que renacía el sintoísmo, un culto popular que puede describirse como una forma sofisticada de animismo naturalista con veneración a los antepasados, profundamente identificado con la cultura japonesa.